Cómo KFC se convirtió en una tradición de Navidad… en Japón
(CNN) — Casi todos los años desde que era niña, Naomi, residente de Hokkaido, esperaba la tradicional comida navideña de su familia: un “barril de fiesta” de KFC repleto de ensalada, pastel y mucho pollo frito.
“En Japón, se acostumbra comer pollo en Navidad”, dice la japonesa de treinta y tantos años.
“Todos los años, ordeno el “barril de fiesta” y lo disfruto con mi familia. Me gusta el delicioso pollo y el lindo plato que obsequian”.
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Naomi -que pidió ser identificada solo por su primer nombre- y su familia, no son los únicos residentes japoneses que disfrutan de KFC para la cena de Navidad.
Todos los años desde mediados de la década de 1980, las estatuas de tamaño natural del coronel Sanders, vestidas como Papá Noel durante las fiestas decembrinas, han recibido a multitudes de lugareños y turistas por todo el país.
Según las cifras publicadas por la cadena estadounidense de comida rápida, KFC Japón obtuvo 6.900 millones de yenes (aproximadamente US$ 63 millones) del 20 al 25 de diciembre de 2018. Los clientes comienzan a hacer filas fuera de los establecimientos desde el 23 de diciembre.
El día de mayor actividad de KFC Japón suele ser el 24 de diciembre. Ese día suelen vender entre cinco y 10 veces más que cualquier día típico.
“A medida que se acerca la Navidad, los comerciales de KFC comienzan a salir al aire en la televisión: se ven muy deliciosos. Ordenamos temprano y luego vamos a la tienda a la hora designada para recoger nuestra cubeta de pollo”, dice Naomi.
“Los que no reservan una cubeta tienen que pasar horas en largas colas”.
“KFC estaba en todas partes”
Después de un período de austeridad posterior a la Segunda Guerra Mundial en las décadas de 1940 y 1950, la economía de Japón comenzó a despegar.
“El poder económico de Japón estaba por las nubes… y la gente tenía el dinero para dedicarse a la cultura de consumo por primera vez”, dice Ted Bestor, profesor de Antropología Social en la Universidad de Harvard que ha estudiado la comida y la cultura japonesa durante los últimos 50 años.
“Dado que EE.UU. era una potencia cultural en ese momento, había un gran interés en la moda occidental, la comida, los viajes al extranjero: Japón realmente se estaba abriendo”.
En 2012, Japan Airlines se asoció con KFC para ofrecer “AIR Kentucky Fried Chicken”, una colaboración por tiempo limitado que despegó a tiempo para las fiestas decembrinas.
Mientras vivía en el centro de Tokio a principios de la década de 1970, Bestor recuerda haber visto surgir muchas franquicias extranjeras, como Baskin-Robbins, Mister Donut y The Original Pancake House.
Durante este período de rápida globalización, la industria de comida rápida de Japón se expandió 600% entre 1970 y 1980, según “El coronel llega a Japón”, un documental de 1981 dirigido por John Nathan.
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KFC, entonces conocido como Kentucky Fried Chicken, fue parte del paquete, y abrió su primera tienda en Japón en Nagoya en 1970.
Para 1981, la cadena había abierto 324 tiendas, más de 30 al año, y sus ingresos eran cercanos a US$ 200 millones anuales, según el documental.
“Parecía que, de repente, Kentucky Fried Chicken estaba en todas partes”, recuerda Bestor.
Kentucky para Navidad
La Navidad fue -y sigue siendo- una fiesta secular en Japón -un país donde menos del 1% de la población se identifica como cristiana- y en la década de 1970 muchos no habían establecido tradiciones navideñas familiares.
Ahí es donde entró KFC. La compañía lanzó su campaña de marketing “Kentucky para Navidad” en 1974 y poco tiempo después llegaron los barriles de fiesta.
Algunos informes dicen que Takeshi Okawara, quien dirigió el primer KFC del país y luego se convirtió en presidente ejecutivo de KFC Japón, comercializó falsamente el pollo frito como un alimento tradicional de Navidad estadounidense para aumentar las ventas.
Pero según KFC Japón, Okawara fue a una fiesta de Navidad vestido como Papá Noel; a los niños les encantó y Okawara vio allí una oportunidad de negocio.
Aunque cuando en 2017, el presentador de “The Rising Sun Show” -un programa de televisión producido por el Ministerio de Asuntos Públicos de la Guarnición del Ejército de EE.UU.- entrevistó a un miembro de KFC, éste le aseguró que el concepto se impuso luego de que una navidad un cliente extranjero le solicitó a KFC entregar pollo frito vistiendo un disfraz de Papá Noel.
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Independientemente de cuál haya sido el origen, KFC logró capturar la imaginación de los comensales japoneses y crear un fenómeno nacional.
Pegadizo marketing navideño
Un hombre japonés, fotografiado en 2015, posa después de comprar KFC para su familia en la víspera de Navidad en Tokio.
Por supuesto, el éxito de la campaña “Kentucky para Navidad” estuvo respaldado por una sustancial inversión publicitaria.
Un anuncio típico de Navidad de KFC de los años 70 u 80 probablemente habría mostrado a una familia disfrutando de un delicioso festín de pollo dorado y frito mientras la canción “My Old Kentucky Home” sonaba de fondo.
“Cualquiera que haya crecido en EE.UU. sabe inmediatamente que ‘My Old Kentucky Home’ no es un villancico navideño”, dice Bestor.
“Pero estas fueron campañas muy bien hechas que vincularon el pollo frito con la Navidad, y la Navidad con el consumo de fastuosos alimentos. Obviamente, la idea tuvo éxito”.
Los anuncios posicionaron a KFC como una forma elegante y auténtica de celebrar al verdadero estilo estadounidense, aunque esa idea no era del todo fiel a la realidad.
“Los comerciales festivos son lo que inicialmente me hicieron querer probar comer KFC para Navidad”, dijo a CNN Travel Shuho Inazumi, un bibliotecario que vive en Iwakuni en la isla de Honshu. “Soy del campo y no había demasiados KFC, así que KFC era algo genial”.
Sabores familiares
Pero atribuir un éxito tan duradero únicamente a la publicidad inteligente no sería totalmente justo, también se puede atribuir a la compatibilidad de KFC con las normas culturales existentes.
Por ejemplo, Bestor dice que KFC es similar a un popular plato tradicional japonés llamado karaage, que comprende pequeños trozos de pollo o pescado empanizados con panko.
“En términos de perfiles de sabor, Kentucky Fried Chicken no es exagerado, no es un sabor nuevo o algo a lo que la gente tiene que acostumbrarse”, dice.
Del mismo modo, la tradición de compartir un gran “barril de fiesta” de pollo frito, ensalada de col y pastel encaja perfectamente en la cultura gastronómica japonesa.
“Poder compartir comida es una práctica social importante en Japón. Por lo tanto, una cubeta de pollo frito tiene un sabor familiar y satisface este deseo de comer juntos”, agrega.
Este año, KFC vuelve a atraer a los comensales con imágenes apetitosas de platos como doradas alas de pollo, festivos pasteles rojos y relucientes muslos de pollo ahumado. Y aunque los paquetes navideños y los barriles de fiesta de la compañía siguen siendo muy populares, algunos japoneses han establecido nuevas tradiciones a lo largo de los años.
“Cuando compraba KFC para Navidad, no había muchas opciones de comida para las fiestas”, dice Inazumi.
“Ahora puedo encontrar recetas de carne asada, jamón y pollo asado en internet, ir a una comida compartida con amigos o visitar un bufet navideño en un hotel”.
Aunque para Naomi es una tradición a la cual no piensa renunciar pronto.
“Por ahora no tengo hijos”, dice. “Pero esta es una tradición que mi familia espera continuar en el futuro”.