“Perdimos prácticamente todo lo que teníamos”: sobrevivientes asumen pérdidas catastróficas y destrozos después de que Helene dejara 213 muertos
Alexandra Ferguson
(CNN) — Hace ya más de una semana que Helene se abalanzó sobre la costa del golfo de Florida como un gran huracán y empezó a trazar lo que se convertiría en una profunda cicatriz de pérdidas y destrucción hasta Virginia, dejando al menos 213 muertos y destruyendo innumerables hogares, negocios y valiosas pertenencias de toda una vida.
La búsqueda de seres queridos desaparecidos es cada día más desesperada, pues las autoridades afirman que hay cientos de personas en paradero desconocido. Los equipos de rescate se ven obstaculizados por los cortes del servicio de telefonía móvil y las carreteras y puentes en ruinas, mientras los funcionarios federales advierten de que el dinero para ayudar a la gente a recuperarse es escaso, cuando aún quedan 57 días de la temporada oficial de huracanes.
Un grupo de trabajadores de una fábrica de Tennessee fueron arrastrados por Helene. Sus familias dicen que no se les permitió salir del trabajo a tiempo para huir
Aunque siguen apareciendo historias de resiliencia, como la de una mujer rescatada el viernes pasado de una inundación que le llegaba hasta la cintura por un grupo de invitados a una boda, desde entonces también hay personas que han tenido que caminar durante horas para ver cómo se encontraban sus seres queridos atrapados y buscar a los que habían sido arrastrados por los ríos. En el condado de Buncombe, en Carolina del Norte, donde se encuentra Asheville, hasta el jueves había más de 200 personas en paradero desconocido, y 72 habían muerto, según el sheriff del condado.
El alcance de la destrucción se ha hecho más evidente a medida que la gente ha ido recuperando lentamente el acceso a los barrios, a menudo sólo para encontrar sus casas hechas jirones o completamente arrasadas por las aguas.
Una pareja de Swannanoa, Carolina del Norte, se salvó por los pelos la semana pasada cuando una riada transformó su barrio en un río, entró a borbotones en su casa y arrastró su camioneta calle abajo, según dijeron. Volvieron para encontrar que el contenido de su casa había sido volcado y cubierto de barro, casi todo destruido.
“Perdimos prácticamente todo lo que teníamos, incluidos los vehículos”, dijo Joe Dancy a Laura Coates, de CNN, el jueves por la noche. “Pero tenemos lo más importante: nuestras vidas. Y siempre y para siempre vamos a estar agradecidos por ello”.
Helene se ha convertido en el huracán más mortífero que ha azotado el territorio continental de Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005, y el número de víctimas mortales aumenta día con día. Carolina del Norte es el estado que más muertes ha registrado, con 106, seguida de 41 en Carolina del Sur, 33 en Georgia, 20 en Florida, 11 en Tennessee y dos en Virginia, según CNN.
En toda la región se está llevando a cabo un enorme esfuerzo de socorro para restablecer las redes eléctricas destrozadas y reconstruir las infraestructuras dañadas de agua y telefonía móvil. Las infraestructuras de transporte de toda la región también han sufrido “daños sin precedentes” después de que Helene destrozara y arrasara carreteras y reventara puentes, declaró el jueves Polly Trottenberg, subsecretaria del Departamento de Transporte de Estados Unidos.
Voluntarios de la comunidad transportan gasolina el jueves en una zona de socorro y centro de coordinación de la comunidad en Bills Creek, Carolina del Norte. Crédito: Allison Joyce/AFP/Getty Images
Cientos de carreteras siguen cerradas, obstaculizando los esfuerzos para enviar ayuda a las comunidades más afectadas. Y para quienes se marcharon antes de Helene, los cierres han retrasado su regreso para comprobar cómo se encuentran sus familiares, amigos y el estado de sus casas. Algunas zonas son tan inaccesibles que los suministros se están enviando a lomo de mula y por aire.
Se ha restablecido el suministro eléctrico a más de 3,3 millones de hogares y empresas, según declaró el jueves el director de asistencia individual de la FEMA, Frank Matranga. Más de 600.000 clientes de energía seguían a oscuras el viernes, según PowerOutage.us.
Unos 170.000 clientes de electricidad de las montañas de Carolina del Norte están entrando en su segunda semana sin electricidad. Bill Norton, portavoz del proveedor de energía de la región, Duke Energy, advirtió el viernes que los cortes podrían ser más prolongados para los hogares y empresas que sufrieron “daños catastróficos”. “105.000 clientes están sin electricidad en ese tipo de zonas”, dijo Norton, añadiendo que no hay una estimación de cuándo se restablecerá la electricidad. “Ha sido una tormenta como nunca habíamos experimentado en nuestra historia”.
Matranga dijo que la FEMA sabe que, para muchas familias, el camino hacia la recuperación empieza por volver a encender las luces y reconectar con sus seres queridos.
“Restablecer la electricidad y las comunicaciones no consiste sólo en hacer las cosas más cómodas; consiste en mantener a la gente segura, informada y capaz de acceder a los servicios que necesita”, dijo.
Daños en Marshall, Carolina del Norte, el jueves. Crédito: Melissa Sue Gerrits/Getty Images
Unos hombres retiran objetos de un negocio de bellas artes en Marshall, Carolina del Norte, el jueves. Crédito: Melissa Sue Gerrits/Getty Images
El jueves, un voluntario ayuda a limpiar un sótano inundado bajo una casa afectada por Helene en Cruso, Carolina del Norte. Crédito: Jonathan Drake/Reuters
El servicio de telefonía móvil también se está restableciendo lentamente, y menos del 50% de los servicios de telefonía móvil seguían sin funcionar el jueves, añadió. Starlink, el servicio de Internet por satélite de SpaceX, anunció que proporcionará servicio gratuito durante 30 días en las regiones afectadas por Helene.
Bañarse y lavar los platos también se ha convertido en un lujo en lugares donde escasea el agua potable. En el condado de Buncombe, los residentes obtienen agua potable de camiones cisterna y envíos de agua embotellada, pero escasea para otras actividades cotidianas. Y en algunas partes de Tennessee, los daños en las instalaciones de tratamiento de agua y alcantarillado han llevado a los funcionarios a pedir a los residentes que ahorren el agua no esencial y hiervan el agua potable.
La afluencia de recursos y personal federales ha reforzado los esfuerzos de recuperación. Se ha activado a casi 7.000 miembros de la Guardia Nacional, que han participado en rescates en aguas altas, limpieza de escombros, búsqueda y rescate y distribución de suministros. En Carolina del Norte, los miembros de la Guardia han estado lanzando suministros desde el aire y trasladando a personas y animales domésticos a lugares seguros.
Cómo ayudar a las víctimas del huracán Helene
Escasean los fondos de emergencia
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) dispone de fondos suficientes para proporcionar ayuda inmediata en caso de catástrofe tras el paso de Helene, según un portavoz de la agencia. Pero con un largo camino de recuperación por delante, y con la posibilidad de que se formen más huracanes esta temporada, la agencia puede encontrarse hurgando en el fondo de su cartera.
“La FEMA tiene lo que necesita para la respuesta inmediata y los esfuerzos de recuperación”, publicó el jueves en X la portavoz de la FEMA, Jaclyn Rothenberg, y añadió: “Pero aún no hemos terminado la temporada de huracanes, así que tenemos que vigilarla de cerca”.
La evaluación se produce después de que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijera el miércoles a los reporteros que, ante la previsión de que se produzca otro huracán en algún momento de los próximos meses, “no disponemos de fondos. La FEMA no tiene fondos para superar la temporada”.
Hasta ahora, la FEMA ha proporcionado más de US$ 20 millones en ayuda a las personas afectadas por Helene, dijo Matranga el jueves.
El presidente Joe Biden sugirió esta semana que podría solicitar que el Congreso volviera a reunirse durante su receso de octubre para aprobar una financiación suplementaria de emergencia para los esfuerzos de recuperación tras la tormenta. “No puede esperar. No puede esperar. La gente necesita ayuda ya”, dijo Biden el jueves cuando se le preguntó sobre cúando quisiera que ocurriera.
El presidente Joe Biden visita una zona afectada por el huracán Helene en Keaton Beach, Florida, el jueves. Crédito: Mandel Ngan/AFP/Getty Images
Los equipos de primera intervención observan la caravana del presidente Joe Biden con el telón de fondo de las propiedades dañadas en Keaton Beach, Florida, el jueves. Crédito: Tom Brenner/Reuters
Los empresarios locales podrían llevarse la peor parte de la escasez de fondos. Las arcas de los programas de ayuda para catástrofes de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, por sus siglas en inglés), que se suplementaron a raíz de los incendios de Maui en 2023, están casi vacías.
La Casa Blanca advirtió el mes pasado de que un proyecto de ley de financiación del gobierno a corto plazo dirigido por los republicanos no aumentaba los fondos para la SBA, sugiriendo que el programa de préstamos para catástrofes de la agencia, que proporciona préstamos a bajo interés de hasta US$ 2 millones, estaría “cesando efectivamente sus operaciones” debido a la falta de financiación.
Ensayo de boda se convirtió en un rescate acuático
Al paso de Helene, vecinos y curiosos entraron en acción para ayudarse unos a otros.
Lo que empezó como los preparativos de un ensayo de boda en Grassy Creek, Carolina del Norte, el pasado viernes, se convirtió rápidamente en un rescate acuático cuando Eddie Hunnell, el padre del novio, oyó que una mujer se había quedado atrapada en su casa, cerca del alojamiento River House.
Hunnell pidió al dueño de la posada un chaleco salvavidas, una cuerda y un remo, según declaró a CNN. Tras salir corriendo, se encontró con el marido de la mujer, Phil Worth, que le explicó que su esposa, Leslie, estaba atrapada en su casa y no podía salir.
Hunnell y Worth cogieron una canoa e intentaron llegar hasta Leslie, pero no pudieron.
“Estábamos intentando averiguar cómo sacarla y se nos estaban acabando las ideas”, dijo Hunnell. “Estaba bastante seguro de que la casa acabaría derrumbándose, y mi mayor preocupación era que se derrumbara sobre Leslie”.
Al final, los novios se dieron cuenta de que el tejado de otra casa flotaba río abajo hacia la casa de los Worth. Los restos del tejado golpearon la casa donde Leslie estaba atrapada, según muestra un video proporcionado por la familia Hunnell.
Pronto, su casa empezó a inclinarse bajo la fuerza de la riada, y un trozo de la casa se desprendió.
“Leslie estaba allí, de pie, con el agua hasta la cintura”, dijo Hunnell.
Todos empezaron a gritarle que saltara.
“Me subí a la canoa para intentar llegar hasta ella. No podía maniobrar lo bastante bien. El agua era demasiado rápida y el viento soplaba demasiado”, dijo Hunnell.
“Así que salté dentro y empecé a nadar hacia ella”, dijo. “Llevaba 30 minutos buscando una solución, y no la tenía. Así que me quedé sin ideas y pensé que mi mujer me iba a matar, y salté”.
Hunnell llegó hasta Leslie, la agarró por la parte de atrás del chaleco salvavidas y le indicó que pateara tan fuerte como pudiera hacia la orilla, dijo. Los dos acabaron arrojándose a aguas más lentas y nadaron hasta la orilla.
Los que esperaban en la orilla rompieron en llanto cuando la pareja llegó sana y salva a tierra.
A pesar de la caótica tarde, Hunnell invitó a los Worth a la cena de ensayo de la boda.
“Vinieron con la ropa que llevaban puesta. Creo que le compramos ropa a Leslie y creo que le compramos pantalones a Phil”, dijo.
Al día siguiente, la boda se celebró con la mitad de los invitados y sin electricidad, iluminada por más de 100 velas. Los vecinos utilizaron motosierras para despejar los caminos.
“La boda salió genial”, dijo Hunnell. “Todo lo anterior a la boda fue una especie de desastre”.
— Holly Yan, Kayla Tausche, Sam Fossum, Haley Talbot, Sara Smart, Emma Tucker, Andy Rose y Steve Almasy de CNN contribuyeron con este reportaje.
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