En cumbre clave entre China y Europa, Xi Jinping pide tomar “decisión estratégica correcta” en medio de la guerra comercial
Por Nectar Gan, CNN
El presidente Xi Jinping instó a la Unión Europea (UE) a tomar “la decisión estratégica correcta” y a mejorar la cooperación con China, mientras que los líderes de la UE pidieron un reequilibrio de los lazos comerciales. Ambas partes abordaron agravios profundamente arraigados en una tensa cumbre en Beijing.
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunieron con Xi en la mañana de este jueves, y con el primer ministro chino Li Qiang por la tarde, según informó la emisora estatal china CCTV.
Los líderes europeos aprovecharon las reuniones para expresar su preocupación sobre una serie de temas espinosos, desde el enorme desequilibrio comercial entre ambas economías hasta el continuo apoyo de China a Rusia en la guerra de Ucrania y, más recientemente, el control de Beijing sobre la cadena de suministro de tierras raras.
Von der Leyen le dijo a Xi que los lazos económicos de la UE con China —que el año pasado registraron un déficit comercial de 300.000 millones de euros (unos US$ 350.000 millones)— habían llegado a “un punto de inflexión”.
“A medida que nuestra cooperación se ha profundizado, también lo han hecho los desequilibrios”, dijo. “Reequilibrar nuestra relación bilateral es esencial… Es vital que China y Europa reconozcan sus preocupaciones respectivas y presenten soluciones reales.”
Costa, por su parte, instó a Xi a utilizar la influencia de China para poner fin a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.
La cumbre, que se redujo de los dos días originalmente planeados a un evento de un solo día, tenía como objetivo celebrar los 50 años de relaciones diplomáticas entre Beijing y la UE.
Sin embargo, el encuentro expuso una brecha cada vez mayor entre ambas partes, a pesar de que habían manifestado esperanzas de un reinicio en las relaciones solo unos meses atrás, mientras enfrentaban la guerra arancelaria global del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El jueves, Xi dijo a Costa y a von der Leyen en el Gran Salón del Pueblo que los desafíos que enfrenta actualmente Europa “no provienen de China” e instó a la UE a “manejar adecuadamente las diferencias y fricciones”. Hizo un llamado al bloque a que mantenga sus mercados abiertos a las importaciones y a la inversión, mientras ejerce “moderación” en el uso de medidas restrictivas comerciales y otras medidas económicas, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de China.
“Frente a los cambios acelerados no vistos en un siglo y a un panorama internacional turbulento, China y los líderes de la UE deben tomar las decisiones estratégicas correctas que respondan a las expectativas del pueblo y resistan la prueba de la historia”, dijo Xi, según CCTV.
Sin mencionar directamente la guerra comercial de Trump, Xi enfatizó que tanto China como la UE son “fuerzas constructivas que apoyan el multilateralismo y abogan por la apertura y la cooperación”.
“Cuanto más grave y compleja se vuelva la situación internacional, más necesitan China y la UE fortalecer la comunicación, aumentar la confianza mutua y profundizar la cooperación”, afirmó Xi, según se fue citado.
Pero para la UE, una larga lista de agravios se interpone en el camino hacia lazos más estrechos.
El bloque expresó su preocupación en la cumbre sobre “las continuas distorsiones sistémicas y la creciente sobrecapacidad manufacturera” de Beijing, lo que, según dijo, resultó en un terreno de juego aún más desigual, según un comunicado de prensa de la UE.
Los líderes europeos también instaron a China a tomar medidas concretas para abordar el acceso de las empresas europeas al mercado chino, poner fin a las medidas comerciales “injustificadas y de represalia” sobre las exportaciones de la UE y levantar los controles a la exportación sobre tierras raras e imanes permanentes.
En una amenaza velada, los funcionarios de la UE prometieron tomar “medidas proporcionadas y conformes a la ley” para proteger sus intereses si no se pueden alcanzar soluciones negociadas.
La UE también reiteró sus llamados a Beijing para que no proporcione ningún apoyo material a la base militar-industrial de Rusia y expresó su preocupación por las políticas de China en Xinjiang, el Tíbet y Hong Kong, así como por el aumento de las tensiones en el Estrecho de Taiwán y los mares de China Oriental y Meridional.
Pero en un raro punto de acuerdo, ambas partes emitieron una declaración conjunta sobre el clima, comprometiéndose a “demostrar juntos liderazgo” y a elaborar planes ambiciosos para reducir la contaminación que calienta el planeta antes de la conferencia climática COP30, programada para el mes de noviembre.
El compromiso contrasta marcadamente con la política climática del Gobierno de Trump, que retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y despidió al personal de carrera del Departamento de Estado encargado de supervisar las negociaciones sobre el clima.
La UE no fue nada tímida respecto a sus quejas en los días previos a la cumbre. En las últimas semanas, varios funcionarios han reiterado su preocupación por lo que dicen es la llegada masiva de productos chinos que “inundan” los mercados europeos, el reciente movimiento de Beijing para presionar la cadena de suministro de tierras raras, y su continuo apoyo a Rusia en la guerra en Ucrania.
Beijing ha arremetido contra esos planteos, entre ellos contra la decisión del bloque de 27 miembros el año pasado de aumentar los aranceles a sus vehículos eléctricos, y ha lanzado en una aparente represalia una serie de investigaciones comerciales propias.
Después de que la UE anunciara el mes pasado que prohibía a las empresas chinas participar en licitaciones públicas para dispositivos médicos por encima de cierto valor, Beijing respondió con sus propias restricciones a las compras gubernamentales de dispositivos fabricados en Europa.
El Ministerio de Comercio de China también ha criticado la decisión de la UE de incluir a dos bancos chinos y a un puñado de otras empresas en sus últimas sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania. Alegó que la medida tendría un “impacto negativo en las relaciones económicas y comerciales entre China y la UE”.
El martes, el ministro de Comercio Wang Wentao presentó representaciones solemnes — un término diplomático para expresar formalmente un serio descontento— sobre las sanciones en una videollamada con el jefe de comercio de la UE, Maros Sefcovic.
La guerra comercial de Trump —y sus negociaciones con ambas economías— también proyecta una larga sombra sobre la cumbre.
Hubo señales a principios de este año de que Beijing esperaba que la adversidad compartida ante la amenaza de aranceles de Estados Unidos pudiera acercar a China y Europa.
Pero en discursos separados a líderes del G7 y legisladores europeos en las últimas semanas, Von der Leyen dejó claro que las profundas preocupaciones del bloque sobre Beijing seguían sin resolverse.
“China está utilizando este cuasi-monopolio (de tierras raras) no solo como moneda de cambio, sino también como un arma para socavar a los competidores en industrias clave”, dijo a los líderes del G7 reunidos en Canadá en junio.
Beijing tiene un control extenso sobre las cadenas de suministro de estos minerales críticos, fundamentales para casi todo, desde baterías de vehículos eléctricos y teléfonos móviles hasta aviones de combate. Alteró la industria manufacturera global después de imponer controles a la exportación de algunos de estos minerales en abril, en medio de su disputa comercial con Estados Unidos. China acordó durante una tregua con Estados Unidos en junio aliviar estos controles.
Von der Leyen también pidió una acción unificada del G7 para presionar a Beijing mientras “inunda los mercados globales con sobrecapacidad subsidiada que su propio mercado no puede absorber”.
Simone McCarthy en Hong Kong y Olesya Dmitracova y Laura Paddison en Londres contribuyeron con la información.
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