La milicia venezolana se moviliza mientras la Casa Blanca evalúa sus golpes. Así es como funciona la fuerza
Por Stefano Pozzebon, CNN en Español
Cuando suena la campana, Héctor Carrillo, un panadero que trabaja en las afueras de Caracas, saca del horno galletas y tortas para su comunidad. Pero cuando suena el llamado militar, alista sus botas y uniforme para defender a su patria.
Carrillo es reservista y miembro de la Milicia Bolivariana, una fuerza civil vinculada a las Fuerza Armada Nacional para defender la nación, activada por el presidente Nicolás Maduro en medio del aumento de tensiones con Estados Unidos.
La semana pasada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, convocó a las personas que en las últimas dos semanas se inscribieron en el cuerpo de voluntarios, en medio de tensiones con Estados Unidos, a la “primera activación” para defender al país.
El mandatario aseguró que el objetivo es activar a 8,2 millones de personas que, según afirma, se inscribieron en la Milicia Bolivariana tras la convocatoria de mediados de agosto. Agregó que la campaña de alistamiento desde ahora “será permanente y nunca se detendrá”, mientras la oposición ha cuestionado las cifras de las inscripciones.
Cuando Maduro lanzó la convocatoria, prometió “misiles y fusiles para la clase obrera, para que defienda nuestra patria”. Sin embargo, no ha llegado el momento de empuñar las armas.
La milicia tiene actualmente la tarea de supervisar la logística de las distribuciones del Gobierno. Estas entregas de alimentos o medicamentos subsidiados son cruciales para gran parte de la población, ya que el salario mínimo en el país es menos de US$ 1 al mes.
Por estos días, el trabajo de Carrillo en la milicia es dar seguridad en una feria del Gobierno, donde los ciudadanos tienen acceso a consultas médicas y otros servicios básicos. Los milicianos vigilan y patrullan la calle.
Muchos venezolanos viven inmersos en la rutina en medio de las tensiones con Estados Unidos. El Gobierno del presidente Donald Trump está considerando ataques en territorio venezolano, supuestamente para combatir narcotraficantes, según informaron a CNN fuentes con conocimiento del asunto.
Aún después de un ataque de EE.UU. contra una embarcación que supuestamente trasladaba drogas en el Caribe, Caracas ha bajado el tono y descarta una escalada militar de las tensiones. El canciller de Venezuela, Yván Gil Pinto, dijo a CNN que el país está preparado para disuadir la posibilidad de cualquier amenaza.
Milicianos como Héctor son conscientes que su despliegue no cambiaría un posible plan de intervención de Trump, pero su presencia envía un mensaje a la comunidad: el Gobierno está en cada calle y los milicianos dicen estar unidos para lo que pueda venir.
De todas formas, Carrillo, con su uniforme militar, advierte que cualquier intervención de Washington contra Venezuela sería catastrófica. “He estado casi 30 años en el Ejército y todavía me siento preparado para defender la patria”, aseguró.
Además, también tiene un mensaje preparado para Trump: “Yo le diría: no lo piense porque será malo, será el fin del imperio americano”.
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