Para aquellos en cuarentena por el coronavirus en EE.UU. hay clases de Zumba, sándwiches y horas “muertas”
(CNN) – Es una hermosa mañana en la Base de la Reserva Aérea March en el condado de Riverside, California. Un puñado de personas se encuentra al aire libro, incluido Jarred Evans, de 27 años. Después de su ejercicio matutino, Evans quizás se siente con su computadora portátil en el hotel de la base donde está alojado y trabaje un poco en su negocio. Si quisiera, incluso podría ir a una clase de Zumba o kickboxing para pasar el tiempo. Sin embargo, la mayor parte de los días, él y todos los demás en el hotel se mantienen solos.
Después de todo, están bajo cuarentena.
Evans y otras 194 personas fueron evacuadas de Wuhan a bordo de un vuelo chárter el 28 de enero para huir del rápido coronavirus que ha cobrado cientos de vidas y ha puesto a la comunidad mundial en alerta máxima.
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Los pasajeros del vuelo de Evans conforman uno de varios grupos de estadounidenses que han sido evacuados de Wuhan. Hasta ahora, alrededor de 500 ciudadanos han sido trasladados fuera del país en vuelos chárter.
Los grupos de estadounidenses que llegan de China han sido trasladados a bases militares, hoteles u otros sitios mientras transcurre el periodo de espera obligatorio de 72 horas ordenado por el gobierno federal.
A partir de ahí, es un juego de espera largo y a veces monótono. Los evacuados que se encuentran en la Base Aérea March no deben cumplir ningún horario, excepto para actividades como el servicio de comidas, los exámenes médicos dos veces al día y reuniones matutinas con los funcionarios de salud.
Dos semanas en el limbo
Las 195 personas en el vuelo de Evans fueron llevadas a la Base Aérea March para su cuarentena, una de las cinco bases militares que ahora se utilizan con ese propósito. Pocas horas después de su llegada, un pasajero del vuelo fue atrapado saliendo de la instalación, lo que provocó que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) extendieran la cuarentena del grupo.
Por eso, Evans y algunos de sus compañeros evacuados están esperando a que pasen las horas y termine su período de dos semanas.
El evacuado estadounidense Jarred Evans.
“Todos están bastante bien. Las personas entienden que la cuarentena es necesaria”, le dijo Evans a CNN. “[Ellos están] haciendo un buen trabajo manteniéndonos ocupados y dándonos todo lo que necesitamos”, añadió. Los representantes de casos de la Administración para Niños y Familias (ACF, por sus siglas en inglés) en la base lograron enviarle a Evans su computadora portátil para que pudiera trabajar. Los niños en cuarentena han obtenido juguetes y pueden participar en actividades organizadas para quemar su energía.
Sin embargo, los evacuados no pueden abandonar los terrenos de la base. Nadie más que ellos se queda en el hotel donde están alojados. Y cada día avanza bajo la atenta mirada de los funcionarios de salud.
“Tenemos chequeos médicos dos veces al día, en la mañana y en la noche. En la mañana te controlan la temperatura”, relató Evans. “Tenemos una reunión a las 10 a.m. todos los días. Es con algunos de los funcionarios médicos que están aquí en la base y también con los representantes de casos [de la ACF]”.
Los representantes de casos están allí para atender las necesidades de los evacuados, ya sean temas prácticos –como una computadora portátil para trabajas– o más orientadas a la salud mental.
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Los ciudadanos bajo cuarentena federal tienen derecho a sus necesidades básicas, como alimentos y atención médica. Evans señaló que la comida no es nada lujosa, pero funciona, y es gratis. El desayuno suele ser algo como huevos, salchichas y un panecillo, y el almuerzo podría ser un sándwich con patatas fritas y un pepinillo.
Jugando a la espera
Evans, quien jugó fútbol americano en la Universidad de Cincinnati, se mudó a Wuhan hace dos años para entrar al equipo los Berserkers de Wuhan de la Liga Nacional de Fútbol Americano de China.
Ahora él se enfrenta a una decisión que muchos otros evacuados probablemente también están analizando: dónde quedarse en Estados Unidos mientras Wuhan lucha contra el virus mortal que se originó dentro de sus fronteras. Evans vive en Miami, pero es originario de la ciudad de Nueva York, donde posee y opera una compañía de viajes compartidos. Probablemente se quedará con su familia allí cuando se le permita irse.
Una vez que termine la cuarentena, los funcionarios han ofrecido trasladar a los evacuados al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles para que puedan tomar un vuelo y regresar a sus vidas.
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Hasta entonces, los evacuados en el hotel pueden hablar con sus seres queridos tanto como deseen. Evans indicó que su familia no está necesariamente preocupada, solo espera. “Mientras esté de buen humor cuando hablo con [mi familia], ellos también están de buen humor”, aseguró.
“Nos quedamos solos por las noches”, señaló Evans. “Por lo general, comemos y luego regresamos a nuestras habitaciones y hacemos nuestras propias cosas. La gente solo quiere salir de aquí y llegar a sus familias. Todos se respetan unos a otros”, completó.
“Sin embargo, no hay abrazos grupales ni nos estrechamos las manos”, agregó.
Dejando atrás un pueblo fantasma
Una cuarentena de dos semanas puede parecer excesiva para una enfermedad que todavía está muy localizada en China continental, pero el coronavirus de Wuhan se ha vuelto exponencialmente más prevalente desde que se registró por primera vez a principios de diciembre de 2019. El virus se ha confirmado en más de 25 países y territorios, además gobiernos de todo el mundo han tomado medidas de evacuación similares para llevar a sus ciudadanos a casa y asegurarse de que el virus no se apodere de sus costas.
Evans dijo que cuando salió de Wuhan, no había pánico. Tampoco había autos en la carretera ni gente afuera.
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No había nada.
“Sigue siendo un pueblo fantasma”, aseguró.
Él ha hablado con amigos que todavía están en Wuhan, y dicen que las personas simplemente tratan de mantenerse civilizadas mientras soportan la cuarentena. Al principio, relató Evans, la escena en Wuhan era caótica. Pero ahora, la mayoría de las personas se quedan dentro de sus hogares, esperando que sus reservas de alimentos y suministros les ayuden a superar lo peor.
En comparación, pasar unos días en un hotel del sur de California parece un pequeño precio a pagar por la salud y la seguridad.