“No queremos que mueras”: los hijos de madres palestinas temen por su vida cuando salen en busca de comida
Por Tareq Al Hilou, Sarah El Sirgany, Abeer Salman, Paula Hancocks y Eyad Kourdi, CNN en EspaƱol
Es un camino largo y peligroso hasta el punto por donde se espera que pasen los camiones con ayuda hacia Gaza. Um Khader y otras mujeres que viven en carpas vecinas se agrupan junto a un coche en la oscuridad, rodeadas por una gran multitud de hombres.
No se ven muchas mujeres alrededor de las fogatas que salpican el horizonte cerca de la Ciudad de Gaza en esta noche de junio, captada en video. Ćnicas proveedoras de sus hijos, este grupo de madres se mantiene unido para protegerse. La parte mĆ”s peligrosa del trayecto aĆŗn no comienza.
PodrĆan ser atacadas por fuego israelĆ y, una vez que lleguen los camiones con ayuda, tendrĆ”n que abrirse paso entre miles de hombres si esperan conseguir una bolsa de harina y conservarla.
āTodo a nuestro alrededor representa un riesgo para nuestras vidas, ya sean ladrones, soldados israelĆes, cohetes o drones. Todoā, dice Um Khader, madre de tres hijos.
Su amiga Walaa relata lo que ocurrió el dĆa anterior, cuando logró conseguir una bolsa de harina tras esperar 10 horas, desde el amanecer hasta el anochecer. āUn joven con un cuchillo me dijo: āSuelta la harina o te matoāā, cuenta. Se la entregó.
Les duelen los pies y tuvieron que hacer varias pausas durante la caminata āde hasta dos horasā hacia el punto donde podrĆan pasar los camiones con ayuda. Su amiga Maryam dio a luz hace apenas tres semanas, pero ha hecho ese mismo trayecto todos los dĆas durante la Ćŗltima semana, con la esperanza de conseguir comida para sus otros tres hijos. Tiene pocas esperanzas de encontrar fórmula para alimentar a su reciĆ©n nacido.
Esa noche terminó en decepción. No pasó ningĆŗn camión con ayuda y todas regresaron con las manos vacĆas.
El goteo de ayuda que logra entrar a Gaza, el colapso del orden público y el desmantelamiento de los sistemas de distribución liderados por Naciones Unidas han generado niveles de desesperación sin precedentes, según organizaciones humanitarias. Solo los mÔs fuertes logran sobrevivir y los mÔs vulnerables quedan sin nada.
Durante varias semanas entre junio y julio, CNN siguió a un grupo de mujeres palestinas enfrentadas a una decisión desgarradora: arriesgar sus vidas āy con ello, dejar a sus familias sin su Ćŗnica proveedoraā o ver morir de hambre a sus hijos.
āMis hijos me dicen: āNo vayas, mamĆ”, no vayas a los centros de ayuda, no queremos que mueras, mamĆ”. ĀæQuiĆ©n va a cuidar de nosotros si te pasa algo?āā, contó Um El-Abed. Su esposo murió en un ataque aĆ©reo israelĆ y ahora cuida sola de su familia, dijo a CNN.
La olla de sopa que logró conseguir en una abarrotada cocina comunitaria no fue ni de cerca suficiente para alimentar a sus ocho hijos hambrientos. AsĆ que, como muchos palestinos en Gaza, Um El-Abed decidió probar suerte con los camiones de ayuda, haciendo el recorrido de noche mientras sus hijos dormĆan. Y, como la mayorĆa de las mujeres en esa ruta, regresó con las manos vacĆas.
La amenaza que enfrentan sus hijos es real. Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases, respaldada por la ONU, se han alcanzado umbrales de hambruna en los niveles de consumo de alimentos en gran parte de Gaza y en las tasas de desnutrición aguda en la Ciudad de Gaza, donde viven estas mujeres.
Solo en julio, 63 personas han muerto de hambre, incluidos 25 niƱos, segĆŗn la Organización Mundial de la Salud. Todos salvo uno tenĆan menos de cinco aƱos. MĆ”s de 11.500 niƱos fueron atendidos por desnutrición en los hospitales y clĆnicas de Gaza āque apenas funcionanā durante junio y julio, informó la agencia de la ONU este domingo. Cerca de uno de cada cinco padecĆa desnutrición aguda severa, la forma mĆ”s grave y potencialmente mortal.
La crisis también estÔ teniendo un impacto devastador en las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, señaló la OMS, con datos recientes que indican que mÔs del 40 % sufre desnutrición severa.
Israel anunció durante el fin de semana que detendrĆ” los combates en ciertas zonas y establecerĆ” corredores para el transporte humanitario sobre el terreno. Sin embargo, la cantidad de alimentos que llega es insuficiente para satisfacer las necesidades de los 2,2 millones de habitantes de Gaza, sumidos en una crisis que el Reino Unido, Francia y Alemania describieron la semana pasada como āprovocada por el hombre y evitableā.
Israel impuso un bloqueo total a la ayuda en el enclave durante 11 semanas a partir de marzo, y finalmente reanudó la distribución a fines de mayo a través de la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldada por Estados Unidos e Israel.
En lugar de los 400 puntos de distribución de ayuda que gestionaba Naciones Unidas en el pasado, los palestinos solo pueden conseguir alimentos a través de cuatro centros de la GHF, en cocinas comunitarias saturadas o interceptando y desbordando camiones de ayuda mientras atraviesan el territorio. Los sacos de harina saqueados se venden en el mercado a precios exorbitantes, inaccesibles para estas mujeres y sus hijos.
Tras numerosos intentos fallidos en junio por conseguir comida de los camiones de ayuda, Um Khader recibió una donación de un desconocido compasivo en el camino. Después, compartió la bolsa de harina con su vecina Um Bilal, que luchaba por alimentar a sus cinco hijos.
Su amistad y solidaridad ofrecieron una rara nota de ternura en medio del estruendo del sufrimiento. Los gritos de sus hijos hambrientos suelen ser insoportables. Um Bilal contó que su hija menor a veces se arranca el cabello mientras grita de dolor.
Ambas mujeres dijeron que con frecuencia pasan dĆas enteros sin comer para que sus hijos puedan aprovechar hasta la Ćŗltima gota de la sopa que consiguen, pero aun asĆ, los niƱos siempre se van a dormir con hambre.
Con el paso de las semanas, su desesperación se ha profundizado. Decidieron probar suerte en los centros de distribución de GHF, donde, segĆŗn la ONU y el Ministerio de Salud palestino, han ocurrido la mayorĆa de las 1.100 muertes relacionadas con la entrega de ayuda desde mayo. Israel admite haber disparado tiros de advertencia, pero niega su responsabilidad en el elevado nĆŗmero de muertes, mientras que la GHF rechaza las acusaciones y sostiene que las cifras estĆ”n exageradas.
āLos puntos de ayuda estadounidenses son zonas de muerte. LleguĆ© a uno y pasĆ© la noche allĆ. Un francotirador disparó por encima de mi cabeza. La bala me rozó por centĆmetrosā, recordó Um Khader mientras hablaba con CNN junto a su vecina el viernes. Desde entonces, no ha vuelto.
Disuelve sal en agua para dĆ”rsela a sus hijos entre comidas esporĆ”dicas. No es la primera vez que experimenta el hambre durante la guerra que siguió a los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023. āAntes comĆamos alimento para animales. Hace un aƱo, nuestros cuerpos lo aguantaban, pero ahora es hambruna sobre hambruna, nuestros cuerpos ya no lo soportanā, dijo. Ahora estĆ” demasiado dĆ©bil para hacer esos largos recorridos.
Um Bilal no se rinde. Se ha topado con tanques, ha esquivado disparos y se ha desmayado por golpes de calor y agotamiento mientras intentaba conseguir comida de camiones en movimiento de la ONU o en centros de distribución de la GHF. Pero sus esfuerzos desesperados por alimentar a sus hijos muchas veces no tienen recompensa.
āMi mamĆ” no es como los jóvenes, ella va y vuelve con las manos vacĆasā, dijo su hija Dalia, de 10 aƱos. āMe pregunta quĆ© vamos a comer al almuerzo o a la cena, y yo le digo: āEstĆ” bien, no llores, mamĆ”āā.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.