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China intenta detener la propagación de coronavirus en el peor momento del año

Hong Kong (CNN) — Gobiernos de todo el mundo siempre han batallado para detener la propagación de enfermedades, desde la gripe porcina mortal que azotó el mundo en 2009, hasta los continuos intentos de controlar el ébola en África occidental.

Sin embargo, ninguna autoridad de salud ha abordado el desafío que encara actualmente China, país que se enfrenta a un nuevo coronavirus justo cuando cientos de millones se preparan para viajar durante el período del Año Nuevo Lunar, la mayor migración humana anual en la Tierra.

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Durante el feriado, personas de todo el país se apiñarán en trenes, autobuses y aviones para dirigirse a reuniones familiares. Otros aprovecharán el tiempo libre para tomar vacaciones en el extranjero. El año pasado, según los medios estatales, cerca de 7 millones de turistas chinos viajaron al extranjero para el Año Nuevo Lunar.

Personal médico lleva a un paciente al hospital Jinyintan de Wuhan, donde los pacientes infectados por el coronavirus de Wuhan están siendo tratados, el 18 de enero de 2020.

El feriado, el más importante en el calendario chino, llega en el peor momento posible para las autoridades de salud en su misión de contener el brote que ha puesto al resto de Asia en alerta.

Se sabe que el virus, que se identificó por primera vez en la ciudad china central de Wuhan, ha infectado a más de 200 personas y ya se ha propagado a al menos otros tres países. El lunes, la Comisión Nacional de Salud de China confirmó que el coronavirus de Wuhan puede transmitirse de persona a persona y que el personal médico también había sido infectado.

La divulgación siguió a la noticia de que Corea del Sur había confirmado su primer caso, convirtiéndolo en el tercer país fuera de China en detectar el virus. Los tres casos confirmados previamente en el extranjero, dos en Tailandia y uno en Japón, involucraron a personas que habían visitado Wuhan.

“Una de las consecuencias de un mundo más conectado es que los brotes tienen el potencial de propagarse internacionalmente mucho más rápido que hace 50 años”, dijo Mike Turner, director de ciencias de Wellcome Trust, una organización caritativa de salud global con sede en el Reino Unido.

También se han reportado más casos dentro de China, evidencia de que el brote se ha extendido mucho más allá de Wuhan, creando un riesgo de infección impredecible.

Hasta el martes por la mañana, se habían confirmado cinco casos en Beijing, dos en Shanghai y 14 en la provincia sureña de Guangdong, todos a kilómetros de Wuhan. Se han reportado casos sospechosos adicionales en todo el país, desde la provincia oriental de Shandong hasta la provincia de Sichuan, en el suroeste.

EL 8 de enero, científicos chinos identificaron el patógeno como una nueva cepa de coronavirus, la misma familia que el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). En 2002 y 2003, el SARS infectó a más de 8.000 personas y mató a 774 en una pandemia que arrasó Asia y llegó hasta Canadá.

Durante una conferencia de prensa el lunes, Zhong Nanshan, un experto designado por el gobierno chino que ayudó a descubrir el coronavirus del SARS, dijo que la infecciosidad del nuevo coronavirus de Wuhan no era tan fuerte como el SARS, pero que la enfermedad estaba “subiendo” y sugirió que “la tasa de mortalidad en este momento no es tan representativa”. Desde diciembre, cuatro personas infectadas con el coronavirus de Wuhan han muerto.

Las incertidumbres sobre el coronavirus de Wuhan, incluida su fuente no identificada, han generado temores de que haya más personas infectadas de las que se informa actualmente.

Jeremy Farrar, un experto en enfermedades infecciosas que dirige Wellcome Trust, dijo que el brote es “extremadamente preocupante”.

“Es posible que, a menudo, los síntomas leves y la probabilidad de que las personas se vean afectadas e infectadas sin experimentar síntomas, de este coronavirus puedan estar enmascarando el verdadero número de personas que han sido infectadas y el grado de transmisión de persona a persona”, dijo Farrar.

Los síntomas iniciales del coronavirus de Wuhan incluyen fiebre y tos, que también son síntomas comunes de la gripe, una infección viral prevalente en los meses de invierno. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos pacientes infectados con el coronavirus también tienen dificultad para respirar y lesiones invasivas en los pulmones.

La OMS dijo que convocará una reunión de emergencia el miércoles para discutir el brote en China.

Centro de transporte

Esta foto tomada el 10 de febrero de 2018 muestra a pasajeros que viajan en un tren lleno de gente durante un viaje de 26 horas de Beijing a Chengdu, antes del Año Nuevo Lunar.

El aumento reciente en casos confirmados de coronavirus de Wuhan parece apuntar a un área más amplia de contaminación. Según un estudio reciente realizado por el Imperial College de Londres, la cantidad de infecciones en el propio Wuhan probablemente sea una gran subestimación, lo que aumenta el riesgo de que los portadores del virus ya hayan viajado a otras partes de China antes de que se implementaran medidas de detección.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, dijo el lunes que desde el brote, China ha estado tomando medidas activas para controlar la epidemia y formular planes de prevención.

La Comisión Nacional de Salud de China dijo el domingo que la situación del brote “todavía se puede prevenir y controlar”.

Los más de 200 casos confirmados oficialmente en China están muy lejos de los 1.700 que los investigadores británicos estiman que habían sido infectados antes del 12 de enero. El equipo del Reino Unido basó sus cálculos en el número de casos reportados ya en Tailandia y Japón, y el número estimado de personas que salen del aeropuerto internacional de Wuhan.

Más de 60 rutas conectan a Wuhan con otros países, incluidos vuelos directos a Nueva York, San Francisco, Sydney, París y Londres, así como más de cien vuelos internos a otras ciudades importantes de China. La ciudad central de 11 millones de personas es también un centro para la red ferroviaria de alta velocidad del país.

Gobiernos de todo el mundo han comenzado a responder a la amenaza percibida. El martes, Australia dijo que añadió medidas fronterizas para vuelos desde Wuhan a Sydney. Estados Unidos también anunció medidas de detección para los pasajeros que llegan desde Wuhan a los aeropuertos de Nueva York, San Francisco y Los Ángeles la semana pasada, luego de medidas similares tomadas por los gobiernos de Asia.

En Wuhan, se han instalado termómetros infrarrojos en el aeropuerto, estaciones de tren, terminales de autobuses y muelles de pasajeros para medir las temperaturas de los pasajeros que salen de la ciudad desde el 14 de enero, según medios estatales.

Esas medidas solo se implementaron cinco semanas después del brote inicial, lo que significa que innumerables pasajeros han salido de la ciudad sin someterse a ninguna evaluación.

Tampoco está claro que el examen o la mayor atención en Wuhan esté funcionando: la mujer diagnosticada con el coronavirus en Corea del Sur había visitado a un médico en la ciudad después de desarrollar fiebre y dolores musculares. Le recetaron medicamentos para el resfriado y la enviaron a su viaje.

Preocupaciones de encubrimiento

El legado del SARS se cierne mucho sobre el brote actual. Durante esa pandemia, el gobierno chino inicialmente tardó en divulgar información, censurando las noticias y minimizando la gravedad del brote. La falta de transparencia provocó una reacción violenta en el país y generó fuertes críticas por parte de gobiernos extranjeros y la OMS.

En abril de 2003, un médico prominente en Beijing acusó públicamente al gobierno de un encubrimiento. Más adelante ese mismo mes, China despidió a su ministro de salud y al alcalde de Beijing por su mal manejo del brote.

Esta vez, la Comisión de Salud Municipal de Wuhan declaró el brote el 31 de diciembre, tres semanas después de que el primer paciente desarrollara síntomas. Los científicos chinos identificaron el patógeno una semana después y compartieron la secuencia del genoma del virus con la OMS, una respuesta rápida que recibió elogios de la organización y científicos de todo el mundo.

La comisión de salud de Wuhan también ha publicado actualizaciones frecuentes, y ahora diarias, sobre los últimos números de infección en su sitio web, pero eso no ha logrado calmar los temores sobre la propagación de la enfermedad.

La comisión de salud de Wuhan anunció el lunes que se habían diagnosticado 136 nuevos casos el sábado y el domingo, incluida una muerte. El número fue un salto significativo de los 62 reportados hasta el fin de semana, pero muy por debajo de la estimación de los investigadores del Imperial College de Londres.

La OMS dijo que el aumento en los casos reportados fue el resultado de “una mayor búsqueda y prueba” del virus entre personas con enfermedades respiratorias.

Antes de este fin de semana, las autoridades de Wuhan habían mantenido durante dos semanas que no se habían detectado nuevos casos desde el 3 de enero. Incluso cuando los casos se confirmaron en el extranjero, hubo una falta total de información sobre posibles infecciones en otras partes de China, lo que condujo a una creciente sensación de inquietud y acusaciones de encubrimiento por parte de las autoridades locales o nacionales.

En Weibo, un servicio de redes sociales similar a Twitter, muchas personas cuestionaron el silencio de las autoridades provinciales en particular, señalando la improbabilidad de que solo se descubriera que las personas que abandonaron el país portan el virus.

“¿Significa que los residentes de Wuhan solo viajan al extranjero pero no a otras ciudades (chinas)?”, preguntó un usuario en una publicación popular.

La creciente preocupación por la transmisión de persona a persona, combinada con el viaje masivo esperado en las próximas semanas, tendrá a las autoridades de salud y al público al límite para ver hasta qué punto se propaga el nuevo virus.

El lunes, el presidente de China, Xi Jinping, instruyó a las autoridades a tomar “esfuerzos decididos” para contener la propagación del coronavirus de Wuhan, la primera vez que el líder del país habló públicamente sobre el brote.

De acuerdo con un comunicado emitido por la agencia estatal de noticias Xinhua, Xi “hizo hincapié en poner la seguridad y la salud de las personas como la máxima prioridad” e instó a los departamentos pertinentes a divulgar información rápidamente y profundizar la cooperación internacional.

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