ANÁLISIS | Los atletas critican las medidas contra el covid-19 en la burbuja olímpica de Beijing, pero ese es el día a día de muchos en China
Alexandra Ferguson
(CNN) — Una gran cantidad de atletas de países occidentales se sorprendieron por las estrictas restricciones por el covid-19 que se encontraron a su llegada a Beijing para los Juegos Olímpicos de Invierno en las últimas semanas. Algunos fueron puestos en aislamiento por semanas luego de una prueba positiva, mientras que otros se quejaron por lo soso de sus alimentos durante la cuarentena.
Las medidas eran una violación a sus derechos humanos, según argumentó un entrenador finés. Pero para 1.400 millones de personas en China, las condiciones dentro de la burbuja olímpica son un microcosmos de la nación durante la pandemia.
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China es uno de los pocos lugares en el mundo que todavía sigue un enfoque de cero covid-19 en el que los cierres de golpe, pruebas masivas, rastreo de contactos y restricciones de entrada en las fronteras se despliegan para acabar con cualquier rastro de la enfermedad.
Las nuevas variantes del coronavirus y los brotes frecuentes han suscitado dudas sobre cuán sostenible es en realidad esta estrategia. Pero con miles de atletas y personal de apoyo que llegan de todo el mundo, muchos de países que todavía tienen un alto número de casos tras decidir “convivir con el covid”, Beijing no se lo toma a la ligera.
El contraste no podría ser más evidente. Los atletas provenientes de lugares como Estados Unidos, donde la efectividad de las mascarillas todavía se debate, ahora se enfrentan a pruebas de covid-19 diarias dentro del “circuito cerrado” que separa a los participantes de los Juegos Olímpicos del resto de la capital.
Algunas de las medidas son meros inconvenientes. Por ejemplo, los atletas deben usar guantes de plástico mientras se sirven sus alimentos en la cafetería. Cuando una reportera de CNN pidió carne en un hotel, le informaron que solo podrían servirla bien cocida, tan cocida que parecía carne seca, como una precaución por el covid-19.
Pero otras medidas han tenido mayores repercusiones. Más de 160 atletas o funcionarios de los equipos han sido aislados luego de una prueba positiva de covid-19. Varios atletas han perdido la oportunidad de competir, un golpe devastador para quienes han pasado años entrenando para este momento. No pueden regresar a la burbuja olímpica hasta que desaparezcan todos los síntomas y tengan dos pruebas negativas consecutivas.
Un trabajador olímpico sube las maletas a un autobús de transporte de los medios de comunicación en el aeropuerto de Beijing el 2 de febrero, antes de los Juegos Olímpicos de Invierno.
“Mi corazón y mi mente ya no pueden soportar esto”, tuiteó la patinadora polaca de velocidad en pista corta Natalia Maliszewska, que fue puesta en aislamiento y se perdió su primer evento competitivo.
Las autoridades de China y los medios de comunicación estatales han insistido en que estas medidas son necesarias para evitar la propagación del virus, reflejando su enfoque cero covid-19 por el que incluso un puñado de casos se considera una amenaza nacional extrema.
Y los medios de comunicación estatales han intensificado su defensa, con una serie de artículos recientes que citan a los atletas elogiando la “deliciosa comida de la burbuja, los cálidos voluntarios, las estrictas medidas antiepidémicas, (y) las perfectas instalaciones de nieve”. Los olímpicos “recibieron atención y se sintieron satisfechos en el circuito cerrado”, afirmó el martes el tabloide estatal Global Times.
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El costo del enfoque de cero covid-19
El enfoque de China de cero covid-19 ha mantenido bajas las cifras de casos y hospitalizaciones durante gran parte de la pandemia tras el brote original a principios de 2020.
Entonces, las variantes delta y ómicron llegaron el año pasado, sumiendo a China en una serie de oleadas consecutivas que no han cesado desde entonces. Cada vez que se contenía un brote, surgía otro semanas después. Ambas variantes son más transmisibles que las anteriores, lo que significa que el virus se propagó más rápidamente y tardó más tiempo en ser controlado, lo que requirió enormes cantidades de recursos, mano de obra y burocracia.
La presión para detener estos brotes se intensificó a medida que China se preparaba para celebrar el Año Nuevo Lunar y los Juegos, un gran momento de orgullo nacional, ya que Beijing es la primera ciudad en ser sede tanto de los Juegos Olímpicos de Verano como los de Invierno. También es la primera vez en dos años que China relaja sus controles fronterizos, permitiendo la entrada a una afluencia de visitantes extranjeros.
Ante tanto riesgo, los funcionarios locales recurrieron a medidas aún más estrictas. Un brote en la ciudad noroccidental de Xi’an provocó un cierre total, con todos los residentes confinados en sus casas durante un mes entero, lo que supuso un enorme desafío logístico para las autoridades, que tuvieron que llevar las necesidades diarias a las puertas de 13 millones de personas.
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También se produjeron cierres selectivos y restricciones en las ciudades Beijing, Anyang, Tianjin y Shenzhen, después de que informaran de casos de covid-19, muchos de ellos causados por la variante ómicron. El lunes, la ciudad suroccidental de Baise se unió a la lista, con 3,5 millones de residentes a los que se les prohibió salir de sus casas tras notificar 56 casos en 24 horas.
Durante estos cierres, decenas de millones de personas, como las de la burbuja olímpica, se enfrentaron a un aislamiento prolongado y a la interrupción de su vida cotidiana. El temor a la escasez de alimentos provocó a menudo compras de pánico. Un brote local puede significar múltiples rondas de pruebas masivas para todos los residentes. La gente lamentó no poder viajar durante el Año Nuevo Lunar, una época importante para que las familias se reúnan, similar al Día de Acción de Gracias o la Navidad.
En Beijing y Shanghái, algunos informaron que se habían quedado atrapados en edificios de oficinas o centros comerciales durante días porque alguien en el interior había dado positivo a covid, lo que obligó a un cierre inmediato que solo terminó cuando todos dieron negativo en las pruebas.
Y, como han señalado los atletas, estas restricciones también pueden tener un efecto mucho mayor en el bienestar y la salud mental de las personas.
Muchos residentes de Xi’an, incluidos grupos vulnerables como los ancianos, inundaron las redes sociales afirmando que no habían recibido suficientes alimentos, suministros básicos e incluso atención médica, una señal de la disfunción oficial mientras la ciudad luchaba por adaptarse a sus propias restricciones. La ira se desató en Internet después de que una mujer visiblemente embarazada fuera supuestamente rechazada del hospital por no tener una prueba válida de covid-19, para luego sufrir un aborto espontáneo horas después.
Video muestra a miles de residentes que son trasladados para aislamiento 0:52
Apoyo generalizado
Con los crecientes desafíos y la amenaza de futuras variantes, no está claro cuánto tiempo podrá continuar la política china de cero covid. El gobierno ya está cambiando de táctica, refiriéndose en su lugar a una política de la llamada “limpieza dinámica”, que se centra en contener rápidamente los brotes locales en lugar de mantener los casos a cero en todo el país.
Sin embargo, la actitud general de cero covid-19 sigue siendo muy popular entre el público chino, en parte debido al hecho de que solo una pequeña fracción de la enorme población de China se ve afectada en un momento dado, lo que se considera un sacrificio necesario para la seguridad del país.
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La cifra oficial de muertos en China, menos de 5.000, es notablemente inferior a la de otros países, como Estados Unidos, que ha registrado más de 905.000 muertes por covid-19, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.
El gobierno de China ha considerado una victoria política su capacidad para mantener el covid-19 en gran medida bajo control durante gran parte de la pandemia, incluso mientras el virus hizo estragos en el extranjero.
Muchos en China ven la situación en Estados Unidos con horror; mientras los cuerpos se acumulaban en Nueva York durante su punto máximo de covid-19, dejados en camiones refrigerados en la calle y enterrados en fosas comunes, la gente en China seguía con su vida cotidiana, sintiéndose segura dentro de las fronteras cerradas del país.
La advertencia del Dr. Anthony Fauci en enero de que la variante ómicron “enfermará a casi todo el mundo” representa la peor pesadilla de muchos en China, y algo que los expertos están decididos a evitar a toda costa, a pesar de la creciente incertidumbre sobre la sostenibilidad a largo plazo de la política de cero covid y la carga de recursos que requiere. El caos de Xi’an demostró lo difícil que es aplicar esta estrategia en una gran ciudad, por no hablar de varias ciudades si un brote se extiende a mayor escala.
“Antes pensábamos que el covid-19 podía contenerse básicamente mediante vacunas, pero ahora parece que no hay un método sencillo para controlarlo, salvo con medidas exhaustivas”, declaró Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China a Global Times.
Al no haber forma de evitar que las variantes importadas provoquen brotes, China no tiene planes de ajustar su estrategia de covid-19 por ahora, añadió.
En menos de dos semanas, los últimos atletas extranjeros de la burbuja olímpica harán las maletas y volverán a casa, dejando atrás la realidad diaria de cero covid-19, mientras que los que están en Beijing y en todo el país se preparan para el largo plazo, esperando un final que no está a la vista.
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