Trump aún no entiende por qué debe evitar conflictos de intereses
Nota del Editor: Dean Obeidallah, exabogado, es el presentador del programa diario de radio en SiriusXM “The Dean Obeidallah Show” y columnista para The Daily Beast. Síguelo en @DeanObeidallah. Las opiniones expresadas en el siguiente artículo son propias del autor.
(CNN) — El presidente Donald Trump revirtió abruptamente el rumbo el sábado y anunció que la cumbre del G7 de 2020 no se llevaría a cabo en su centro vacacional Trump National en el Doral, Florida, después de todo. El giro de 180 grados llegó después de una arremetida de críticas fulminantes, incluso provenientes de los más fieles seguidores de Trump como Geraldo Rivera, que dijo que la decisión “es una burla a la Constitución”.
Ahora, antes de que alguien aplauda la reversión de Trump como una señal de que finalmente entiende que está mal sacar ventaja de estar en la Casa Blanca, vean las razones que dio para cambiar de sede. Queda claro que al presidente no le preocupó en lo más mínimo el evidente conflicto de intereses. En cambio, parecería que simplemente estaba cansado de defender su elección. Y al señalar a los demócratas y a los medios como chivos expiatorios, Trump logró desentenderse de todo y reforzar su base de votantes en el proceso.
Vea simplemente la explicación de Trump en Twitter. ¿Dijo Trump que quería evitar la apariencia de un conflicto de intereses? Por supuesto que no. En cambio, Trump brindó prácticamente un anuncio comercial de su centro vacacional con cancha de golf, al escribir: “Es grande, majestuoso, sobre cientos de acres, al lado del AEROPUERTO INTERNACIONAL DE MIAMI, tiene maravillosos salones de baile y de reuniones, y cada delegación tendría su edificio de 50 a 70 unidades”.
Trump revierte el rumbo y dice que su resort de Florida no se usará para la cumbre del G7
Trump luego defendió su elección añadiendo que estaba dispuesto a celebrar el evento “SIN GANANCIA”. Por supuesto, como señaló el independiente Politifact.com, ser el anfitrión de la cumbre del G7, que atrae a siete líderes del mundo junto a cientos de diplomáticos, periodistas y personal de seguridad beneficiaría a Trump de dos maneras. Primero, llenaría el hotel en junio, que es la temporada baja en Florida. Incluso si las habitaciones se brindaran “al costo”, la inversión de los huéspedes en el centro sería una suma cuantiosa y reduciría los costos de estructura. Y, por otra parte, brindaría una cantidad incalculable de publicidad mundial gratuita a todo el centro de golf de Trump.
En Twitter, Trump citó la “Hostilidad Descabellada e Irracional” de los medios y de los demócratas -dos de sus objetivos favoritos- para forzarlo a considerar otras locaciones, como la propiedad gubernamental Camp David, que es el lugar en que el presidente Obama realizó el G7 en 2012.
Hablando de Obama, imagine si fuera dueño de una cadena de hoteles y quisiera organizar un evento gubernamental oficial en su propiedad. Trump estaría liderando la carga criticándolo y solicitando su juicio político.
Pero nada de esto nos sorprende considerando cómo Trump ha dado señales de alerta en cuanto a posibles conflictos de intereses.
Si bien Trump ha colocado sus bienes de negocios en un fideicomiso que es controlado por su familia y un asociado cercano, él sigue siendo el beneficiario exclusivo, y aún se beneficia de las ganancias obtenidas por sus propiedades.
Su hijo Eric Trump ha dicho que informa a su padre sobre los asuntos financieros de la Organización Trump, y es muy probable que Trump esté enterado de los funcionarios extranjeros y grupos de intereses que, entre otros, se alojan en sus propiedades o albergan eventos ahí.
Los investigadores de la Cámara de Representantes se están fijando en alegatos de que una asociación comercial y un gobierno extranjero reservaron una gran cantidad de habitaciones en propiedades de Trump y utilizaron solo una fracción, según Politico. El representante Gerry Connolly – demócrata de Virginia – dijo. “Ahora estamos viendo prácticamente un soborno. Ese era el riesgo desde el primer día: gobiernos extranjeros y otros que buscan apoyo porque sabemos que Trump le presta atención a esto. Es un intento obvio de congraciarse con él”.
¿Evita realmente Trump los conflictos de interés en sus negocios?
Los representantes de al menos 22 gobiernos extranjeros parecen haber gastado dinero en las propiedades de la Organización Trump, según un análisis de NBC en junio. Trump prometió donar cualquier ganancia de gobiernos extranjeros al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y la Organización Trump ha donado US$ 343.000 en 2017 y 2018, aunque no está claro si esa es la suma total.
En marzo 2018, el Instituto Americano del Petróleo, el principal grupo de presión de la industria petrolera, llevó a cabo una reunión de dos días de su junta directiva en el Hotel Internacional Trump en Washington, previo a que los ejecutivos se dirigieran a la Casa Blanca a reunirse con Trump a mitad de la conferencia, según reportó Politico.
Kuwait también movió su evento anual del día nacional, del hotel Four Seasons al hotel Trump, en Washington, luego de que Trump fuera elegido. Si bien el embajador kuwaití negó que el evento fuera movido para mejorar las relaciones entre las dos naciones, el experto en ética Norm Eisen dijo que fue una violación a la cláusula de emolumentos de la Constitución, que prohíbe que los presidentes acepten regalos o beneficios de un gobierno extranjero. La asesora del presidente Kellyanne Conway asistió a las festividades kuwaitíes, que da más fuerza al argumento de que el dinero gastado en las propiedades del presidente podría facilitar el acceso a funcionarios estadounidenses, sino a Trump mismo.
Y después están los costos -pagados por los contribuyentes- cuando Trump se hospeda en sus propias propiedades (ha pasado más de 300 días de su presidencia de visita en al menos una de sus propiedades, según The New York Times). Por ejemplo, el Servicio Secreto ha destinado supuestamente más de US$ 95.000 para alquilar carritos de golf en la cancha de golf de Trump entre mayo y octubre este año por un total de US$ 500.000 tan solo en carritos de golf desde que Trump asumió el cargo.
Una manera de reducir las probabilidades de que Trump saque provecho de su cargo es que los republicanos del Congreso se unan a los demócratas para aprobar un proyecto de ley que prohíba que fondos de contribuyentes sean gastados en propiedades de Trump. Pero dada la cobardía que los republicanos han mostrado cuando se trata de hacerle frente a Trump, es poco probable que adopten ese proyecto de ley. El resultado podría ser que, si bien Trump ya no llevará a cabo la cumbre del G7 en su centro vacacional de golf, no hay un final a la vista para su uso del Salón Oval para su propio beneficio.