5 conclusiones de una tensa audiencia de RFK Jr. en el Senado
Análisis de Aaron Blake, CNN
El secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr., testificó este jueves en lo que fue quizá la audiencia más combativa del Congreso en 2025.
Compareció ante la Comisión de Finanzas del Senado en medio de una creciente polémica que sacude a su departamento: el reciente despido de la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), confirmada hacía menos de un mes; una serie de medidas que podrían limitar el acceso a vacunas, y la cancelación de US$ 500 millones en investigaciones sobre vacunas de ARNm.
Todo esto ha llevado incluso a algunos republicanos a encender las alarmas sobre lo que ocurre en el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés). Y este jueves, algunos de esos republicanos y muchos demócratas tuvieron la oportunidad de manifestar sus preocupaciones e intentar corregir el rumbo de Kennedy.
Estas son cinco conclusiones de la audiencia:
Los políticos del Partido Republicano suelen dirigirse a la “audiencia de uno”, es decir, adaptando sutilmente sus comentarios para Trump.
Este jueves, tanto republicanos como demócratas emplearon esta táctica.
Varios senadores parecieron tratar de poner a Kennedy en contra del presidente, sugiriendo que estaba socavando a Trump y los logros de la Operación Warp Speed, el programa de vacunas contra el covid-19 que Trump lanzó al final de su primer mandato. Era como si buscaran provocar la intervención de Trump.
Todo comenzó con el senador republicano Bill Cassidy, médico y figura clave para que Kennedy obtuviera la confirmación a principios de este año, pero que se ha mostrado alarmado por sus decisiones sobre vacunas.
El republicano de Louisiana, que enfrenta una amenaza en las primarias desde la derecha, comenzó preguntándole a Kennedy si Trump merecía un Premio Nobel por la Operación Warp Speed, y Kennedy estuvo de acuerdo en que sí. (Decir que Trump merece Premios Nobel se ha vuelto común entre quienes buscan ganarse su favor).
“Absolutamente, senador”, respondió Kennedy, y añadió: “Es fenomenal”.
Sin embargo, luego Cassidy señaló los comentarios críticos de Kennedy sobre las vacunas que produjo Warp Speed, sus acciones para restringir el acceso a ellas y la reciente cancelación de US$ 500 millones en contratos para el desarrollo de vacunas de ARNm, como las que se generaron a partir de Warp Speed.
“Entonces, esto parece inconsistente con que usted esté de acuerdo conmigo sobre el Nobel de Trump”, dijo Cassidy. “El presidente merece un enorme reconocimiento por esto”.
Tras esa intervención de Cassidy, varios demócratas retomaron el punto. La senadora Maria Cantwell, de Washington, incluso admitió que se trató de un “logro monumental” de Trump, algo que Kennedy avaló, aunque en general evitó profundizar en el tema.
Al final, los críticos del secretario de Salud y Servicios Humanos quizá lograron asestarle un golpe clave.
Trump ha destacado repetidamente el éxito de la Operación Warp Speed, afirmando que salvó millones de vidas. En algún momento sugirió que la cifra podría llegar a decenas de millones.
Pero Kennedy se negó a ponerle un número a las vidas salvadas. Ni siquiera aceptó que fueran un millón.
“No sé si salvó un millón de vidas”, afirmó, limitándose a señalar que salvó “bastantes”.
“Desafortunadamente, usted está socavando uno de los mayores logros del presidente”, dijo la senadora demócrata Maggie Hassan, de Nueva Hampshire, “el cual, como dijo el presidente, salvó millones de vidas estadounidenses”.
Trump ya había llamado la atención el lunes con una publicación en redes sociales que algunos interpretaron como una crítica a lo que ocurre bajo el liderazgo de Kennedy. El presidente se quejó de que los CDC estaban “siendo destrozados” por el debate sobre el éxito de las vacunas contra el covid, aunque no culpó explícitamente a Kennedy.
El mensaje a Trump por parte de los senadores, que tienen herramientas limitadas para frenar a Kennedy, parecía ser: tal vez este hombre no está de tu lado.
Aunque Cassidy era quizá el interrogador republicano más esperado del panel, no fue el único en expresar preocupaciones sobre las decisiones de Kennedy respecto a las vacunas.
Otros lo hicieron de manera más sutil, pero sugiriendo que Kennedy debería tener cuidado.
Quizá lo más sorprendente fue la intervención del senador John Barrasso, de Wyoming, el número dos de los republicanos en la cámara.
“Secretario Kennedy, en sus audiencias de confirmación, usted prometió mantener los más altos estándares para las vacunas”, dijo. “Desde entonces, me he preocupado profundamente”.
El senador, que cumple su cuarto mandato y también fue cirujano ortopédico, añadió: “Existen serias preocupaciones de que vacunas seguras y comprobadas como las del sarampión, la hepatitis B y otras puedan estar en riesgo. Y eso pondría en peligro a los estadounidenses y revertiría décadas de progreso”.
Barrasso citó los recientes brotes de sarampión en comunidades con bajas tasas de vacunación. También mencionó, con cierta intención, cómo George Washington en su momento cambió de opinión y decidió apoyar la vacunación contra la viruela para los soldados, sugiriendo quizá que Kennedy debería tomar nota de ese ejemplo.
El senador republicano Thom Tillis, de Carolina del Norte, también insinuó en repetidas ocasiones que Kennedy había incumplido sus promesas sobre las vacunas.
“Creo además que algunas de sus declaraciones parecen contradecir lo que dijo en la audiencia anterior”, afirmó Tillis, cuya decisión de no postularse a la reelección el próximo año lo libera de algunos de los temores electorales que suelen preocupar a los legisladores republicanos.
Ninguno de los senadores presionó al secretario para que respondiera, pero parecían estar marcando posición.
El escepticismo de Kennedy frente a las vacunas no era ningún secreto cuando fue confirmado. Pero en ese momento el tema parecía no interesar a muchos republicanos, aparte de Cassidy. Ahora, eso ha cambiado claramente.
Es difícil exagerar lo combativo que estuvo Kennedy durante la audiencia. Ya sea por la presión que enfrenta o porque calculó que eso es lo que Trump quiere ver, su actitud fue llamativa.
Tras la insistencia de Cassidy sobre la Operación Warp Speed, Kennedy respondió: “¿Es esto una pregunta, senador Cassidy, o es un discurso al que no quiere que yo responda?”.
Cuando el republicano de Louisiana afirmó que las medidas de Kennedy significaban que “en la práctica estamos negando vacunas a la gente”, el secretario replicó: “Está equivocado”.
Kennedy acusó a los demócratas de la comisión de “inventar cosas”. A uno le dijo: “No sé de qué está hablando”. A otro lo acusó de “decir disparates”.
Quizá la pregunta de política pública más importante que sobrevoló la audiencia —y el futuro de Kennedy y de los CDC— fue la que planteó Cassidy al final: hasta qué punto las decisiones de Kennedy restringirán realmente el acceso a las vacunas.
Durante sus audiencias de confirmación en enero, Kennedy hizo una promesa muy amplia: “No haré nada como secretario de HHS que dificulte o desanime a la gente a vacunarse”.
No obstante, las medidas del HHS han puesto claramente en riesgo el acceso a las vacunas contra el covid-19. Al restringir su aprobación, la agencia ha sumado barreras para las personas, si es que logran conseguirlas en absoluto.
Kennedy caminó repetidamente por una delgada línea. En lugar de sostener su mensaje anterior de no dificultar el acceso, sugirió que la gente aún podría acceder a las vacunas, al menos de alguna manera.
Cassidy le mostró una publicación en redes sociales del comentarista conservador Erick Erickson, quien dijo que las medidas del HHS habían impedido que su esposa, con cáncer de pulmón en etapa IV, recibiera la vacuna contra el covid-19. Kennedy dijo que era “incorrecto” que la gente estuviera siendo efectivamente privada de la vacuna.
Finalmente, bajo el intenso interrogatorio de la senadora demócrata de Massachusetts Elizabeth Warren, Kennedy sugirió que era suficiente con que las vacunas siguieran disponibles, al menos de alguna forma.
“No le estoy quitando las vacunas a nadie”, dijo Kennedy, y añadió: “Todavía puede conseguir vacunas contra el covid, senadora”.
Sin embargo, Kennedy admitió tácitamente que al restringir la aprobación se dificultaba el acceso. Reconoció, por ejemplo, que “depende del estado” si la gente puede acceder fácilmente a la vacuna en una farmacia. También señaló que el HHS no va a “recomendar todos los productos del mundo”.
Pero Tillis no quedó convencido.
“Parece haber varios informes que refutarían su promesa”, dijo Tillis.
Un intercambio al inicio de la audiencia seguramente será retomado.
A Kennedy se le pidió responder a las afirmaciones de la recientemente destituida directora de los CDC, la doctora Susan Monarez. En un artículo de opinión publicado el jueves en The Wall Street Journal, Monarez escribió que durante una reunión a finales de agosto con Kennedy, se le indicó que aprobara previamente las recomendaciones de un comité asesor de vacunas, al que Kennedy ha nombrado recientemente a algunos escépticos de las vacunas.
Kennedy no solo lo negó tajantemente, sino que acusó a Monarez de mentir.
“No le dije eso”, repitió en varias ocasiones.
En este tipo de circunstancias, los testigos suelen evadir la cuestión y sugerir que tal vez hubo un malentendido. Pero Kennedy no lo hizo.
Los abogados de Monarez respondieron este jueves diciendo que ella “mantiene su versión” y que “la repetiría bajo juramento”.
Será interesante ver si otra comisión —como la Comisión de Salud del Senado presidido por Cassidy— investiga más a fondo. No solo podrían citar a Monarez a testificar, sino también a otro alto funcionario del HHS, Jim O’Neill, quien estuvo en la reunión que Monarez describió y desde entonces la ha reemplazado como director interino.
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