El Gobierno de Trump critica duramente a Europa. En privado, es aún más severo
Análisis por Rob Picheta
Los detalles de un ataque militar estadounidense contra los hutíes yemeníes, que fueron compartido erróneamente con un periodista de The Atlantic en una aplicación de mensajería pública, han ofrecido al mundo una visión notable del pensamiento de quienes dirigen la política exterior estadounidense.
Pero hubo un intercambio que fue sorprendente no porque revelara algo nuevo. Al contrario.
El vicepresidente J. D. Vance, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y otros miembros de alto rango del Gobierno de Trump hablaron con furia palpable sobre Europa.
Su sentimiento era tan fuerte que Vance sugirió detener un ataque contra los hutíes, que habían interrumpido rutas marítimas internacionales clave durante meses, porque ayudaría a las economías europeas más que a la de Estados Unidos.
“Creo que nos estamos equivocando”, escribió Vance. “El 3% del comercio estadounidense pasa por el canal de Suez. El 40% del comercio europeo lo hace”. Se refería al canal de Suez, una franja vital del océano de la que depende gran parte de la economía mundial.
“No estoy seguro de que el presidente sea consciente de lo incoherente que es esto con su mensaje sobre Europa en este momento”, añadió Vance. Más adelante en el intercambio, escribió: “Simplemente detesto tener que rescatar a Europa otra vez”.
Hegseth respaldó su inquietud, pero le dijo a Vance: “Comparto completamente tu desprecio al modo en que los europeos se aprovecharon de nosotros. Es patético”.
Finalmente, se llegó a un acuerdo: Estados Unidos procedería con los ataques, pero los facturaría a los europeos. “A petición del presidente, estamos trabajando con el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado para determinar cómo calcular los costos asociados y cobrarlos a los europeos”, escribió el asesor de Seguridad Nacional Michael Waltz.
El diálogo coincide con el tono confrontativo que ha adoptado el equipo de Trump hacia Europa, en particular en lo que respecta a las contribuciones a la OTAN y a la guerra en Ucrania, que han desencadenado una carrera en el continente para reforzar su propia preparación militar.
Vance ha liderado esa iniciativa, pero otros lo han respaldado sin reservas. En una entrevista publicada este sábado, el enviado exterior de la Casa Blanca declaró al podcaster Tucker Carlson que “Europa es disfuncional hoy en día”. Y añadió otro punto: “Europa se está muriendo, por desgracia”.
Había pocos funcionarios en el continente que todavía se aferraban a la creencia de que la retórica dura tenía como objetivo ayudar a Europa a valerse por sí misma.
Pero los mensajes lo dejan claro, por si acaso hubiera alguna duda: el círculo íntimo de Trump comparte un profundo desprecio por la dependencia europea de Estados Unidos. No es una simple postura: Vance, en particular, está harto.
Esto irritará a las capitales europeas. Gran Bretaña y Países Bajos se unieron al Gobierno de Biden para atacar objetivos hutíes el año pasado, y Londres proporcionó apoyo de reabastecimiento en vuelo para los mismos ataques que se discutieron en el grupo Signal.
La filtración también aumentará la preocupación en el continente por la aparente prominencia de la voz de Vance en las discusiones sobre política exterior. Los mensajes subrayan su profunda frustración con lo que él considera un aprovechamiento clandestino, pero que Europa considera un acuerdo mutuamente beneficioso que permite la cooperación en inteligencia, apoyo militar y seguridad.
Pero aunque la filtración fue vergonzosa para la Casa Blanca, las ideologías que reveló fueron consistentes con su tono público.
Los mensajes son “otra llamado de atención para una verdadera defensa europea”, escribió en X el ex primer ministro de Bélgica Guy Verhofstadt. “¿Cuándo actuarán los líderes de la Unión Europea?”
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