Fuegos artificiales, linternas y francotiradores: ataques a instalaciones migratorias ponen en alerta a las fuerzas del orden
Por Holmes Lybrand, CNN
En la noche del 4 de julio, un grupo de asaltantes montó un ataque coordinado en un centro de detención de inmigrantes cerca de Fort Worth, Texas, utilizando actos de vandalismo y fuegos artificiales para atraer a los agentes hacia el exterior y ponerlos en la mira de dos tiradores apostados en una hilera de árboles al otro lado de la calle, según alegan las autoridades.
Apenas tres días después, un hombre de Michigan abrió fuego en una instalación de la Patrulla Fronteriza más de 800 kilómetros al sur en McAllen, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México. El hombre logró disparar decenas de veces contra los agentes, uno de los cuales fue alcanzado en la rodilla, antes de ser abatido por disparos en su contra.
Los ataques no parecen estar directamente conectados, pero en medio de la continua reacción negativa contra la agencia tras los esfuerzos de deportación del Gobierno de Donald Trump, han puesto en alerta a los funcionarios, llevándolos a aumentar la presencia de agentes de seguridad en el frente de las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), dijeron funcionarios federales a CNN.
El gobierno señala los incidentes violentos como parte de una tendencia más amplia de personal de control migratorio bajo asedio y una creciente ira que, según los funcionarios, ha sido avivada por los críticos de las políticas de Trump.
Algunos críticos de la administración, si bien no toleran la violencia, sostienen que el aumento de las redadas migratorias, los agentes enmascarados y el uso de la Guardia Nacional han servido para infundir miedo y aumentar las tensiones.
El DHS advirtió sobre aumentos dramáticos en los ataques a sus agentes, diciendo anteriormente este año que los incidentes habían aumentado más del 400 % en mayo y ahora, solo dos meses después, más del 800 % en comparación con el año anterior.
Hasta mediados de julio, se habían registrado 93 ataques a agentes este año. Durante el mismo periodo en 2024, ese número fue de 10, dijo un funcionario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) a CNN.
Sin embargo, el ataque al centro de detención de inmigrantes en las afueras de Fort Worth es notablemente diferente de los incidentes durante arrestos y redadas por parte de agentes de ICE —un entorno propicio para el enfrentamiento— y muestra un nivel de coordinación que rara vez se ve en ataques a agencias federales en Estados Unidos.
“Me pone muy mal”, dijo Todd Lyons, director interino de ICE, a CNN sobre los ataques, señalando que inició su carrera en la cercana Dallas. “Me enfurece mucho. Me asusta”.
Lyons dijo que su mayor miedo en el trabajo era perder a un agente.
“En este momento, eso es lo que más me quita el sueño”, dijo el director interino. “Estoy muy asustado por todas las amenazas y la retórica, que vaya a perder a un agente de ICE por toda esta locura que está ocurriendo”.
John Sandweg, quien fue director interino de ICE durante el segundo mandato del expresidente Barack Obama, dijo a CNN que anteriormente los funcionarios del DHS solo se preocupaban por la seguridad general de los oficiales al ejecutar un arresto o una orden de registro, no necesariamente por ataques dirigidos.
“No he visto nada parecido, y no sé cómo explicarlo. Ciertamente no hay justificación para esto”, dijo Sandweg a CNN, y añadió: “Esto es diferente. Esto es violencia política.”
Según documentos judiciales, un grupo de aproximadamente una decena de personas vestidas totalmente de negro comenzó a lanzar fuegos artificiales hacia el Centro de Detención Prairieland a altas horas de la noche del 4 de julio, con dos integrantes del grupo desviándose para hacer grafitis en autos y en una caseta de guardia con consignas como “Ice Pig” y “F**k you pigs”.
Un oficial de correccionales llamó al 911 y varios otros agentes comenzaron a acercarse al grupo mientras uno de sus miembros empezaba a hacer señales a otros con una linterna, según documentos judiciales.
Justo cuando esto estaba ocurriendo, según los documentos, un agente de policía local que respondía a la llamada de emergencia llegó al estacionamiento y, al salir de su coche, fue herido de un disparo en el cuello por alguien que acechaba en el bosque.
Milagrosamente, el agente sobrevivió.
La persona que estaba señalando a los demás con su linterna comenzó a disparar contra los agentes de prisiones desde una línea de árboles al otro lado de la calle antes de huir. Nadie más resultó herido.
Posteriormente, los detectives determinaron que ambos rifles usados en el tiroteo fueron comprados por el exmarine Benjamin Hanil Song, quien fue acusado de intento de homicidio de un agente federal.
Un total de 14 personas han sido acusadas en relación con el tiroteo, algunas de las cuales supuestamente intentaron ocultar a Song después del incidente. Ninguno de los acusados ha presentado una declaración en el caso, y los registros judiciales dicen que otros, que no han sido nombrados ni acusados, están cooperando con los investigadores.
Mientras que la Policía pudo arrestar a la mayoría de los presuntos involucrados poco después del tiroteo —algunos que huyeron a pie por algunos árboles cercanos, otro que se mantuvo caminando junto a las carreteras y otro que se fue en su coche—, Song eludió la captura durante los siguientes 11 días.
“Estaban vestidos de negro, con ropa de estilo militar; algunos llevaban chalecos antibalas, algunos estaban cubiertos de lodo, algunos estaban armados y algunos tenían radios”, dicen los documentos de acusación.
Uno de los individuos llevaba una “bolsa Faraday” que bloquea las señales de celular con dos teléfonos dentro, junto con una pistola en su mochila. Otra persona tenía un rifle desarmado en una mochila. Las armas de fuego, dicen las autoridades, fueron compradas por Song, incluido el rifle, que supuestamente adquirió en una casa de empeño 10 días antes. El individuo con el rifle también tenía una pistola escondida en la cintura.
CNN contactó a los abogados que representan a los acusados en el caso.
Otro presunto integrante del grupo fue detenido por un agente que recibió por radio la descripción de su coche. Dentro del vehículo, la Policía dice que encontró una pistola, dos chalecos antibalas tipo Kevlar, un casco balístico, dos rifles y un cargador de municiones.
Al recorrer el área del tiroteo, la Policía también encontró los dos rifles tipo AR-15 supuestamente usados contra los agentes, según los registros judiciales, incluido uno equipado con un dispositivo que modifica el gatillo, permitiendo disparar ráfagas rápidamente. El rifle tenía una bala atascada en la recámara, un problema que puede surgir cuando se usa el dispositivo de disparo binario.
Los agentes también encontraron dos porta placas de chalecos antibalas cargados con munición de rifle y un cargador de pistola.
Durante el curso de la investigación, la Policía también encontró volantes que decían: “LUCHA CONTRA ICE CON TERROR DE CLASE” y “LIBERTAD A TODOS LOS PRISIONEROS POLÍTICOS” en la mochila de uno de los arrestados.
Según los registros judiciales, las autoridades creen que Song se escondió en una zona boscosa cercana a la instalación durante la noche para evitar el arresto, basándose en datos de localización del celular, hasta que un asociado de Song pudiera recogerlo al día siguiente, proveyéndole ropa comprada en Walmart.
Song fue arrestado posteriormente el 15 de julio después de ingresar en la lista de los 10 fugitivos más buscados de Texas.
En chats de la plataforma de mensajería encriptada Signal, que presuntamente usó el grupo, los agentes encontraron “pruebas de que el grupo realizó labores de reconocimiento” en la instalación de detención, “incluyendo descripciones detalladas del área y fotografías”, dice la denuncia penal.
Los miembros del grupo también usaron Signal para trasladar a Song entre otros miembros del grupo para refugiarlo mientras huía de la Policía, y discutieron borrar mensajes y eliminar a Song de ciertos grupos de chat, dice la denuncia.
Dos personas han sido arrestadas y acusadas de ayudar a Song a evitar el arresto.
Un miembro no identificado del chat dijo a los agentes que lo invitaron a participar hace unos años durante una protesta. Los documentos judiciales no especifican el motivo de la protesta.
Según el agente del FBI que formó parte de la investigación sobre el tiroteo, el grupo de agresores había utilizado una de sus casas en Dallas como base de operaciones para el tiroteo.
Días después del tiroteo en Dallas, Ryan Luis Mosqueda, de 27 años, abrió fuego contra agentes fuera de una instalación de la Patrulla Fronteriza cerca de la frontera entre Texas y México, hiriendo a un agente en la rodilla. Mosqueda logró disparar decenas de balas antes de que agentes federales lo abatieran rápidamente.
Mosqueda tenía otro rifle y otras armas en su auto, según las fuerzas del orden locales.
Esa misma mañana, el padre de Mosqueda dijo a la Policía que su hijo había desaparecido alrededor de las 3:48 a.m. y que tenía una discapacidad intelectual. El FBI está investigando el asunto.
Un portavoz del DHS ha culpado por el aumento de ataques a la “retórica demente de políticos de pacotilla” mientras que los demócratas han dicho que el departamento no les permite acceder a los centros de detención y está sometiendo a los inmigrantes a condiciones extremadamente malas.
Fiscales en Nueva Jersey presentaron cargos contra una legisladora demócrata tras un breve enfrentamiento afuera de un centro de detención allí, cuando agentes de ICE arrestaron al alcalde de Newark por ingresar a un área restringida de la instalación.
Los críticos dicen que las tácticas de muchos agentes de ICE, usando máscaras y ropa de civil al detener personas, junto con redadas constantes —en un momento incluso arrasando un parque público— y, a veces, deteniendo erróneamente a ciudadanos estadounidenses, han creado un ambiente explosivo y cargado de miedo que la administración Trump ha alimentado.
“Este papel puede influir en las acciones de una persona y en cómo responde, especialmente cuando tiene miedo,” dijo el representante de Missouri Wesley Bell sobre ICE durante una audiencia en el Congreso el miércoles sobre menores inmigrantes no acompañados en Estados Unidos.
Bell señaló varias historias en los últimos meses en las que personas se hicieron pasar por agentes de ICE para robar y acosar a otros, señalando lo fácil que era debido al uso de máscaras y ropa de civil por parte de la agencia para arrestar personas.
Lyons dijo que el aumento en el número de agresiones a oficiales de ICE estaba “siguiendo esa trayectoria” del incremento en las redadas y detenciones de ICE, pero agregó que “muchos de los comentarios y la retórica dirigida hacia ICE y su misión realmente están alentando a ciertos grupos; estas clases de facciones lunáticas”.
Sandweg dijo a CNN que “parte del aumento en agresiones a agentes es un subproducto directo de esas detenciones, en el sentido de que la naturaleza de los arrestos ha cambiado”.
El ex director interino de ICE dijo que, a medida que los arrestos se vuelven menos focalizados e incluyen a grupos más grandes de personas, como varias redadas recientes en California, el riesgo para agentes y oficiales en el terreno aumenta.
“Solo digo que es una realidad que cuando tienes un gran número de agentes realizando una operación en un entorno público, en un entorno urbano, se incrementan drásticamente los riesgos de que suceda este tipo de cosas”, dijo Sandweg sobre protestas en las que individuos han agredido y lanzado piedras a los oficiales.
El DHS ha tenido que desplegar el doble de agentes de ICE para ciertos arrestos de lo que normalmente lo haría debido al aumento de protestas e individuos que intentan intervenir en las detenciones.
“No es por la amenaza de los inmigrantes”, dijo Lyons. “Es porque necesitamos esos otros cinco o seis oficiales y agentes para proporcionar seguridad” a los agentes que llevan a cabo el arresto.
Lyons señaló que “usualmente no son otros migrantes ni extranjeros ilegales” quienes “quieren involucrarse en una situación policial, lo cual podría ser peligroso para todos”.
El presupuesto de ICE está preparado para recibir una enorme inyección de fondos después de que los republicanos aprobaran un proyecto de ley de gastos cargado con la agenda de Trump anteriormente este mes, otorgando a la agencia US$ 75.000 millones para expandir las operaciones de control y deportación.
Mientras que una gran parte de ese dinero se destinará a la construcción de instalaciones de detención para albergar a la afluencia de deportados, ICE podrá gastar grandes sumas en la contratación y capacitación de nuevos oficiales para aumentar el número de arrestos diarios, algo que el gobierno de Trump quiere incrementar significativamente.
Cuando el aumento presupuestario se implemente por completo, Sandweg dijo: “Va a cambiar fundamentalmente la aplicación de las leyes de inmigración de una manera que nunca hemos visto. Va a casi duplicar el número de agentes que ICE puede poner en la calle”.
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