ANÁLISIS | Prepárense para ver a Georgia volver a contar
(CNN) — Las dos elecciones especiales al Senado de Estados Unidos en Georgia significan todo para el gobierno estadounidense durante los próximos dos años.
El presidente electo Joe Biden tendrá un Senado liderado por republicanos trabajando para bloquearlo o un Senado (apenas) controlado por los demócratas tratando de ayudarlo. Y las elecciones del martes determinarán si los republicanos tienen la ventaja o si hay una división 50-50, con lo que la vicepresidenta electa Kamala Harris les daría la ventaja a los demócratas.
Pero no está claro cuán rápido sabremos los resultados. CNN tardó hasta el 13 de noviembre para proyectar la victoria de Biden en la contienda presidencial de Georgia, 10 días después del día de las elecciones.
Hay muchas razones para esperar que esto se repita. La votación anticipada, cuyo recuento ayudó a prolongar los resultados presidenciales, casi es la misma en estas elecciones especiales. En el condado de Fulton, el más poblado del estado, el administrador de elecciones dijo el lunes que los totales de votos anticipados fueron mayores para enero que para noviembre.
Los republicanos del estado han expresado su preocupación de que pueda haber una ventaja demócrata en los totales de votos anticipados. Lo que significa que es posible que los republicanos necesiten una actuación sólida nuevamente el día de las elecciones.
Ahí es donde la disputa del presidente Donald Trump con los funcionarios estatales republicanos por su propia derrota en el estado podría significar la diferencia para que el Partido Republicano tenga una mayoría en el futuro.
Trump celebró mitin en Georgia para pedir voto al Senado 2:51
Ethan Cohen y Caroline Tounget de CNN analizaron dónde cambió la ventaja a medida que se contaban los votos presidenciales en el estado durante esos 10 días:
A las 7:16 pm de la noche de las elecciones, cuando se informaron los primeros votos significativos, Biden saltó a una ventaja temprana con casi el 62% de los votos. Solo se había informado del 2% del voto estimado.
La ventaja subió y bajó durante la siguiente hora, pero Trump se adelantó a las 8:07 pm, con un 10% de los reportes.
La madrugada del miércoles, Biden comenzó a ganarle a Trump y finalmente lo superó a las 4:48 am del viernes 6 de noviembre, según el recuento de votos.
Biden finalmente ganó por poco menos de 12.000 votos.
En realidad, fueron 11.779. Trump tiene ese número grabado en su cerebro desde que le pidió específicamente al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en su llamada telefónica el pasado fin de semana que «encontrara» uno más, 11.780 votos, lo suficiente para ganar las elecciones.
Si bien los expertos legales y constitucionalistas se preguntan si existe responsabilidad penal por la presión de Trump sobre los funcionarios estatales para que cambien los resultados, el otro resultado final de su guerra con los funcionarios de Georgia de su partido podría ser una baja participación cuando el Partido Republicano más la necesita.
Gabriel Sterling, el administrador de los sistemas electorales de Georgia, dijo en una conferencia de prensa el lunes que lo mejor para las personas frustradas por los resultados presidenciales sería votar el martes.
«Si eres un votante de Georgia, si quieres que tus valores se reflejen en tus funcionarios electos, te ruego y aliento encarecidamente: Ve a votar mañana. No dejes que nadie te desanime. No reprimas tu propio voto. No hagas de esto una profecía autocumplida. No permitas que nadie te robe tu voto de esa manera», dijo Sterling. «Eso es lo que sucederá si te reprimes a ti mismo: estarás sacando tu importante voz de esta elección».
Mucho depende de los resultados en Georgia
La economía. El tamaño y el alcance de los esfuerzos de recuperación dependerán de quién controle el Senado. Las victorias demócratas probablemente significarían más por parte del gobierno, escribe Matt Egan de CNN.
«Una victoria arrasadora de los demócratas abriría la puerta a un estímulo fiscal más poderoso que la inestable economía podría muy bien necesitar. Pero también aumentaría el riesgo de aumentos de impuestos corporativos que los inversores desprecian».
La capacidad de gobernar de Biden. Su capacidad para conseguir que las personas que quiere estén en su gabinete y en otros roles clave depende totalmente del Senado. Una razón por la que aún no sabemos su elección para secretario de Justicia debe ser que Biden no sabe si será una mayoría republicana o demócrata la que votará para confirmarlo.
Supervisión del Congreso y Biden. Una mayoría demócrata significará una supervisión mucho menos combativa, al menos al comienzo de la administración de Biden. También dificultaría los esfuerzos de los republicanos para atacarlo por los negocios previos de su hijo, el principal ataque de Trump en 2020.
Sobre esa llamada telefónica
Desde que quedó claro que Trump perdió las elecciones, ha estado tratando, activa y abiertamente, de que los funcionarios estatales ignoren los resultados, un plan que era casi demasiado descarado y antidemocrático para creerlo.
Lo que es peor que tratar abiertamente de eludir los resultados de las elecciones es pedir discretamente a los funcionarios estatales que los cambien y «busquen» nuevos votos dos meses después de la elección que perdió. Resulta que lo que Trump hace a puerta cerrada es peor que lo que hace en abierto.
Les animo a leer la transcripción de la llamada de Trump con los funcionarios de Georgia, así como la verificación de hechos de sus afirmaciones. Estos dejan en claro algunas cosas:
El presidente está muy concentrado en sortear su derrota electoral y mantenerse en el poder. Si crees que Trump está trabajando silenciosamente detrás de escena contra el covid, que está matando a un estadounidense cada 33 segundos, la transcripción de esta llamada debería aclararte las cosas.
Él no tiene interés en escuchar a nadie más. A pesar de los mejores esfuerzos de Raffensperger, quien fue respetuoso con Trump pero firme en desestimar sus teorías, el presidente dominó la conversación y casi amenazó a Raffensperger y su adjunto.
No aprendió nada del juicio político. Para aquellos senadores que defendieron a Trump y dijeron que había aprendido la lección y que ya no usaría su cargo para presionar a la gente por favores políticos, esta debe ser una píldora amarga. Que un año después de estar luchando contra el juicio político, Trump presionara por votos a un funcionario estatal es una prueba de que el tigre nunca cambia sus rayas.
Imagínense todas las llamadas de las que nunca escucharemos y la presión ejercida sobre funcionarios menos escrupulosos que los de Georgia.
Además de temer de lo que Trump es capaz, este también es un momento para maravillarse con la fuerza del sistema estadounidense, que hasta ahora ha resistido todos sus esfuerzos antidemocráticos. Lo que no está claro es si alguna agencia de aplicación de la ley, el FBI o el fiscal del condado de Fulton, convertirá esto en un caso penal. Nota: Los enjuiciamientos de expresidentes son posibles pero no se han producido en los tiempos modernos. Sería divisivo y consumiría mucho tiempo.
El primer castigo de Trump llegará el 20 de enero, cuando tenga que salir de la Casa Blanca.