Skip to Content

¿Por qué a tantos estadounidenses no les gusta esta economía de crecimiento rápido?

Por Matt Egan y Elisabeth Buchwald, CNN

Datos publicados esta semana muestran que la economía estadounidense está creciendo a su ritmo más rápido en dos años y, sin embargo, las encuestas revelan que el estado de ánimo en Main Street es sombrío.

Cuesta creer que estemos hablando de la misma economía. Pero las métricas nos recuerdan una vez más que dos tendencias aparentemente divergentes pueden ser ciertas al mismo tiempo. Una economía en rápido crecimiento no significa necesariamente que todos la estén sintiendo.

Sí, el Producto Interno Bruto (PIB), la medida más amplia de la economía estadounidense, se aceleró este verano hasta una tasa anualizada de 4,3%, muy por encima de las expectativas de los economistas.

Pero el auge del PIB no se tradujo en un auge de la contratación laboral, ni vino acompañado de un retorno a la inflación normal.

“El PIB es un concepto abstracto. Pero la gente conoce el empleo. Saben que no pueden encontrar trabajo si pierden el suyo”, dijo a CNN en una entrevista telefónica este martes Mark Zandi, economista en jefe de Moody’s Analytics. “Y saben que están pagando más por el café, la carne, la electricidad, el cuidado de los niños y casi todo lo demás”.

El PIB es una especie de boletín de notas de la economía. Pero, como cualquier boletín de notas, puede que no refleje una imagen completa de lo que está sucediendo.

Por ejemplo, una de las principales razones por las que el PIB se aceleró en el tercer trimestre es que el gasto de los consumidores se disparó. Este ha sido un tema recurrente tanto en la administración Biden como en la de Trump: el gasto de los consumidores se ha mantenido resistente pese a una larga lista de obstáculos económicos.

Sin embargo, el informe no explica qué consumidores fueron los que aumentaron su gasto.

Economistas señalan que el incremento del gasto en el tercer trimestre probablemente fue impulsado por los consumidores de mayores ingresos, los que más se benefician de los valores inmobiliarios récord y de los sólidos rendimientos bursátiles.

Por otro lado, muchos estadounidenses con ingresos bajos y medios están luchando por mantenerse a flote. Algunos de ellos están recortando gastos y atrasándose en el pago de sus cuentas.

“Los jubilados y el 10% con mayores ingresos siguen impulsando la economía. Sigue siendo claramente una economía en forma de K”, dijo Mike Reid, economista sénior de Estados Unidos en RBC Capital Markets.

Aunque las personas quizá no perciban un PIB elevado, sí notan los precios altos.

La inflación no se ha disparado este año, como algunos temían que ocurriría debido a los aranceles del presidente Donald Trump.

Pero la inflación tampoco ha mejorado mucho desde que Trump asumió el cargo en enero, cuando los precios subían a una tasa anual del 3 % en comparación con la tasa del 2,7 % de noviembre (según datos del Gobierno que incluyen mucha letra pequeña debido a las distorsiones relacionadas con el cierre). Aun así, es superior a la tasa de inflación media anual del 1,7 % que sintieron los estadounidenses en la década anterior al inicio de la pandemia de covid-19, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés).

Los precios de algunos productos básicos han bajado. Por ejemplo, los huevos en noviembre eran un 13 % más baratos que un año antes, según la BLS. La leche era un 1 % más barata.

La gasolina se ha mantenido bajo control durante todo el año, con el promedio nacional cayendo en días recientes a US$ 2,86 por galón, un nuevo mínimo en cuatro años y medio. Esto contrasta marcadamente con la gasolina a US$ 5 por galón de 2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania.

Sin embargo, otros productos básicos han subido de precio.

Los consumidores están pagando en promedio un 7 % más por la electricidad, un tema clave durante las elecciones a gobernador de noviembre en Nueva Jersey y Virginia.

El gas natural, la forma más común de calefacción en los hogares de Estados Unidos, está un 9% más caro.

La carne molida de res subió 15% interanual en noviembre, el mayor aumento desde 2020. Y los consumidores están pagando mucho más por reparaciones de automóviles (10%) y por el café (19%), según la Oficina de Estadísticas Laborales.

Es cierto que los salarios también han aumentado, pero en general no lo suficiente para seguir el ritmo del costo de vida.

Datos de depósitos de Bank of America muestran que en noviembre los salarios solo superaron a los precios en los hogares de mayores ingresos. El crecimiento salarial de los hogares de ingresos medios fue solo del 2,3%, mientras que en los hogares de menores ingresos aumentó solo 1,4%.

Si la economía de Estados Unidos estuviera realmente en auge, los consumidores no estarían preocupados por la seguridad de su empleo. Eso no es lo que se observa hoy.

La proporción de consumidores que creen que habrá más ofertas de empleo en los próximos seis meses cayó al nivel más bajo en cuatro años, según las cifras de confianza de los consumidores publicadas el martes por The Conference Board. También aumentó la proporción de consumidores que creen que es más difícil conseguir un empleo.

Esto ocurre mientras la tasa de desempleo alcanzó en diciembre un máximo de cuatro años de 4,6%, frente al 4% registrado en enero. A principios de 2025, el número de personas que buscaban trabajo superó al de vacantes disponibles por primera vez en cuatro años.

Todo esto hace que los consumidores tengan una visión más pesimista de la economía, de acuerdo con los datos generales de confianza del consumidor.

Una de las razones por las que la contratación se ha desacelerado es que las empresas están aprendiendo a hacer más con menos trabajadores gracias a los avances en inteligencia artificial. Al mismo tiempo, los cambios erráticos en la política comercial de Trump han dejado a muchas empresas en un estado de parálisis. Ante la incertidumbre sobre los próximos movimientos arancelarios, muchas han pausado sus planes de contratación. Además, algunas han optado por reducir personal para evitar trasladar a los consumidores aumentos de precios derivados de los aranceles.

En resumen: por muy alto que sea el PIB, no hará que los estadounidenses se sientan mejor con respecto a la economía. Lo que sí lo hará es que los salarios rindan más, se tenga una mayor certeza sobre lo que viene y haya más seguridad laboral.

The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.

Article Topic Follows: CNN - Spanish

Jump to comments ↓

Author Profile Photo

CNN Newsource

BE PART OF THE CONVERSATION

KVIA ABC 7 is committed to providing a forum for civil and constructive conversation.

Please keep your comments respectful and relevant. You can review our Community Guidelines by clicking here

If you would like to share a story idea, please submit it here.