La oportunidad de Trump de hacer el negocio de su vida
Nota del editor: Frida Ghitis, exproductora y corresponsal de CNN, es columnista sobre temas internacionales. Colabora con frecuencia para la sección de opinión de CNN, para The Washington Post y es columnista para World Politics Review. Puede seguirla en Twitter en @fridaghitis. Las opiniones expresadas en este comentario son propias de la autora.
(CNN) — Estimado presidente Trump:
Por años usted nos ha dicho que es un maestro para negociar. Bueno, llegó el momento de hacer el negocio de su vida. Llegó el momento de negociar su renuncia.
Sabemos que negociará con firmeza, pero la gente está agotada, y hay muchas posibilidades de que usted pueda llegar a un buen acuerdo para darle fin a esta etapa. La cantidad de estadounidenses que apoya su destitución está aumentando rápidamente. Muchos probablemente recibirían de buena manera su salida. ¿No será este el mejor momento para negociar?
A casi tres años de su elección, la mayoría de los estadounidenses no se ha convencido de su grandeza, más allá de la frecuencia con que usted lo menciona. Sin embargo, quizás podría aún negociar inmunidad por todos los crímenes que pueda o no haber cometido como presidente, a cambio de que regrese a la vida privada.
La exvicepresidenta de la organización Trump, Barbara Res, dice que piensa que usted podría renunciar antes que enfrentar una posible remoción del cargo. ¿Quién querría terminar la presidencia con una remoción forzada? Eso sería una vergüenza total; una de sus palabras favoritas.
En cambio, usted podría salir en sus propios términos y volver a su primer amor: los bienes raíces.
Usted podría declarar que los estadounidenses simplemente no lo merecen, que fue culpa de su país. Puede echarle la culpa al llamado Estado dentro del Estado, si quiere. Diga que no quiere perder su precioso tiempo en un proceso de juicio político divisivo; luego culpe a los demócratas. Si usted es un negociador realmente bueno, podría firmar un acuerdo de inmunidad que garantice que usted no será procesado. Luego no reconocerá nada y dirá que dimitió desinteresadamente, para salvar al país. En ese caso, la historia podría tener mayor predisposición a considerar su visión de la historia.
Usted nos ha dicho que ser presidente le cuesta una fortuna, tanto como US$ 5.000 millones. Los expertos dicen que su cifra es absurda, pero ¿qué saben? ¿No ha perdido ya suficiente dinero, tiempo, dignidad?
Imagínese todo lo que ganaría yéndose hoy del cargo: y no hablamos sólo de todo el dinero que usted dice que está perdiendo. Lo que es más importante, piense en lo que se evitaría.
Las próximas semanas de la investigación de juicio político serán atroces para usted y la nación.
Ahora se dice que está saliendo a la luz un segundo informante sobre sus acciones para con Ucrania. Y si bien usted insiste que no hubo ningún quid pro quo, sus propios enviados a Ucrania han revelado mensajes condenatorios que sugieren justo que: Bill Taylor, el diplomático estadounidense sénior en Ucrania, le escribió al embajador estadounidense ante la Unión Europea Gordon Sondland: “Creo que es una locura retener la asistencia en seguridad para obtener ayuda con una campaña política”.
Y la investigación recién comienza.
Los demócratas harán todo lo posible por ostentar el material más condenatorio que puedan encontrar, y los medios serán implacables en su búsqueda para conseguir la información que usted ha intentado mantener escondido.
Imagínese: si ese llamado con el presidente de Ucrania (el que ahora usted dice que fue “perfecto”) fue suficiente para disparar una investigación de juicio político, ¿qué ocurrirá cuando detalles menos “perfectos” de su presidencia se hagan públicos? Sin duda se llevará muchos de sus secretos a la tumba, pero puede estar seguro de que muchos otros saldrán a la luz.
Hasta el momento usted parece haber sido inmune a la humillación y la vergüenza hasta ahora, pero eso podría cambiar.
Poco a poco, la gente que ha trabajado para usted ha comenzado a hablar. Quizás la mayoría de sus leales partidarios se mantendrán en silencio, pero hay señales tempranas de grietas. El exsenador republicano, Jeff Flake, dijo que, si la votación fuera privada, al menos 35 senadores republicanos apoyarían el proceso de juicio político contra usted.
Pero incluso si los funcionarios republicanos se mantienen sumisos, usted no se ha librado todavía. Imagínese cuántos empleados gubernamentales y amigos privados suyos saben de sus fechorías. La mayoría de las personas empleadas por el Gobierno no portan sombreros MAGA, “hagamos a EE.UU. grande una vez más”.
Han mantenido las cabezas gachas y permanecido enfocados en sus trabajos, incluso cuando muchos estaban horrorizados por sus miles de mentiras, sus insultos contra los aliados de EE.UU., su política de separar a las familias de inmigrantes indocumentados y su defensa de los neonazis. Saben que podría llevar una generación o más restaurar el buen nombre de Estados Unidos en el mundo.
La mayoría de las personas por sí solas no son héroes, pero el coraje es contagioso. ¿Cuántos funcionarios estadounidenses, que se han quedado callados hasta el momento, decidirán finalmente que ya ha sido suficiente? ¿Cuántos decidirán que no quieren habilitar a un presidente que ha lanzado una campaña, como la suya en Ucrania, para socavar a la comunidad de inteligencia de EE.UU. e invitar a un país extranjero a que interfiera en la democracia estadounidense?
Existe una razón por la que el informante supo de varios funcionarios estadounidenses preocupados de que usted hubiera presionado al presidente de Ucrania para ayudar a debilitar la campaña presidencial de Joe Biden.
¿Qué ocurrirá si es que se llega a publicar una transcripción más completa de ese llamado a Ucrania? Después de todo, la reconstrucción de la Casa Blanca del llamado telefónico de 30 minutos podría reflejar solo una parte de la conversación, como han señalado el senador Angus King y otros. Y sabemos que los funcionarios de la Casa Blanca que pusieron bajo llave la transcripción completa de la llamada de Ucrania han resguardado bajo llave otras conversaciones. ¿De qué podrían enterarse los estadounidenses sobre sus conversaciones con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y con el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman?
Esto va a seguir. Y atrapará a algunos de sus máximos confidentes. La gente ya habla sobre si el secretario de Estado, Mike Pompeo, el secretario de Justicia, William Barr, y su abogado personal, Rudy Giuliani, han cometido crímenes relacionados con los esfuerzos de buscar los trapitos sucios de sus oponentes políticos (ofensas potenciales que ellos niegan). ¿Qué pasaría si ellos lograran un acuerdo con el Congreso antes que usted, por el intercambio de información contra usted a cambio de clemencia?
Cuanto antes salga usted, mejores serán sus probabilidades de desplegar su dominio del arte de negociar. Le dará la posibilidad de construir su narrativa, de pensar una historia realmente buena sobre por qué se fue.
Para serle honesta, a muchos de nosotros, digamos, no ha logrado impresionarnos con sus habilidades de negociación desde que asumió el cargo de presidente. Parecería que Corea del Norte le está quitando su negocio (y a EE.UU.); no hay acuerdo con Irán, ni con China y ningún acuerdo inmigratorio con el Congreso.
Quizás pueda probar que nos equivocamos; quizás usted sea un gran negociador.
Usted podría anunciar que ha decidido dimitir por el bien del país. Podría hacer de cuenta que no quiere ver al país dividido por un largo proceso de juicio político, y podría dejar de advertir sobre las consecuencias similares a la guerra civil si lo retiran de su cargo, o de llamar traidores a sus críticos.
Esta es su oportunidad. Podría ser el negocio de su vida. Si juega bien las cartas, el primer párrafo de su obituario lo describiría a usted como el hombre que negoció un histórico acuerdo de renuncia para salvar a la nación, en lugar de como el presidente que fue sometido a juicio político y quizás sentenciado y removido de su cargo y -no se puede descartar- que luego enfrentó un castigo.
Este es el momento.
(Traducción de Mariana Campos)