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BA.2, ¿dónde estás? La cepa dominante del covid-19 no ha mostrado signos de iniciar una oleada

Pixabay

Alexandra Ferguson

(CNN) — Puede que la subvariante BA.2 del coronavirus sea realmente la “variante sigilosa”.

La subvariante de ómicron causó hasta 3 de cada 4 casos de covid-19 en Estados Unidos la semana pasada, según la más reciente vigilancia genómica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), pero hasta ahora no hay signos de un aumento inminente en el país.

Incluso cuando la subvariante BA.2 se ha convertido en la cepa dominante, el número total de casos sigue disminuyendo, afirma la Dra. Jessica Justman, epidemióloga de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.

“Este es un claro ejemplo de cómo estas dos tendencias no están necesariamente unidas”, dice.

Si las cosas se mantienen tranquilas, como predicen algunos modelos, será la primera vez que una cepa vírica se imponga en EE.UU. sin provocar un aumento de los casos de covid-19.

Eso es diferente de lo que está ocurriendo en el Reino Unido, algunos países europeos y partes de Canadá, donde la llegada de la subvariante BA.2 coincidió con una nueva ola de casos y hospitalizaciones.

Andy Pekosz, que estudia los virus en la Universidad Johns Hopkins, afirma que la nueva oleada de casos en Europa puede tener más que ver con el calendario que con las características del BA.2.

“Lo que se registra en Europa puede ser el resultado del hecho de que levantaron sus restricciones antes de tiempo, no tanto de que esté ahí la subvariante BA.2”, dice.

Pekosz afirma que muchos países europeos abandonaron algunas precauciones cuando ya había mucho virus circulando. Dice que los casos en EE.UU. se redujeron más rápido y llegaron a un nivel más bajo antes de que BA.2 superara a su primo ómicron en el país.

“Cuando se empieza en un lugar bajo, se tarda mucho más en acumular un número elevado de casos”, afirma.

También sugiere que EE.UU. puede no estar del todo fuera de peligro con la subvariante BA.2, ya que las vacaciones de primavera y las de Semana Santa y Pascua significarán más viajes y más mezcla de personas de diferentes partes del país.

Lo que sabemos sobre la subvariante BA.2: ahora la causa dominante de covid-19 en Estados Unidos

Pocos indicios de aumento de las infecciones

La razón por la que en EE.UU. no se está produciendo el mismo aumento de nuevas infecciones por BA.2 que en los países europeos sigue estando a discusión.

Una de las teorías es que ya no se ven casos positivos en las pruebas. Los datos recogidos por los CDC y los departamentos de salud estatales sobre las pruebas positivas son generados por los laboratorios; no cuentan las pruebas que la gente se hace en casa.

Y se ha producido un “cambio drástico” hacia el uso de pruebas caseras en EE.UU., dice Mara Aspinall, profesora de la Universidad Estatal de Arizona que ha estado estimando los volúmenes de pruebas caseras y de laboratorio.

Según ella, en enero y febrero se registraron entre 1 millón y 1,5 millones de pruebas de laboratorio de covid-19 al día, pero entre 6 millones y 8 millones de pruebas caseras. Un caso detectado por una prueba casera no suele notificarse a menos que se confirme posteriormente con una prueba de laboratorio.

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“Creo que no hay duda de que hay una declaración menor de casos positivos”, dijo Aspinall. Cree que esta es, en parte, la razón por la que los CDC han cambiado sus medidas contra la pandemia para centrarse en las hospitalizaciones y en la capacidad de los hospitales, y han cambiado su vigilancia a las aguas residuales, que miden los niveles de infección incluso cuando la gente no se somete a las pruebas.

Vigilancia de las aguas residuales

Sin embargo, incluso en las aguas residuales no hay mucho que ver.

Si nos centramos en las zonas del país que registran mayor transmisión de BA.2, como Nueva York, las aguas residuales solo se han visto afectadas de forma modesta.

“Todavía es bajo cuando miramos las cifras absolutas de copias virales en las aguas residuales”, dijo David Larson, profesor asociado de salud pública en la Universidad de Syracuse que ayudó a crear el tablero de control de las aguas residuales del estado.

“No estamos al nivel de la oleada de ómicron [BA.1], pero está aumentando, y la propagación en la comunidad está presente, y la transmisión sigue siendo alta”, dijo Larson.

Al haber más transmisión del virus, dice Larson, las autoridades podrían registrar un aumento de los casos, pero no está seguro. Dependerá de cuán grave se enferme la gente por las infecciones.

“Los casos miden el acceso al tratamiento y el acceso a las pruebas”, dijo. “Así que es difícil prever lo que harán los casos”.

En San Francisco también se observan indicios de que la subvariante BA.2 puede estar tomando impulso, pero no ha sido uno importante.

El Dr. Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, afirma que el Área de la Bahía ha sido una de las zonas más cautelosas del país durante toda la pandemia. Incluso hay algunas escuelas que siguen cerradas porque no están dispuestas a tolerar el riesgo.

Le sorprendió ver que el condado de San Francisco ocupaba recientemente el primer lugar por su media de siete días de nuevos casos en el tablero de covid-19 del Departamento de Salud Pública de California.

“Tuve que tallarme los ojos”, dijo Chin-Hong. “Miro estas tendencias casi todos los días, y San Francisco solía estar entre los más bajos, y ahora está entre los más altos” en términos de nuevos casos. La positividad de las pruebas también está aumentando.

Pero los aumentos que ve son pequeños. “Están a punto de subir y como si se tratara de impulsar hacia adelante”, dijo.

Chin-Hong afirma que San Francisco es “superinmune” en este momento, con una de las tasas de vacunación más altas del país y un impulso de anticuerpos por la reciente ola de infecciones de la subvariante BA.1 de ómicron.

En el hospital donde trabaja, las cosas están tranquilas en cuanto al covid-19.

Le recuerda lo que ocurrió en Dinamarca y Sudáfrica con la subvariante BA.2, “que básicamente no fue nada. No hubo explosiones de casos, ni se perdieron vidas”.

Ponle freno a la ansiedad antes de que comience con estas estrategias

Eso no impedirá que la gente se sienta ansiosa, dijo. A medida que aumenten los casos, la gente se quedará en casa y no dejará que sus hijos vayan a la escuela.

La ansiedad proviene de dos cosas: el trastorno de estrés postraumático de anteriores oleadas y una medida de libertad a la que no quieren renunciar, dijo.

Y aunque no está preparado para dar el visto bueno, cree que las cosas pueden ir mejor de lo que la gente espera esta vez.

¿Estamos avanzando gracias a las fallas?

Si el BA.2 no causa estragos, puede ser porque Estados Unidos hizo un trabajo tan pobre para detener la transmisión de ómicron y las variantes que lo precedieron, que hemos fallado “hacia arriba”, equivocándonos a lo largo del camino y alcanzando un alto nivel de protección inmunológica.

Las variantes BA.1 y BA 1.1 proliferaron en EE.UU. durante el invierno boreal, cuando la gente abandonó el uso de mascarillas y reanudó en gran medida sus planes de vacaciones.

“Ese pico fue simplemente masivo. No se parecía a nada que hubiéramos visto antes”, dice Marina Matus, presidenta y CEO de Biobot Analytics, una empresa que ha estado analizando las aguas residuales de los condados locales y otros alcantarillados de Estados Unidos desde 2020.

Matus afirma que las variantes ómicron y delta arrasaron con la población en cuestión de semanas, mientras que BA.2 lleva unos meses arrastrándose.

“Ha ido muy, muy lentamente, y hasta ahora, no hemos visto un impacto en el nivel de la enfermedad”, dijo.

Matus señala a Ontario, que registra una mayor carga viral en sus niveles de aguas residuales, lo que indica más infecciones. El pico de ómicron de esa provincia con BA.1 hace unos meses no fue tan alto como el de EE.UU. y puede que no haya dejado tanta inmunidad a su paso.

“Esos datos, para mí, dirían que, ya sabes, tuvieron una ola de ómicron más pequeña, y ahora [BA.2 está] repuntando”, dijo.

La última estimación de los CDC es que el 95% de los estadounidenses tienen algún nivel de inmunidad, ya sea por infección o por vacunación. Se cree que alrededor del 43% de los estadounidenses tienen anticuerpos por la infección.

Esta inmunidad tuvo un alto precio: Estados Unidos sigue siendo el líder mundial en muertes por covid-19, con más de 980.000, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Recordar esto hace que cualquier respiro de covid-19 en las próximas semanas sea algo agridulce. También puede ser breve, ya que el mundo espera ver qué otras sorpresas nos depara el virus.

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