Shinzo Abe, el primer ministro con más años en el cargo de Japón, definió la política de una generación
Alexandra Ferguson
Tokio (CNN) — El ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, murió tras recibir un disparo durante un discurso de campaña este viernes en Nara. Tenía 67 años.
Abe fue declarado muerto por los médicos del hospital de la Universidad Médica de Nara, en el centro de Japón, a las 17:03 hora local. Al momento de ingresar al hospital se encontraba en paro cardíaco y el personal médico no pudo detener la hemorragia excesiva, dijeron los médicos durante una rueda de prensa este viernes.
Abe ocupó el cargo de líder del derechista Partido Liberal Democrático (PLD) durante dos mandatos distintos: el primero, de 2006 a 2007, y el segundo, de 2012 a 2020. Su segundo mandato fue el más largo consecutivo de un jefe de gobierno japonés.
El político japonés Shinzo Abe asiste a una fiesta de recaudación de fondos políticos en un hotel de Tokio el 14 de abril de 2022.
Abe será recordado por haber impulsado el gasto en defensa y el cambio más drástico en la política militar japonesa en 70 años. En 2015, su gobierno aprobó una reinterpretación de la Constitución pacifista de la posguerra de Japón, permitiendo a las tropas japonesas participar en combates en el extranjero, bajo ciertas condiciones, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Abe argumentó que el cambio era necesario para responder a un entorno de seguridad más desafiante, un guiño a una China más asertiva y a las frecuentes pruebas de misiles de Corea del Norte.
Durante su mandato, Abe trató de mejorar las relaciones con Beijing y mantuvo una histórica llamada telefónica con el líder de China Xi Jinping en 2018. Al mismo tiempo, intentó contrarrestar la expansión china en la región uniendo a los aliados del Pacífico.
Tras dejar el cargo, Abe siguió siendo el jefe de la mayor facción del partido gobernante PLD y siguió siendo influyente dentro del partido. Continuó su campaña a favor de una política de seguridad más fuerte y el año pasado enfureció a China al pedir un mayor compromiso de los aliados para defender la democracia en Taiwán. En respuesta, Beijing emplazó al embajador de Japón y acusó a Abe de desafiar abiertamente la soberanía de China.
Abe se inclina ante los aplausos de los legisladores del gobernante Partido Liberal Democrático tras ganar las elecciones presidenciales del partido el 20 de septiembre de 2006.
Abe nació el 21 de septiembre de 1954 en Tokio, en el seno de una destacada familia política. Tanto su abuelo como su tío abuelo fueron primeros ministros, y su padre fue secretario general del PLD.
Estudió política en la Universidad Seiki de Tokio y en la Universidad del Sur de California, pero inicialmente se dedicó a los negocios, aceptando un puesto en Kobe Steel en 1979. Tres años después, se convirtió en asistente del ministro de Relaciones Exteriores.
Abe fue elegido por primera vez a la Cámara de Representantes de Japón en 1993, a la edad de 38 años. Ocupó varios cargos en el gabinete durante la década de 2000, y en 2003 se convirtió en secretario general del PLD. Cuatro años después, fue nombrado presidente del partido y se convirtió en primer ministro de Japón.
Su primer mandato se vio empañado por las controversias y el empeoramiento de su salud, y dejó de ser líder del partido y primer ministro en 2007. El final del primer mandato de Abe dio paso a una puerta giratoria en la que cinco hombres diferentes ocuparon el puesto de primer ministro en cinco años hasta su reelección en 2012. Dejó el cargo en 2020 alegando problemas de salud.
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Historial diplomático
Abe fue una figura destacada en el escenario mundial. Cultivó fuertes lazos con Washington, el tradicional aliado de Tokio, e intentó establecer una relación personal con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, viajando a Nueva York para reunirse con el recién elegido presidente republicano cuando el expresidente Barack Obama aún estaba en el cargo.
Durante esa reunión “no oficial” de 2016, la primera de Trump con un líder mundial, Abe alabó la alianza entre Estados Unidos y Japón y dijo que quería “crear confianza” con el nuevo presidente. Apoyó firmemente la línea dura inicial de Trump respecto a Corea del Norte, que coincidía con las propias tendencias de Abe.
Abe escolta al entonces presidente Donald Trump durante una ceremonia de bienvenida en el Palacio de Akasaka, el 6 de noviembre de 2017.
Pero a medida que la relación de Washington con Pyongyang se inclinaba hacia la diplomacia, con la celebración tanto de Trump como del presidente surcoreano Moon Jae-in de cumbres históricas con el líder norcoreano Kim Jong Un, Abe parecía quedar al margen.
No se programó ninguna reunión entre Abe y Kim, y en septiembre de 2019, el líder japonés dijo que seguía “decidido” a reunirse con él. Abe quería normalizar las relaciones con Corea del Norte y aliviar las tensiones en la península coreana, pero su primera prioridad era dar un cierto cierre a las familias de los ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte en los años 70 y 80.
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Durante su mandato, las relaciones de Japón con Corea del Sur se deterioraron. Los dos países estaban inmersos en una gran disputa en la que se desecharon acuerdos comerciales y de inteligencia militar, en parte debido al legado de la Segunda Guerra Mundial y a la brutal colonización de la península de Corea por parte de Japón.
El entonces primer ministro de Japón, Shinzo Abe, celebrando en Buenos Aires tras la elección de Tokio como sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 2020 en septiembre de 2013.
El éxito y el retroceso de “Super Mario” en los Juegos Olímpicos
Abe llegó al cargo en una época de turbulencias económicas y pronto se dispuso a reactivar la economía japonesa tras décadas de estancamiento. Poco después de ser reelegido primer ministro en 2012, lanzó un gran experimento conocido popularmente como “Abenomics”.
Incluía tres flechas: estímulo monetario masivo, aumento del gasto público y reformas estructurales.
Los aliados de Abe alabaron el plan por reactivar la economía del país e impulsar la confianza de los consumidores e inversores. Pero tras un fuerte comienzo, se tambaleó y en 2015 Abe lanzó “tres nuevas flechas” diseñadas para impulsar el producto interior bruto. Todas las esperanzas de que pudieran dar en el blanco se desvanecieron cuando el covid-19 arrasó el país en 2020, llevando a Japón a la recesión.
Uno de los mayores logros internos de Abe fue asegurar los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020. Abe encantó los aficionados a los videojuegos de todo el mundo cuando se disfrazó del icono japonés Super Mario durante la ceremonia de clausura de los Juegos de Río en 2016, para presentar a Tokio como la próxima ciudad anfitriona.
Shinzo Abe, vestido de Super Mario, sostiene una pelota roja durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En un segmento listo para convertirse instantáneamente en meme, Abe, con una gorra roja de gran tamaño, salió de una tubería verde, mientras los sonidos del videojuego Super Mario resonaban en el estadio de Maracanã.
Sin embargo, el éxito de los esperados Juegos de Tokio se vio finalmente truncado por la pandemia del covid-19, que obligó a posponer la competición hasta 2021.
La falta de voluntad inicial para retrasar los Juegos se atribuyó en parte a la lenta respuesta de Japón a la pandemia de coronavirus, que afectó al país a principios de 2020. Abe declaró el estado de emergencia meses después de que se detectaran los primeros casos. Su administración también fue criticada por el bajo ritmo de las pruebas y la falta temprana de equipos médicos especializados para tratar el creciente número de pacientes.
En cambio, Abe gestionó la abdicación del emperador Akihito, el primer monarca japonés que dimite en dos siglos de una manera más adecuada. Le sucedió su hijo, el emperador Naruhito, en octubre de 2019, iniciando la era Reiwa.
“Como las flores del ciruelo que florecen con orgullo en primavera después del frío invierno, deseamos que el pueblo japonés florezca como flores individuales con la (promesa del) futuro. Con ese deseo para Japón, nos decidimos por ‘Reiwa’”, dijo Abe al anunciar la nueva era.
A Abe le sobrevive su esposa Akie Abe, de soltera Matsuzaki, con quien contrajo matrimonio en 1987. La pareja no tuvo hijos.
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