Preocupaciones por estigma impulsan el cambio de nombre a la viruela del mono, pero el proceso es lento
Alexandra Ferguson
(CNN) — Desde el comienzo del brote de viruela del mono, científicos y activistas han presionado para que se cambie el nombre del virus y de la enfermedad a algo “no discriminatorio” y “no estigmatizante”.
A los expertos en salud pública les preocupa que el estigma pueda hacer que la gente no se someta a las pruebas ni se vacune. Un nuevo nombre puede ayudar a frenar la propagación de la enfermedad, dicen, pero tiene que ser rápido.
En todo el mundo se han identificado casi 60.000 casos, lo que ha hecho que el nombre de “viruela del mono” figure en los expedientes médicos de las personas. El director general de la Organización Mundial de la Salud prometió en junio que el cambio de nombre se produciría “lo antes posible”, y la OMS dijo que estaba trabajando con expertos para cambiar el nombre del virus, sus variantes y la enfermedad que causa.
Pero eso fue hace meses.
Cómo se denomina un virus
Normalmente, el científico que aísla un virus es el que sugiere el nombre. La denominación de la especie es responsabilidad del Comité Internacional de Taxonomía de Virus de la OMS.
Los científicos llevan 64 años llamando a este virus “viruela del mono”.
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En 1958, el investigador Preben von Magnus y su equipo de Copenhague, Dinamarca, descubrieron dos brotes de una “enfermedad parecida a la viruela” en una colonia de monos macacos comedores de cangrejos que su laboratorio utilizaba para la producción e investigación de la vacuna contra la polio.
El primer caso humano de viruela del mono no se documentó hasta 1970. Los científicos descubrieron un caso en un niño de 9 meses en la República Democrática del Congo. El niño se recuperó de la infección de viruela del mono, pero murió seis días después de sarampión. Después de eso, se documentaron casos de la dolorosa enfermedad en África Occidental y Central.
Los casos en otros lugares estaban casi todos vinculados a los viajes, según los CDC. Pero en 2018, la agencia señaló que durante la década anterior, se habían reportado más casos humanos en países que no habían registrado casos de la enfermedad en varias décadas. Este surgimiento, dijo, era una “preocupación de seguridad sanitaria global”.
El impulso global para el cambio de nombre comenzó este año, cuando un brote se disparó en países donde la viruela del mono no se encontraba comúnmente.
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Nuevos nombres para viejos virus
La OMS indicó en un correo electrónico enviado a CNN que ya se había iniciado el proceso de reconsideración de los nombres de todas las especies de ortopoxvirus, incluidas la viruela de las vacas, la viruela de los caballos, la viruela de los camellos, la viruela de los mapaches y la viruela del zorrillo, así como la viruela del mono.
Según el miembro del comité de taxonomía de la OMS, Colin McInnes, el panel tiene el mandato de poner “la nomenclatura de las especies de virus en línea con la forma en que se nombran la mayoría de las otras formas de vida”.
Tradicionalmente, los poxvirus recibían el nombre del animal en el que se había detectado la enfermedad por primera vez, pero eso creaba algunas incoherencias, dijo.
La viruela del mono probablemente no empezó en los monos. Su origen sigue siendo desconocido. El virus puede encontrarse en otros tipos de animales, como las ratas gigantes de Gambia, los lirones y un par de especies de ardillas.
McInnes, director adjunto y científico principal del Grupo Moredun, que desarrolla vacunas y pruebas para el ganado y otros animales, estudia la viruela de las ardillas, que también podría cambiar de nombre. Ha estado estudiando la viabilidad de producir una vacuna contra el virus, que puede ser mortal para las ardillas rojas en el Reino Unido.
La especie actual conocida como “virus de la viruela del mono” y las demás pasarían a llamarse “orthopoxvirus ‘algo'”, dijo en un correo electrónico a CNN. “Es el ‘algo’ lo que se está debatiendo actualmente”, escribió McInnes.
McInnes dijo que algunos científicos preferirían que se mantuviera el nombre de viruela del mono para conservar el vínculo con 50 años de investigación publicada. Otros querrían un nombre totalmente diferente.
El comité de la OMS tiene hasta junio de 2023 para sugerir cambios.
En agosto, la OMS anunció que un grupo de expertos había propuesto nuevos nombres para los clados o variantes de la viruela del mono. Antes de las convenciones más modernas sobre los nombres, los científicos llamaban a una variante por la región donde surgía y circulaba.
Ahora, para eliminar cualquier estigma que conlleva nombrar una enfermedad por una región o país, el clado de la cuenca del Congo se llamará clado I. El antiguo clado de África Occidental es el clado II. Una subvariante, el clado IIb, es la que circula principalmente en el brote actual.
Estigma peligroso
Muchos científicos afirman que la OMS debe trabajar con más urgencia.
En julio, después de que pasaran semanas sin que se tomara ninguna medida, el comisionado de salud de la ciudad de Nueva York envió una carta a la OMS, instándola a “actuar en este momento antes de que sea demasiado tarde”. Citaba “la creciente preocupación por los efectos potencialmente devastadores y estigmatizantes que el mensaje en torno al virus de la ‘viruela del mono’ puede tener en estas comunidades ya vulnerables”.
Dado que el brote ha afectado en gran medida a hombres homosexuales y bisexuales y a otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, el estigma ha sido una preocupación constante para el director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“El estigma y la discriminación pueden ser tan peligrosos como cualquier virus”, dijo Tedros cuando declaró la viruela del mono como emergencia sanitaria mundial en julio.
En Estados Unidos, el virus está afectando de forma desproporcionada a la población negra e hispana, según los CDC. Los datos de la sanidad pública local también muestran que menos miembros de una u otra comunidad se están vacunando contra la viruela del mono.
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A los expertos les preocupa que, además de las barreras que dificultan el acceso a cualquier tipo de atención sanitaria, algunas personas no se vacunen ni se hagan las pruebas por el estigma asociado a la enfermedad.
Decenas de sugerencias
En las convenciones de nomenclatura de la OMS de 2015, la organización alentó a quienes nombran enfermedades a evitar lugares, nombres, ocupaciones y animales debido a la estigmatización.
En agosto, la OMS animó a las personas que quisieran proponer nuevos nombres para la viruela del mono a que enviaran sugerencias a su sitio web. Se han sugerido más de 180 ideas, algunas con una amplia mezcla de explicaciones creativas.
Algunas como lopox, ovidpox, mixypox y roxypox, no tenían explicación.
Un puñado de ellas, como rodentpox, bonopox y alaskapox, pueden ser una broma.
Johanna Vogl, que presentó “greypox”, escribió que el nombre “hace referencia a una marca fenotípica de la enfermedad, las ampollas grisáceas, y no se asocia al color de la piel humana ni a un lugar, grupo o animal”.
Otras sugerencias vienen acompañadas de explicaciones científicas más sólidas. El Dr. Jeremy Faust, médico de urgencias del Brigham and Women’s Hospital de Boston e instructor de medicina de urgencias en Harvard, sugirió cambiar el nombre a opoxid-22.
“Aunque el virus de la viruela del mono que está causando el brote actual no es un patógeno nuevo, propongo que, debido a su designación como emergencia de salud pública de interés internacional, se justifique su cambio de nombre”, escribió Faust en su propuesta. Añadió que, aunque este linaje concreto del virus parece haberse originado antes de 2022, utilizar este año puede “limitar la confusión”.
Opoxid-22 refleja lo que se conoce sobre el virus, al tiempo que elimina “mono” del nombre.
Faust dijo que le molestaba la inexactitud del nombre de la viruela del mono y el estigma que transmitía. Pero dijo que presentó el nombre cuando estaba esperando a que terminara otro trabajo.
“Sinceramente, lo estaba postergando”, dijo Faust.
Dijo que si la OMS elegía su nombre, podría ayudar a más personas a buscar tratamiento, pruebas y atención.
“Esto es importante”, dijo Faust. “El nombre adecuado debe sonar seco, técnico, aburrido, para que la gente no tenga miedo de decir que tiene ese problema, ¿verdad?”.
Rossi Hassad, profesor de investigación y estadística del Mercy College y miembro del Colegio Americano de Epidemiología, presentó algunos nombres, como zpox-22, zopox-22, zovid-22, hpox22 y hpi-22.
Su propuesta sostiene que, dada la incertidumbre sobre el origen del virus, un nombre más general derivado de una zoonosis, es decir, una enfermedad que puede transmitirse de los animales a los humanos, eliminaría la palabra “mono” y sería más inclusivo.
Añadir “22” reflejaría el año en que los científicos se enteraron de este “brote con una inusual y preocupante transmisión entre humanos”, dice la propuesta.
Hassad dijo que le motivaba presentar nombres porque la palabra “mono” puede tener muchas connotaciones negativas.
“Se ha utilizado en insultos raciales y racistas contra ciertos grupos. Creo que sería poco sincero no reconocer el daño que ha hecho esa palabra”, dijo. “También es científicamente incorrecta. Es un término erróneo. Si queremos ser científicos, tenemos que ser correctos”.
Llega tarde y se queda corto
Algunos departamentos de salud de EE.UU. no están esperando a la OMS, pero el cambio es inconsistente.
El Departamento de Salud de San Francisco lo llama MPX. El de Chicago lo llama MPV. Otras ciudades muy afectadas por el brote, como Houston, Nueva York y Filadelfia, han mantenido el nombre tradicional, al igual que los CDC.
Daniel Driffin, defensor de los pacientes con VIH y consultor de NMAC, una organización nacional que trabaja por la equidad sanitaria y la justicia racial para acabar con la epidemia de VIH, dijo que espera que el nombre cambie. Al mismo tiempo, le decepciona que no haya sido hasta este brote, cuando la gente de fuera de África se ha visto ampliamente afectada, cuando se ha empezado a impulsar el cambio.
“Es un nombre impregnado de racismo. Llega tarde y se queda corto. Pero apoyo el cambio y creo que ayudará”, dijo Driffin. “Piensa en las poblaciones que seguirán sufriendo el impacto desproporcionado de esta enfermedad. Han sido los negros y los morenos, así que si podemos eliminar las tendencias racistas opresivas de la nomenclatura, creo que debemos hacerlo”.
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