El gesto conciliador de Trump en la guerra comercial fue recibido entre burlas y desconfianza en China
Por Juliana Liu y Nectar Gan, CNN
El presidente de EE.UU., Donald Trump, entusiasmó a los inversionistas del mundo al sugerir una posible reducción de los aranceles sobre las importaciones chinas. Sin embargo, su aparente disposición a bajar el tono de la guerra comercial con la segunda economía más grande del mundo fue ignorada por funcionarios del gobierno chino y ridiculizada en redes sociales como una forma de “echarse para atrás”.
El martes, Trump declaró a la prensa desde el Despacho Oval que los altos aranceles aplicados a productos chinos “bajarán sustancialmente”. Incluso prometió dejar de lado la retórica dura, aseguró que será “muy amable” en la mesa de negociaciones y se comprometió a no mencionar el origen de la pandemia de covid-19.
Pero Beijing no se dio por aludido. En cambio, exigió la eliminación total de los aranceles impuestos por EE.UU. a China.
“Como dice el refrán: ‘Quien ató la campana, debe desatarla’”, afirmó este jueves ante los medios He Yadong, vocero del Ministerio de Comercio chino.
“Los aumentos arancelarios unilaterales fueron iniciados por EE.UU. Si realmente quiere resolver el conflicto, debería escuchar las voces racionales de la comunidad internacional y de sus propios actores internos, eliminar completamente todas las medidas arancelarias unilaterales contra China y buscar una solución a través del diálogo en igualdad de condiciones”, agregó.
Funcionarios chinos también negaron que haya comunicación directa entre ambos gobiernos. El miércoles, Trump había asegurado que existen conversaciones “diarias” entre representantes de EE.UU. y China sobre comercio, aunque no dio detalles.
“Todas estas son noticias falsas”, declaró el jueves Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, al ser consultado. “Que yo sepa, China y Estados Unidos no han entablado consultas ni negociaciones sobre la cuestión arancelaria, y mucho menos han llegado a un acuerdo”.
Los expertos chinos que asesoran al Gobierno consideran que la rebaja retórica de Trump es una cesión a la presión interna estadounidense y un intento de aplacar a los mercados. Creen que Beijing tiene la sartén por el mango y no tiene prisa por llegar a un acuerdo con Trump.
Wang Yiwei, director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad Renmin de Beijing, explicó que, después de semanas de posturas y mensajes contradictorios, los funcionarios chinos desconfían de Trump.
“La presión (sobre Trump) dentro de su país está aumentando, y gran parte de su mensaje actual busca apaciguar las preocupaciones internas”, declaró a CNN, señalando la caída de Wall Street y la preocupación por la inflación. “Está un poco nervioso. Pero China no se cree sus declaraciones sobre (reducir sustancialmente) los aranceles. Dice una cosa hoy y otra mañana, quizá los vuelva a aumentar al día siguiente. No es confiable”.
Wu Xinbo, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad Fudan en Shanghai, dijo que China “no tiene prisa” para hablar y está preparada para soportar la presión económica.
“En lugar de aceptar ofertas de diálogo demasiado pronto, podría ser más beneficioso aguantar un poco primero. Esto podría facilitar las negociaciones y conducir a resultados más favorables para China”, dijo. “Podemos permitirnos esperar un poco más”.
Durante meses, Beijing ha proyectado una imagen de fortaleza. La semana pasada, el líder chino, Xi Jinping, visitó tres países del Sudeste Asiático para consolidar la posición de China como socio político y económico estable. Sin embargo, la economía china ya no es el gigante que era, y algunos expertos afirman que eventualmente tendrá que negociar.
El abrupto cambio de tono de Trump sobre China se produjo un día después de que se reuniera en privado con los directores ejecutivos de cuatro importantes empresas minoristas estadounidenses (Walmart, Target, Home Depot y Lowe’s), quienes expresaron su preocupación por las consecuencias económicas de su política arancelaria y la incertidumbre que ha creado en los mercados financieros.
Muchos de los principales bancos de inversión han predicho que los aranceles masivos, así como los aranceles de represalia del 125 % impuestos por China a los productos estadounidenses, hundirían a la economía estadounidense y a la mundial en una recesión.
Y aunque el presidente no ha cuantificado qué quiere decir con un recorte arancelario sustancial, un alto funcionario de la Casa Blanca le dijo por separado a The Wall Street Journal que los aranceles actuales del 145 % sobre China podrían reducirse a “aproximadamente entre el 50 % y el 65 %”.
Wang, de la Universidad Renmin, quien actualmente está de viaje en Washington y hablando con analistas estadounidenses, dijo sin embargo que reducir los aranceles a ese nivel no es suficiente para que China negocie.
“Si quieren negociar seriamente con China, entonces deberían cancelar primero todos esos aranceles infundados y luego volver a la mesa”, dijo, y añadió que Trump está tratando de “provocar” a Beijing para que entable conversaciones.
“Si lo llamas ahora y muestras cualquier signo de debilidad, pensará que su táctica está funcionando y redoblará su campaña”, añadió.
Wu, experto en Shanghai, dijo que las negociaciones comerciales tendrán que realizarse “en los términos de China”.
“Desde la perspectiva de China, lo diría de esta manera: la guerra comercial fue iniciada por Estados Unidos, pero negociar o no depende de China: cuándo hablar y de qué hablar lo decidirá China”, dijo.
La noticia de que la administración Trump estaba considerando reducir los aranceles fue ampliamente ridiculizada en las redes sociales chinas, donde los usuarios se burlaron del líder estadounidense en un aluvión de orgullo nacional.
El miércoles, la etiqueta “Trump se acobardó” fue tendencia en la red social Weibo, con más de 150 millones de visualizaciones. Una etiqueta relacionada sobre el posible plan de reducir los aranceles entre un 50 % y un 65 % también fue ampliamente leída el jueves.
“¡De nuestra parte, no nos importa!”, escribió un usuario en un comentario que obtuvo más de 1.000 “me gusta”. Otro dijo: “Si ni siquiera se cancelan los llamados aranceles recíprocos, ¡ni se molesten en negociar!”.
Esta postura inflexible, tan común, refleja las respuestas públicas de China. Sin embargo, a pesar de la postura oficial de Beijing, algunos expertos chinos cuestionan la sensatez de un enfrentamiento prolongado con Washington.
En declaraciones a CNN bajo condición de anonimato, un experto en política exterior de China dijo que estaba preocupado por el impacto de los altísimos aranceles en la ralentizada economía del país.
“Las autoridades chinas no dicen la verdad. Estamos sufriendo la terrible crisis económica”, afirmó. Si los aranceles del 145 % se mantienen, “todo nuestro comercio exterior se verá significativamente afectado, lo que provocará una pérdida masiva de empleos. El malestar social podría aumentar y la legitimidad del gobierno podría verse comprometida”, añadió.
Opiniones similares expresadas por expertos chinos, incluidas críticas a la decisión de Beijing de imponer aranceles de represalia a Estados Unidos, suelen ser censuradas en las redes sociales chinas.
A principios de abril, un investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, un importante grupo de expertos del gobierno, publicó en su cuenta personal de redes sociales WeChat que las contramedidas de China eran “completamente equivocadas”.
“Que Estados Unidos aumente los aranceles es como levantar una piedra para luego dejarla caer sobre su propio pie: no deberíamos hacer lo mismo y hacernos daño”, escribió el investigador en la publicación, cuya captura de pantalla fue censurada tras ganar popularidad en línea.
El mes pasado, Beijing se fijó un ambicioso objetivo de crecimiento de alrededor del 5 % para este año, demostrando así su confianza en su economía exportadora. Sin embargo, los economistas creen que será difícil alcanzar esta meta.
Los analistas creen que las exportaciones, que aumentaron un 12,4 % en marzo en comparación con el año anterior, no podrán mantener ese fuerte impulso en los próximos meses debido a los aranceles estadounidenses. A principios de este mes, el banco de inversión Goldman Sachs afirmó que los aranceles estadounidenses tendrán un impacto significativo en la economía china.
El experto que habló con CNN de forma anónima cree que China se sentará en la mesa de negociaciones a tiempo.
“China está finjiendo”, dijo. “Debemos revertir rápidamente la guerra comercial con Estados Unidos, pero se trata de salvar las apariencias: fingir fortaleza mientras esperamos a que Estados Unidos ceda primero. Entonces podrá presentar cualquier acuerdo en las negociaciones entre China y Estados Unidos como una victoria china y un fracaso estadounidense”.
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