Trump adopta su enfoque unilateral en la cumbre de la OTAN tras anunciar el alto el fuego entre Israel e Irán
Por Kevin Liptak, CNN
Este martes, cuando el presidente Donald Trump viajó para una cumbre crucial de líderes de la OTAN, llegó con un alto el fuego recién negociado que esperaba pudiera demostrar a sus escépticos —incluidos los presentes en la conferencia— que es un pacificador de corazón.
El acuerdo entre Israel e Irán se alcanzó tras una intensa tarde de diplomacia en la Casa Blanca, pero horas después de su entrada en vigor, Israel acusó a Irán de lanzar varios misiles y prometió responder “con fuerza”. Teherán negó haber violado la tregua.
Al salir de la Casa Blanca, Trump mostró una intensa ira porque el acuerdo que ayudó a mediar parecía estar en peligro.
“Básicamente tenemos dos países que han estado luchando tanto y tan duro que ya no saben qué demonios están haciendo”, dijo un furioso Trump sobre Israel e Irán, a quienes acusó de violar la tregua que él mismo había anunciado la noche anterior.
El presidente indicó que no creía que el alto el fuego se hubiera roto. Pero dijo estar especialmente molesto con Israel, que de acuerdo con él, violó rápidamente la tregua.
“Israel, en cuanto hicimos el acuerdo, salió y lanzó una cantidad de bombas como nunca antes había visto”, dijo Trump al partir de Washington rumbo a los Países Bajos. “La mayor cantidad que hemos visto”.
En una llamada matutina con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, Trump fue “excepcionalmente firme y directo… sobre lo que debía suceder para mantener el alto el fuego”, según un funcionario de la Casa Blanca.
Pocos minutos después de despegar hacia Europa, Trump escribió desde el Air Force One que el alto el fuego seguía vigente y que Israel detendría nuevos ataques.
“Todos los aviones darán la vuelta y regresarán a casa, mientras hacen un saludo amistoso a Irán”, escribió en Truth Social. “Nadie saldrá herido”.
Trump espera que el alto el fuego —si se mantiene— sirva como reivindicación de los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares de Irán, que recibieron respuestas mixtas de los líderes europeos, quienes temían verse envueltos en una guerra más amplia.
Al final, el acuerdo anunciado por Trump el lunes fue negociado con la ayuda de Qatar y pareció dejar a los europeos al margen. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el arreglo diplomático no habría sido posible si Trump no hubiera ordenado el bombardeo el fin de semana.
“¡Felicidades a todos!”, publicó Trump en su plataforma Truth Social el lunes por la noche al revelar los parámetros de lo que llamó el fin de la “Guerra de 12 días”.
Al menos en la mente de Trump, el acuerdo podría reforzar su imagen como negociador global en un momento en que su capacidad para lograr acuerdos de paz está siendo puesta a prueba. Al regresar al escenario internacional, el presidente parece ansioso por demostrar su habilidad para sentar a las partes en conflicto, aunque aún no haya logrado resolver el conflicto europeo en el trasfondo de la cumbre de esta semana.
La cumbre de La Haya de esta semana fue cuidadosamente planeada durante meses para evitar enfadar a Trump y disimular las profundas diferencias que persisten entre Europa y Estados Unidos sobre cómo gestionar la guerra en Ucrania.
El eje central es una declaración final breve y concisa —diseñada para evitar disputas sobre el lenguaje— que formalizará un nuevo plan para elevar los objetivos anuales de gasto militar al nivel que Trump exigía: 5 % del PIB. (Sin embargo, Trump dijo a los periodistas el viernes que EE.UU. no debería tener que cumplir ese objetivo).
“Quieren que esta sea una buena experiencia para el presidente Trump, un reconocimiento por la forma en que ha manejado la situación entre Israel e Irán y un compromiso con el gasto en defensa”, dijo Kurt Volker, exembajador de EE.UU. ante la OTAN, en CNN. “Esperan que, al ser breve, clara y positiva, el presidente Trump se lleve una visión más favorable de la OTAN”.
De camino a la cumbre, Trump publicó en Truth Social capturas de pantalla de mensajes del secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
“Felicidades y gracias por su acción decisiva en Irán, fue realmente extraordinario y algo que nadie más se atrevió a hacer. Nos hace a todos más seguros”, escribió Rutte en uno de los mensajes, destacando también el compromiso de gasto en defensa.
“Europa va a pagar en GRANDE, como debe ser, y será su victoria”, dijo Rutte en otro mensaje.
Los elogios continuaron en una cena de líderes organizada por la familia real neerlandesa en su palacio, donde Trump fue invitado a pasar la noche.
“Permítanme rendir homenaje al liderazgo de larga data del presidente Trump al pedir que la OTAN aumente el gasto en defensa”, dijo Rutte, ex primer ministro de Países Bajos, en un brindis de apertura durante la cena, señalando que la alianza de defensa ha sumado US$ 1 billón en nuevo gasto militar en la última década.
“Señor presidente, querido Donald, eso es gracias a su presión”, continuó Rutte. “Y mañana construiremos sobre esa base y sumaremos billones más en gasto de defensa”.
Trump planea reunirse con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, al margen de la cumbre, según un funcionario estadounidense. Zelensky tendrá un lugar en la cena previa a la cumbre este martes por la noche, a la que se espera que asista Trump. No obstante, el líder ucraniano no participará en la cumbre de un solo día el miércoles, lo que subraya sus ambiciones estancadas de que su país se una a la OTAN, un resultado que Trump ha descartado.
Ya existían divisiones entre Trump y los líderes europeos sobre Ucrania que amenazaban con frustrar los intentos de la OTAN de mostrar un frente unido ante el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Trump ha mostrado reticencia a aplicar nuevas sanciones a Moscú, incluso cuando sus esfuerzos de mediación se han estancado, y hasta ahora no ha aprobado nueva asistencia militar para Ucrania.
Durante el fin de semana, funcionarios europeos temían en privado que Trump decidiera cancelar por completo su viaje a la cumbre de la OTAN, preocupados de que lo considerara un ejercicio innecesario que lo alejaría de las gestiones en Medio Oriente en Washington, según un funcionario occidental.
Funcionarios de la Casa Blanca también evaluaron si debían asistir en medio de la crisis en Medio Oriente. Pero el lunes, tras parecer que tanto Israel como Irán habían acordado un alto el fuego, el presidente decidió seguir adelante, llevando consigo el acuerdo recién negociado tras un día extraordinario de diplomacia en la Casa Blanca.
En el pasado, un presidente de EE.UU. que acababa de llevar a cabo una importante operación militar, seguida de una pausa en los combates, podría haber aprovechado la oportunidad para consultar en persona con sus homólogos europeos e intentar construir una coalición.
Sin embargo, el enfoque de Trump parece menos colaborativo y más unilateral.
Incluso antes de autorizar los ataques contra tres instalaciones nucleares iraníes, Trump desestimó abiertamente los esfuerzos europeos por negociar una solución diplomática al conflicto.
“Irán no quiere hablar con Europa, quiere hablar con nosotros”, dijo Trump a los periodistas el viernes, horas antes de que aviones de combate estadounidenses despegaran en un bombardeo sobre Irán.
“Europa no va a poder ayudar en esto”.
Unos días antes, se marchó anticipadamente de la cumbre del G7 en Canadá, en lugar de quedarse en la reunión en la montaña para diseñar una estrategia sobre Irán con líderes cuyos propios países podrían haberse visto envueltos en el conflicto en expansión.
El enfoque solitario del presidente no ha sorprendido a los líderes europeos, quienes se vieron marginados en la antesala de los ataques estadounidenses. Trump dejó claro durante el fin de semana que creía que solo Estados Unidos tenía verdadera autoridad para intervenir, y luego declaró: “Solo las armas estadounidenses podían hacer lo que se ha hecho”.
Trump ve con escepticismo a organizaciones multilaterales como el G7 y la OTAN, y considera que las interacciones directas entre países son un enfoque más productivo para los asuntos mundiales.
Anteriormente, ha descartado a la OTAN como un intento de extraer recursos de Estados Unidos para proteger a naciones al otro lado del océano. En una cumbre de la OTAN en 2018, durante su primera presidencia, dejó a los demás líderes inquietos al decir en una reunión a puerta cerrada que consideraría “hacer lo suyo” si no aumentaban significativamente su gasto en defensa.
Al viajar a Europa este martes, Trump evitó dar un respaldo total al principio fundamental de defensa colectiva del artículo 5 de la alianza.
“Depende de tu definición. Hay numerosas definiciones del artículo 5”, dijo Trump a los periodistas a bordo del Air Force One cuando le preguntaron sobre su compromiso con el artículo.
Las insistentes demandas de Trump para que los miembros de la OTAN aumenten su inversión en defensa han dado resultados. Más países cumplen ahora con el umbral de la alianza que cuando asumió el cargo en 2017. Pero sigue insistiendo en que no es suficiente, especialmente mientras continúa la guerra en Ucrania.
Sin embargo, las recientes tensiones en Medio Oriente podrían ahora eclipsar la guerra que se desarrolla en Europa.
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