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Los ucranianos se preparan para la guerra en el lugar del peor desastre nuclear del mundo

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olivertapia

Chernobyl, Ucrania (CNN) — Es un viernes gélido en la Zona de Exclusión de Chernobyl en Ucrania y docenas de periodistas con chalecos amarillos fluorescentes se dan codazos frenéticamente mientras compiten por la posición de la cámara en una ciudad donde nadie ha vivido desde 1986.

Chernobyl ha sido abandonada desde que aquí ocurriera el peor desastre nuclear del mundo hace tres décadas. Pero con decenas de miles de soldados rusos reunidos en la frontera de Ucrania con Belarús, a solo unos kilómetros de distancia, la ciudad fantasma ahora alberga a las fuerzas de seguridad que se entrenan para la guerra. Ucrania está utilizando Chernobyl para prepararse para otro posible cataclismo.

Hay incertidumbre sobre una posible invasión de Rusia a Ucrania 2:48

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha negado sistemáticamente que el Kremlin esté planeando una incursión en Ucrania. Los despliegues de Rusia en Belarús aparentemente están vinculados a ejercicios conjuntos que comenzarán el jueves. Sin embargo, fotografías satelitales muestran que se están estableciendo campamentos rusos cerca de la frontera con Ucrania, a cientos de kilómetros de donde se llevan a cabo los ejercicios.

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Si Rusia fuera a invadir Ucrania, la Zona de Exclusión de Chernobyl es un posible conducto hacia Kiev. Funcionarios estadounidenses y de la OTAN dicen que el presidente Putin está aumentando constantemente su presencia militar en Belarús de 5.000 soldados en enero a un estimado de 30.000 en algún momento de este mes.

Alexandra Stupak, oficial de la Guardia Fronteriza de Ucrania. “Estamos listos para proteger nuestra Ucrania”, dice. “Pero no queremos [una] situación de conflicto”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el jueves que el despliegue en Belarús es el más grande de Rusia desde la Guerra Fría, y muchas de esas fuerzas están a solo dos horas en automóvil de Kiev.

Batalla de propaganda en Chernobyl

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, en Pripyat, Ucrania, durante los ejercicios de entrenamiento de la guardia nacional.

El aire está cargado de azufre mientras las tropas de la guardia nacional limpian la ciudad de soldados enemigos imaginarios, disparando cientos de rondas de munición real contra los recortes de madera contrachapada en las ventanas de los edificios circundantes en Chernobyl.

Un francotirador dispara contra un objetivo naranja en lo alto de un bloque de apartamentos en Chernobyl. Se lanza un mortero a un claro nevado. Un vehículo blindado atraviesa barricadas para enfrentarse a los asaltantes retenidos en el segundo piso de un edificio.

Hace más de 35 años, una explosión en la planta de energía nuclear Vladimir Lenin en Chernobyl obligó a una evacuación en toda la región y provocó que la lluvia radiactiva se extendiera por toda Europa. Treinta y una personas murieron en la explosión, mientras que millones quedaron expuestas a niveles peligrosos de radiación. Las estimaciones del número final de muertes por problemas de salud a largo plazo ascienden a 200.000.

Ahora, en entrenamiento para la guerra, Ucrania ha traído a los medios de comunicación del mundo para que lo vean.

Denys Monastyrsky, ministro de Asuntos Internos de Ucrania, dijo a los periodistas que las fuerzas de seguridad estaban utilizando los ejercicios de Chernobyl para demostrar lo lejos que han llegado en las tácticas de combate urbano desde que Rusia anexó Crimea y separatistas prorrusos tomaron una franja del este de Ucrania hace casi ocho años.

“Todos estos escenarios están tomados y resumidos de los casos que han ocurrido desde 2014”, dijo Monastyrsky.

Espectáculo bélico en Chernobyl

El espectáculo en Chernobyl, sin embargo, también es un intento de Kiev de igualar el deslumbrante esfuerzo de propaganda que sale de Moscú.

En el frente diplomático, Rusia ha acusado reiteradamente a la OTAN de ser la parte responsable de la crisis, argumentando que la expansión hacia el este de la alianza representa una amenaza existencial. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Rusia ha lanzado videos de propaganda dignos de una producción de Hollywood, con columnas de tanques conduciendo a máxima velocidad a través de la estepa congelada y cazas de ataque terrestre que se abalanzan sobre las bases en el sur de Belarús.

1 de 34 | El capitán de la Armada de Ucrania, Oleksandr Hrigorevskiy, de pie en el muelle del puerto de Mariupol con su barco, el Donbas, detrás de él. “No espero una guerra en el mar con los rusos”, dijo. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 2 de 34 | Soldados ucranianos pasan junto a un edificio destruido en Marinka el 1 de febrero. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 3 de 34 | Los ucranianos que vienen del territorio controlado por los separatistas se detienen en el puesto de control de Novotroitskoye. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 4 de 34 | Anna Yvleva, una integrante del ejército ucraniano de 30 años, comanda un escuadrón de infantería de seis hombres. Está casada con un oficial del mismo batallón. Sus cuatro hijos están bajo el cuidado de su abuela mientras sus padres están desplegados en el frente. Yvleva le dijo al fotógrafo Timothy Fadek que era maestra antes de unirse al ejército hace cuatro años. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 5 de 34 | Zoya Kralya, de 66 años, es una de las últimas residentes de Vodyane, Ucrania, una pequeña aldea en el área de Donetsk. Desde que murió su marido hace unos años, vive sola y cuida de sus cabras y varios perros y gatos. “Si hay una guerra, me refugiaré en el sótano, abastecido de comida y agua en caso de que tenga que estar bajo tierra durante semanas”, le dijo a Fadek. “El conflicto de 2014 y 2015 fue lo peor que experimenté en mi vida. No quiero volver a vivirlo”. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 6 de 34 | Soldados ucranianos apostados en Marinka. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 7 de 34 | Un miembro del ejército ucraniano sostiene un periscopio mientras desciende desde un mirador cerca de Shyrokyne, Ucrania. (Timothy Fadek/Redux para CNN) 8 de 34 9 de 34 | A unos 500 metros de los separatistas respaldados por Rusia, un grupo de soldados ucranianos espera una pelea que seguramente se avecina. Y los hombres están extrañamente relajados al respecto, según el fotógrafo Timothy Fadek, quien pasó tiempo con los soldados el viernes en el frente en la región oriental de Lugansk en Ucrania. Navega por la galería para ver cómo se preparan los soldados ucranianos en estos momentos de tensión. En esta foto un soldado ucraniano vigila una posición en el frente en Avdiivka el 23 de enero de 2022. (Crédito: Timothy Fadek/Redux for CNN) 10 de 34 | En esta foto, residentes locales pasan frente a un edificio de apartamentos en la ciudad ucraniana de Marinka el sábado 22 de enero. El edificio sufrió graves daños durante los combates en 2015 entre el ejército ucraniano y los separatistas respaldados por Rusia. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN 11 de 34 | Si bien es posible que no estén de acuerdo con el origen de un ataque, todos están 100% convencidos de que algo sucederá. Zhanna, de 42 años, es teniente y médico del ejército ucraniano, con sede en Avdiivka. Antes de unirse al ejército el año pasado, era médica pediátrica en un hospital local. Su marido es oficial del ejército. “No estoy segura de que haya un ataque de Rusia”, dijo, “pero estoy lista para tratar a los soldados en caso de que resulten heridos en combate”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 12 de 34 | En esta foto un soldado ucraniano camina una zona industrial destruida en Avdiivka que se encuentra en algunas áreas a solo 50 metros de las trincheras separatistas. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 13 de 34 | Las tensiones entre Ucrania y Rusia están en su punto más alto en años, con una acumulación de tropas rusas cerca de la frontera que genera temores de que Moscú pueda lanzar una invasión pronto. El Kremlin ha negado que esté planeando atacar, argumentando que el apoyo de la OTAN a Ucrania constituye una amenaza creciente en el flanco occidental de Rusia. En esta imagen se ve a soldados que vigilan su posición de primera línea en Avdiivka el 23 de enero. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 14 de 34 | En Muratove, una ciudad ucraniana a unos 20 minutos en coche desde el frente, la gente está mucho más nerviosa que los soldados, dijo Fadek. Pero ellos también parecen resignados a su destino. Entre tanto, un grupo de muchachos en Marinka pescan en el hielo. “No leen las noticias y no tienen una opinión sobre el desarrollo militar ruso”, dijo el fotógrafo Timothy Fadek. “Pero dijeron que sus padres estaban extremadamente preocupados y miraban las noticias de televisión constantemente”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 15 de 34 | Cuando se le preguntó qué pensaba sobre la posibilidad de un ataque, un agricultor se encogió de hombros. “Sucederá”, dijo, “pero no hay nada que nadie pueda hacer para detenerlo”. En esta foto, un soldado ucraniano en Avdiivka sostiene un gato el domingo. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 16 de 34 | Soldados ucranianos están sentados en la parte trasera de un camión en Slov’yanoserbs’k el viernes 21 de enero. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 17 de 34 | Un soldado se para en las trincheras en Avdiivka. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 18 de 34 | Un residente anda en bicicleta en Marinka el 22 de enero . “Aunque esta pequeña ciudad está a menos de 40 kilómetros del frente separatista, los residentes intentan continuar con sus vidas lo más normal posible”, dijo Fadek. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 19 de 34 | Un residente anda en bicicleta en Marinka el 22 de enero . “Aunque esta pequeña ciudad está a menos de 40 kilómetros del frente separatista, los residentes intentan continuar con sus vidas lo más normal posible”, dijo Fadek. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 20 de 34 | Soldados ucranianos vigilan la línea del frente en Avdiivka. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 21 de 34 | Una mujer pasa junto a un edificio de apartamentos dañado en Marinka el 22 de enero. “El estado de ánimo era sombrío, deprimido y resignado”, dijo Fadek. “La gente sigue los movimientos de su vida diaria”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 22 de 34 | Viktoria, a la derecha, mira televisión con su hija de 10 años y su hijo y su novia en Marinka el 33 de enero. Cuando se le preguntó si tenía un mensaje para los líderes mundiales involucrados en el conflicto, Viktoria dijo: “Deténganse. Solo deténganse. Es suficiente. Piensen en sus hijos si estuvieran aquí”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 23 de 34 | Una mirada al interior de un Trinchera ucraniana en primera línea. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 24 de 34 | Soldados ucranianos vigilan su posición de trinchera de primera línea el viernes. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 25 de 34 | Un soldado ucraniano vigila en Avdiivka. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 26 de 34 | Un automóvil destruido afuera de un edificio dañado en Avdiivka. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 27 de 34 | Un soldado ucraniano camina por la zona industrial en Avdiivka. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 28 de 34 | Un soldado ucraniano cubre una posición de artillero el 22 de enero. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 29 de 34 | Un grupo de hombres juegan billar en Marinka durante un torneo local el 21 de enero. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 30 de 34 | Un soldado ucraniano camina por una zona industrial destruida en Av. diivka que ha sido objeto de fuertes bombardeos a lo largo de los años. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 31 de 34 | Un agricultor en Muratove corta leña el 21 de enero mientras los miembros de su familia la recogen para venderla a una base militar ucraniana cercana. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 32 de 34 | Los soldados con los que Fadek pasó tiempo el viernes estaban extremadamente relajados, dijo. “Han aceptado lo inevitable”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 33 de 34 | Una mujer vende pescado seco en la carretera que conduce a Kramatorsk el jueves 20 de enero. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN) 34 de 34 | Un soldado camina con perros en una trinchera de primera línea . “He estado en las trincheras muchas veces antes en el verano”, dijo Fadek. “Esta es la primera vez que fue en invierno. Visualmente, debido a que las trincheras y el paisaje están cubiertos de nieve, me recuerda a las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Fría miseria”. (Crédito: Timothy Fadek/Redux para CNN)

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La naturaleza exacta de la amenaza de Rusia a Ucrania sigue sin estar clara y es motivo de controversia.

Los funcionarios ucranianos han pasado gran parte de las últimas semanas restando importancia a la estimación de Estados Unidos de que una invasión rusa podría ser “inminente”, preocupados de que el terrible lenguaje estuviera causando pánico y desestabilizando la economía.

“Tenemos los mismos hechos, pero la percepción diferente, o una estimación diferente”, dijo a CNN el ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, después de ver los ejercicios en Chernobyl.

La Casa Blanca ya no llama “inminente” una invasión potencial debido a las preocupaciones, dicen, de que el término sugiere que Putin ya tomó la decisión de invadir Ucrania.

No obstante, Ucrania admite que la concentración militar de Rusia en Belarús es preocupante.

‘Solo un tonto comenzaría una guerra’

“Solo un tonto comenzaría una guerra”, le dice a CNN un residente ucraniano mientras da una calada profunda a su cigarrillo liado a mano.

La guerra está lejos de la mente de muchos ucranianos que viven cerca de la frontera donde se unen Ucrania, Belarús y Rusia.

“Han estado diciendo ‘se avecina una guerra’ durante cinco años”, dijo un hombre que pidió no ser identificado.

“Solo un tonto comenzaría una guerra”, dijo. “No habría ganadores”.

En el Three Sisters Café, llamado así por las tres ex repúblicas soviéticas, Masha, de 64 años, sirve café expreso en vasos de papel para los conductores cansados que deambulan.

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Camión tras camión esperan para cruzar a Rusia. Algunos llevan atrapados durante días, frenados por las restricciones de covid-19. Tienen pocas opciones más que esperar y tomar una bebida caliente de la cafetería.

Masha está convencida: Aquí no viene ninguna guerra.

“No va a pasar”, grita, agitando la mano en el aire. “¿Putin irá a la guerra con los civiles? No hará eso. Nunca en su vida. Todo son mentiras, política. Ni siquiera pensamos en eso”.

El Three Sisters Cafe se ve cerca de la frontera de Ucrania con Rusia y Belarús.

Trabaja en el café, dice, para complementar su pensión, que equivale a unos US$ 77 al mes. Está menos preocupada por los juegos geopolíticos que juegan los líderes mundiales que por las dificultades de la vida cotidiana.

“Si pudiera, disolvería el Parlamento”, dijo. “Deberían haberle dado a la gente pensiones adecuadas. Para que la gente no sea mendigo, pobre”.

Masha, de 64 años, en el Café Three Sisters.

Peter Vujcic, un camionero serbio con edad suficiente para recordar la guerra en su propio país, tampoco está preocupado.

Vujcic habló con CNN mientras se dirigía a la capital serbia, Belgrado, poco después de cruzar la frontera de Belarús con Rusia. Dijo que ha visto equipo militar yendo y viniendo en Belarús, pero que no está preocupado por eso.

Peter Vujcic, un camionero serbio, cruzó la frontera desde Rusia camino a Belgrado. “Todo estará bien”, dijo.

“Todo estará bien”, dijo con una sonrisa, asomándose por la ventana de su taxi.

Mark Esplin de CNN y el periodista Kostan Nechyporenko contribuyeron a esta historia.

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