La violencia en Nigeria, que Trump cita como motivo para ataques militares, no se limita a los cristianos
Por Nimi Princewill, CNN
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, causó alarma en Nigeria durante el fin de semana al afirmar que estaba considerando una acción militar en el país más poblado de África en respuesta a lo que calificó como una “masacre” de cristianos a manos de insurgentes islamistas.
La realidad sobre el terreno, según expertos y analistas, es mucho más compleja y matizada. Tanto cristianos como musulmanes —los dos principales grupos religiosos en este país de más de 230 millones de habitantes— han sido víctimas de ataques de islamistas radicales, según afirman.
Esta nación de África Occidental lleva años lidiando con problemas de seguridad profundamente arraigados, impulsados por diversos factores, entre ellos los ataques por motivos religiosos. Observadores señalan que otros conflictos violentos surgen de tensiones comunitarias y étnicas, así como de disputas entre agricultores y pastores por el acceso limitado a la tierra y a los recursos hídricos.
El Gobierno nigeriano rechaza las acusaciones de que no está haciendo lo suficiente para proteger a los cristianos de la violencia y afirma estar desconcertado por la sugerencia de Trump de una posible intervención militar.
“Estamos consternados de que el presidente Trump esté considerando una invasión a nuestro país”, declaró a CNN el portavoz presidencial nigeriano, Bayo Onanuga, después de que el presidente estadounidense ordenara al Pentágono prepararse para una posible acción militar.
Además, Trump amenazó con suspender toda la ayuda estadounidense a Nigeria si su Gobierno no toma medidas para detener los asesinatos de cristianos. Advirtió que la intervención propuesta sería “rápida y brutal”, con el objetivo de eliminar a los “terroristas islámicos” a quienes responsabilizó de estas atrocidades.
Mientras las amenazas de guerra de Trump resuenan entre los nigerianos, su afirmación de que “el cristianismo enfrenta una amenaza existencial en Nigeria” ha provocado fuertes reacciones en el país.
Nigeria tiene casi el mismo número de cristianos que de musulmanes, con la región norte predominantemente musulmana y la región sur mayoritariamente cristiana.
En 2012, el grupo islamista Boko Haram lanzó un ultimátum, ordenando a los cristianos de la región norte que se marcharan e instando a los musulmanes del sur a “regresar” al norte.
John Joseph Hayab, pastor que dirige la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN, por sus siglas en inglés) en la región norte del país, donde abundan los ataques de grupos islamistas, declaró a CNN que coincide con la afirmación de Trump sobre los “asesinatos sistemáticos de cristianos” en esa zona. Sin embargo, añadió: “Ha habido un ligero cambio en los últimos dos años”, con una disminución en la magnitud de los asesinatos.
Hayab afirmó haber oficiado numerosos entierros masivos de cristianos asesinados, declarando que “todos los estados del norte de Nigeria han sufrido terribles asesinatos contra cristianos”.
Instó al Gobierno nigeriano a reconocer el problema y tomar medidas para corregir los asesinatos en lugar de negarlos.
“Hemos planteado este asunto decenas de veces, pero nadie nos escucha”, afirmó, reconociendo el papel del senador estadounidense Ted Cruz, de Texas, al dar a conocer los informes de presunta persecución a cristianos en Nigeria.
En agosto, el senador republicano presentó un proyecto de ley que solicita sanciones contra Nigeria por supuestas violaciones a la libertad religiosa.
Algunos analistas sostienen que, si bien los cristianos han sido blanco de Boko Haram y otros grupos islamistas que buscan imponer su interpretación extremista de la ley islámica, los musulmanes, incluso aquellos considerados moderados, también han sido víctimas de dichos grupos.
Bulama Bukarti, defensor nigeriano de los derechos humanos especializado en seguridad y desarrollo, refutó las declaraciones de Trump, afirmando a CNN que “reflejan una peligrosa simplificación de la compleja crisis de seguridad de Nigeria”.
Añadió: “La afirmación de que existe una ‘masacre masiva de cristianos’ a manos de ‘radicales islámicos’ distorsiona la realidad sobre el terreno y corre el riesgo de profundizar las divisiones en un país que ya se encuentra bajo una enorme presión”.
El norte de Nigeria ha sido escenario de horribles asesinatos contra grupos religiosos este año. En abril, hombres armados, presuntamente pastores musulmanes, asesinaron al menos a 40 personas, entre ellas niños, en una aldea agrícola predominantemente cristiana, según informó Associated Press.
Dos meses después, más de 100 personas fueron masacradas por atacantes en Yelwata, una comunidad mayoritariamente cristiana en el estado de Benue, también en el centro-norte del país, según Amnistía Internacional.
El papa León XIV ofreció oraciones por las víctimas del ataque en Yelwata, muchas de las cuales eran personas desplazadas internamente, que se encontraban bajo el cuidado de una misión católica local, según informó la agencia de noticias del Vaticano.
Fuera de la región norte, este tipo de asesinatos selectivos son poco comunes. En 2022, un tiroteo masivo en una iglesia en Owo, una comunidad en el suroeste de Nigeria, dejó decenas de muertos. Documentos judiciales consultados por Reuters vinculan a los sospechosos de la masacre de Owo con al Shabaab, un grupo extremista afiliado a al Qaeda, que opera en África Oriental.
Los musulmanes también han sido víctimas de asesinatos selectivos este año. En agosto, al menos 50 fieles murieron —algunos baleados, otros quemados vivos— cuando hombres armados atacaron una mezquita en el estado de Katsina, al noroeste del país, según informó Reuters.
Muchos ataques igualmente brutales han sido perpetrados en comunidades musulmanas por Boko Haram y otros grupos armados en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana.
“Sí, lamentablemente estos grupos [extremistas] han asesinado a muchos cristianos. Sin embargo, también han masacrado a decenas de miles de musulmanes”, declaró Bukarti. Señaló que “los ataques de estos grupos contra otros lugares civiles, como mercados, paradas de autobús y campos de refugiados, perjudican desproporcionadamente a los musulmanes”, ya que los estados donde operan estos grupos radicales son predominantemente musulmanes.
“La retórica del Sr. Trump [que sugiere una masacre de cristianos] no solo desinforma a la comunidad internacional, sino que también corre el riesgo de alimentar la propaganda extremista y socavar los esfuerzos locales para construir la paz”, añadió.
Las afirmaciones de que los cristianos son blanco de ataques desproporcionados por parte de extremistas en Nigeria no se sustentan en los escasos datos disponibles.
Armed Conflict Location & Event Data, un grupo de monitoreo de crisis, informó que más de 20.400 civiles murieron en ataques en Nigeria entre enero de 2020 y septiembre de este año. Entre las víctimas mortales, 317 fallecimientos se atribuyeron a ataques contra cristianos, mientras que se reportaron 417 muertes entre musulmanes, aunque la organización no especificó la afiliación religiosa de la gran mayoría de los civiles fallecidos.
El analista de seguridad Nnamdi Obasi, asesor principal del centro de estudios International Crisis Group, explicó que, si bien los grupos extremistas han sembrado el terror entre cristianos y musulmanes en el noreste de Nigeria, los grupos armados han aterrorizado a las comunidades predominantemente musulmanas del noroeste. Además, las comunidades agrícolas predominantemente cristianas en algunas zonas del centro-norte han sufrido violencia persistente por parte de grupos armados.
Sin embargo, “en la mayor parte del país, cristianos y musulmanes conviven pacíficamente”, afirmó. “Los informes sobre persecución generalizada y matanzas masivas de cristianos son una interpretación errónea y exageran los desafíos de las relaciones interreligiosas en el país”.
Ken Eluma Asogwa, portavoz del opositor Partido Laborista, declaró a CNN que, si bien el Gobierno de Nigeria ha sido negligente y caótico en su enfoque para proteger a sus ciudadanos de actores no estatales asesinos que operan bajo diferentes alias, no hay pruebas que respalden las afirmaciones de Trump de que los cristianos son un objetivo específico de exterminio.
El viernes, Trump designó a Nigeria como “país de especial preocupación” en virtud de la Ley de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos. Esta designación sugiere que su administración ha constatado que Nigeria ha participado en —o tolerado— “violaciones sistemáticas, continuas y flagrantes de la libertad religiosa”.
El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, hasta el momento ha guardado silencio sobre la mención de Trump de una posible intervención militar, pero rechazó dicha designación, afirmando en una publicación en redes sociales que “la caracterización de Nigeria como un país religiosamente intolerante no refleja nuestra realidad nacional, ni toma en consideración los esfuerzos constantes y sinceros del Gobierno por salvaguardar la libertad de religión y creencias para todos los nigerianos”.
Trump no ha descartado la posibilidad de enviar tropas estadounidenses a Nigeria o lanzar ataques aéreos en el país, y el domingo declaró a los periodistas: “Preveo muchas cosas”.
Sin embargo, el analista Obasi afirmó que cualquier operación militar unilateral de Estados Unidos contra grupos islamistas en Nigeria no abordaría las causas subyacentes de la inestabilidad en el país.
Dicha intervención, dijo, “sin la participación de las fuerzas de seguridad nigerianas, sería previsiblemente impopular entre muchos nigerianos y podría desestabilizar aún más el país, agravando su situación de seguridad”.
En cambio, instó al Gobierno nigeriano a “intensificar los esfuerzos para poner fin a las matanzas de ciudadanos”, independientemente de su religión u otra identidad, y a abordar el extremismo religioso, las tensiones por los recursos y el bandolerismo, “que son las causas subyacentes de la mayoría de las matanzas”.
Bulama, el defensor de los derechos humanos, cree que el Gobierno nigeriano puede responder a las críticas de Trump “superando la actitud defensiva”.
“Debería combatirse la desinformación con datos”, sugirió, añadiendo que “este momento exige sinceridad, no poses”.
“El diálogo constructivo, y no la indignación en redes sociales, será lo que mejor sirva a los intereses de Nigeria y a la causa de la paz”, aconsejó.
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