La producción de petróleo y gas contribuyen más al calentamiento global de lo que se creía, revela estudio
(CNN) – De todos los gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono es el que más contribuye al calentamiento global y, por tanto, el enemigo público número 1 cuando se trata de detener la crisis climática.
Pero el metano –principal componente del gas natural y que es aún más efectivo para atrapar el calor– está en un segundo lugar muy cercano al dióxido de carbono. Los científicos aseguran que el metano atmosférico es ahora el causante de aproximadamente el 25% del calentamiento provocado por los humanos que vemos hoy.
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Y un nuevo estudio acaba de descubrir que las emisiones de metano por combustibles fósiles son entre un 25% y un 40% mayores de lo que investigaciones anteriores habían estimado. Lo que implica que la producción de petróleo y de gas está contribuyendo mucho más al calentamiento del planeta de lo que se creía previamente.
El estudio, publicado este miércoles en la revista científica Nature, arroja nueva nueva información sobre todo lo que la producción y el uso de combustibles fósiles están cambiando la atmósfera y, a su vez, calentando el planeta.
Pero los autores señalan que los hallazgos no son todos malas noticias.
Debido a que sabemos de dónde viene el metano, los científicos explican que podemos tomar medidas para reducir las emisiones que están calentando al planeta.
Sin embargo, el gobierno de Trump ha planteado reducir las regulaciones sobre el metano, que ya no requerirían que la industria vigile y detenga las fugas.
“Esto muestra una gran brecha entre lo que pensábamos que se estaba emitiendo, y lo que probablemente se está emitiendo en realidad”, indicó Benjamin Hmiel, asociado de postdoctorado en la Universidad de Rochester y autor principal del estudio. “Entonces, si hay una mayor porción del pastel (de todas las emisiones de metano) bajo nuestra acción humana, eso significa que tenemos control sobre esas emisiones”, añadió.
Las fuentes de metano son notoriamente difíciles de rastrear
El metano en la atmósfera de la Tierra proviene de una amplia variedad de fuentes, pero se puede dividir en dos categorías principales: biológico y fósil.
El metano biológico se libera por la descomposición de plantas y animales en ambientes como humedales, pero también por la actividad humana como la ganadería, los vertederos y los arrozales.
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El metano fósil, por su parte, puede filtrarse naturalmente desde el subsuelo, o ser liberado al aire por la extracción humana del petróleo y el gas.
Hmiel señaló que las concentraciones de metano en nuestra atmósfera se han disparado aproximadamente un 150% en los cerca de dos siglos que han pasado desde la Revolución Industrial. El desafío para los investigadores fue determinar cuánto de ese aumento total se debe a la producción humana de petróleo y gas.
Algo de gas se quema como desecho en una instalación de fracking de California en 2014.
“Tenemos una muy buena comprensión de cuánto han aumentado las concentraciones de metano en la atmósfera”, afirmó Vasilii Petrenko, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Rochester y también investigador principal del estudio. “Pero es difícil rastrear de dónde provienen los aumentos por varias razones”.
Para resolver el rompecabezas, los científicos buscaron pistas en antiguas burbujas de aire atrapadas en la capa de hielo de Groenlandia.
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Al medir la presencia de carbono 14 –un isótopo radiactivo raro– en las muestras de aire, los científicos pudieron determinar los niveles históricos naturales de metano fósil. Sus hallazgos revelaron que las emisiones de metano fósil que ocurren naturalmente son en realidad aproximadamente 10 veces más bajas que lo que investigaciones anteriores habían demostrado.
A partir de ahí, los investigadores lograron deducir cuánto del metano en nuestra atmósfera actualmente proviene en realidad de la extracción de combustibles fósiles por parte de los humanos, que según el estudio está entre un 25% y un 40% por encima de lo que se creía previamente.
En total, los científicos dicen que sus hallazgos demuestran que la producción de petróleo y gas representa casi la mitad de todo el metano en nuestro aire que se puede atribuir a la actividad humana.
El metano tiene un gran impacto en el calentamiento global
Hay más dióxido de carbono que metano en nuestra atmósfera, pero aún así este último puede tener un impacto descomunal en el clima global, especialmente a corto plazo.
El metano en el aire se descompone después de aproximadamente nueve años, pero el gas es increíblemente efectivo para atrapar el calor: una molécula de metano tiene un potencial de calentamiento global 20 veces mayor que el de dióxido de carbono.
“El metano es especialmente importante en la medida en que tratamos de reducir la tasa de cambio climático porque es un fuerte gas de efecto invernadero en un corto período”, explicó Denise Mauzerall, profesora de ingeniería ambiental en la Universidad de Princeton y quien ha estudiado las fugas de metano en pozos de petróleo y de gas abandonados, así como en plataformas en alta mar.
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El metano ha estado bajo la lupa en los últimos años debido a la creciente demanda mundial de gas natural, que está reemplazando al carbón en muchas partes del mundo como combustible para generar electricidad y calentar hogares.
El gas natural ha sido catalogado como un “combustible puente” entre el carbón y las fuentes de energía renovables por su supuesto impacto ambiental menor.
Y aunque quemar gas natural produce mucho menos dióxido de carbono que la generación de energía a carbón, las emisiones de metano asociadas con la producción de gas natural son un problema grave para el planeta.
Varios informes han sugerido en los últimos años que grandes cantidades de emisiones de metano provenientes la actividad de petróleo y gas se están filtrando en el aire sin que haya explicaciones ni responsables.
El año pasado, un informe encontró que una explosión en 2018 en una plataforma de gas natural en Ohio probablemente liberó tanto metano en 20 días como lo hacen muchos países en un año entero.
Una investigación reciente del diario The New York Times también descubrió que se están liberando grandes cantidades de metano de las instalaciones de petróleo y gas en Estados Unidos y encontró que incluso algunos de estos lugares abandonados continúan con fugas mucho después de que están fuera de uso.