Casi la mitad de las ciudades brasileñas con la mayor cantidad de asesinatos se encuentra en una única región: el Amazonas
Ángela Reyes
(CNN) — De las 30 ciudades brasileñas con las mayores tasas de muertes violentas, 13 se encuentran en la región amazónica, según los datos recopilados por el Anuario de Seguridad Pública de Brasil en un informe publicado este martes.
Las 30 ciudades tuvieron tasas superiores a 100 muertes por cada 100.000 habitantes entre 2019 y 2021.
Los datos compilados por el informe 2022 del Anuario de Seguridad Pública de Brasil muestran que la tasa de muertes violentas en la región fue un 38% mayor que el promedio nacional en 2021.
El informe describe a la región como una de las afectadas por la “violencia extrema”, una situación que se visibilizó recientemente con las muertes del periodista británico Dom Phillips y del indigenista Bruno Pereira.
De las 13 ciudades amazónicas con las mayores tasas de mortalidad, 11 son en su mayoría rurales y con poca población. Las 13 ciudades son vecinas o están situadas cerca de territorios indígenas.
Tal es el caso de Jacareacanga, en Pará, que ocupa el segundo lugar en la lista. Con una población inferior a 7.000 habitantes, tiene una tasa de 199,2 muertes por cada 100.000 habitantes entre 2019 y 2021, según el informe.
El anuario cita datos de la Comisión Pastoral de la Tierra que sostienen que el 77% de las muertes por conflictos de tierras en los últimos 10 años ocurrieron en el Amazonas.
El coctel de “violencia y prácticas ilegales” en el Amazonas
Según el Anuario, el aumento de la violencia en la región está directamente relacionado con varios tipos de delitos, especialmente el tráfico de drogas y los delitos medioambientales, así como con “el crecimiento de las facciones del crimen organizado en la región”.
El Amazonas se caracteriza por “la yuxtaposición de violencia y prácticas ilegales”, como la deforestación, la minería ilegal, la corrupción y “la intensa presencia de milicias y facciones del crimen organizado”, según el informe. El documento critica las actitudes políticas e institucionales “miopes” que sitúan a los pueblos indígenas como enemigos de la nación y ven con recelo las soluciones energéticas y económicas alternativas.
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El informe añade que la ausencia de agentes es un factor que contribuye a esa violencia y a las actividades ilegales. El anuario cita el ejemplo del estado de Acre, cuyo territorio es mayor que el de Grecia. En marzo de 2022, todo el estado contaba solo con 78 jefes de policía, que normalmente son los encargados de realizar las investigaciones. Roraima, un estado del tamaño aproximado de Rumanía, tiene solo 56 jefes para todo el territorio.
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