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De la incertidumbre económica en EE.UU. a la inseguridad y el sargazo, Tulum encara desafíos a su atractivo turístico

Por Mauricio Torres, CNN en Español

En junio, trabajadores del municipio de Tulum tuvieron que desplegarse por las playas del centro turístico armados con palas y carretillas para retirar las grandes cantidades de sargazo que habían llegado al lugar. Las autoridades dijeron entonces que, para esa fecha, habían recolectado 1.900 toneladas de alga, una cifra que ya superaba las 1.300 toneladas que se recabaron en todo 2024.

De acuerdo con funcionarios y empresarios hoteleros consultados por CNN, la cantidad de sargazo que en 2025 ha llegado hasta Tulum es la mayor que han visto desde 2018 y ha influido en que este año haya un menor flujo de visitantes.

Pero este no es el único problema que enfrenta la localidad, ubicada en el estado de Quintana Roo y reconocida por sus playas paradisíacas y sus maravillas arqueológicas. Otros factores —como la economía estadounidense, la gestión de los espacios o la inseguridad— también se combinan para desafiar a este destino del Caribe mexicano, predilecto entre los estadounidenses.

En este verano, Tulum tuvo menos turistas que en 2024, dicen cifras oficiales y líderes del sector. En la semana del 16 al 22 de agosto, por ejemplo, la ocupación hotelera fue del 53,3 %, mientras que en la del 6 al 12 de septiembre fue aún menor, del 48,1 %, de acuerdo con los reportes de la Secretaría de Turismo de Quintana Roo.

David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum, dijo a CNN que las cifras de esta época están unos cuatro puntos porcentuales por debajo de las de 2024. Sin embargo, rechazó que se trate de una situación crítica, con el argumento de que el verano no es la temporada alta para la localidad y la llegada de turistas empieza a aumentar de cara al cierre de año.

Ortiz Mena consideró que la principal razón de que Tulum haya recibido menos visitantes este verano en comparación con otros previos radica en la incertidumbre económica en Estados Unidos, país del que proviene alrededor del 60 % del turismo que llega al destino.

Para el empresario, la inflación en EE.UU., los cambios en las tasas de interés e incluso el reciente cierre del Gobierno —que duró 43 días y en el que muchos empleados federales no recibieron sus salarios— hicieron que muchos estadounidenses limitaran sus vacaciones, aunque asegura que ya hay señales de “una clara recuperación”.

En la semana del 18 al 24 de octubre, la ocupación hotelera fue del 59,8 %, subió al 63,6 % en la del 25 al 31 de octubre y en la del 1 al 7 de noviembre —el dato más reciente disponible— se ubicó en 69,1 %, según los reportes de la Secretaría de Turismo del estado.

“Tulum sigue siendo un gran destino. Tiene una gran oferta turística. Lamentablemente, se destaca mucho lo malo y luego lo bueno es difícil transmitirlo”, dijo Ortiz Mena.

Eliazar Mas Kinil, regidor para Turismo, Industria, Comercio y Asuntos Agropecuarios en el Ayuntamiento de Tulum, coincidió con estos puntos de vista.

“Estados Unidos es nuestro vecino. Entonces, todo lo que sucede en Estados Unidos nos impacta. Al final, creo que el ciudadano estadounidense cuida el recurso, dice: ‘No voy a moverme hasta saber lo que viene’”, dijo el funcionario a CNN, y estimó que para diciembre y enero Tulum tendrá “una temporada mucho más alta”.

Para atraer a más turistas estadounidenses, mejorar la seguridad pública es uno de los pendientes para Tulum, donde el secretario de Seguridad del municipio, José Roberto Rodríguez Bautista, fue asesinado en marzo en un ataque armado, según informó entonces la Fiscalía de Quintana Roo. El crimen fue condenado por la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, así como por otras autoridades.

A la fecha, el Departamento de Estado de EE.UU. mantiene para todo Quintana Roo el nivel 2 de 4 en sus alertas de viaje. Esto significa que el Departamento recomienda a los estadounidenses que viajen al estado tener una mayor precaución para evitar delitos violentos y no violentos, por ejemplo, ubicar las zonas restringidas, permanecer en lugares turísticos y muy transitados y tener más cuidado cuando cae la noche.

Factores como la llegada de sargazo, la incertidumbre económica en EE.UU. y la seguridad pública no son los únicos desafíos para el éxito turístico de Tulum.

Especialistas como Hazael Cerón, coordinador del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac, consideran que el principal reto es tener “una planeación estratégica” para el desarrollo del destino, el cual, dijo, tuvo “un boom” después de la pandemia de covid-19 y fue impulsado por obras públicas recientes como el Tren Maya y un nuevo aeropuerto internacional.

Para el experto, las autoridades y los empresarios de Tulum deben trabajar de la mano con la academia para analizar las tendencias de los viajeros, invertir en infraestructura tanto hotelera como urbana, vigilar la calidad de los servicios y evitar que haya cobros excesivos para los turistas.

Cerón expuso que, si bien los precios de las habitaciones se han mantenido estables —un aspecto que también defendió Ortiz Mena—, las tarifas de los taxis tienden a ser elevadas y hay negocios donde un coco se llega a vender en 200 pesos, el equivalente a unos US$ 10,5.

“De repente vemos la canasta de los huevos de oro y queremos exprimirla y eso fue lo que sucedió”, dijo el investigador.

“Tulum es un ejemplo que tenemos que cuidar. De hecho, creo que va a ser un experimento para otros destinos que también se nos están rezagando, tradicionales, como Acapulco o Mazatlán”, insistió.

El regidor Mas Kinil reconoció que la planeación, establecer reglas claras en asuntos como el acceso a las playas y mejorar la atención a los turistas son aspectos clave para el futuro de Tulum.

“Tenemos también nosotros que reflexionar, los servidores (públicos) en turismo, los operadores, los guías, los taxistas, la gente, se tiene que reflexionar que tenemos que dar una mejor atención a nuestros turistas, sobre todo una mejor atención, una atención muy especial para que regresen a Tulum”, dijo.

Mas Kinil recordó la polémica reciente que generaron cambios territoriales en el llamado Parque del Jaguar. Las modificaciones implicaron que algunas playas quedaran dentro de los límites de este lugar, una reserva natural, por lo que se impusieron restricciones al paso con elementos como objetos desechables.

El regidor expuso que el acceso a las playas públicas es libre, tanto para mexicanos como para extranjeros, y que las autoridades municipales, estatales y federales están difundiendo mensajes para explicar las reglas que buscan proteger el ambiente.

Funcionarios y empresarios esperan que la ocupación hotelera crezca hacia el cierre de este año e inicios del próximo y se mantenga arriba del 80 % o 90%. Más aún, ven en el Mundial de Fútbol 2026, en el que México será coanfitrión junto con EE.UU. y Canadá, una oportunidad para que Tulum reciba un número de visitantes aún mayor.

Aunque Tulum no será ciudad sede de partidos —estos se jugarán en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey—, el sector confía en que este centro u otros del Caribe mexicano, como Cancún y Playa del Carmen, puedan atraer a los extranjeros que viajen al país para acudir a los juegos y busquen algún lugar para hacer base para vacacionar.

Ortiz Mena expuso que Tulum tiene una oferta de 10.800 cuartos de hotel, con un rango que va de las habitaciones de lujo a los hostales con precio de US$ 20 a US$22 la noche.

“Sí tenemos una conectividad muy importante hacia las ciudades, particularmente hacia Canadá. Tenemos una conectividad muy importante, de tal suerte que es muy probable que esto contribuya al Caribe mexicano, que la gente entre juegos aproveche la gran infraestructura hotelera que se tiene, la gran conectividad, y esto se estima puede significar 1 millón de viajeros más para el Caribe mexicano en el 2026”, dijo.

Otras voces como Cerón, el especialista de la Universidad Anáhuac, coinciden en que Tulum tiene un gran potencial, pero insisten en que su desarrollo se debe planear y gestionar con un enfoque estratégico o, de lo contrario, no será un destino turístico sustentable.

“En términos generales, Tulum es un foco de alerta de planeación estratégica y que tenemos que cambiar”, dijo el experto.

“Fue por ese boom que se generó, ese boom del Tren Maya, ese boom del aeropuerto, pero tenemos que tener esa advertencia para poderlo replicar en otros destinos y que no seamos un turismo reactivo sino un turismo planificado”, concluyó.

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