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La batalla de Jimmy Kimmel está lejos de terminar y revela una profunda fractura en la televisión abierta

Análisis por Brian Stelter, CNN

Jimmy Kimmel regresará a ABC esta noche del martes, pero no en todos los mercados.

Con Sinclair negándose a transmitir el programa de Kimmel en sus estaciones afiliadas a ABC, y Nexstar aún sin comentar sobre sus planes, este tira y afloja por la libertad de expresión está lejos de terminar.

Y como dijo Jake Tapper de CNN a Seth Meyers el lunes por la noche, “no termina” con Kimmel.

Comentaristas de medios MAGA están furiosos contra Disney, la empresa matriz de ABC, y algunos influyentes analistas están presionando públicamente a la administración Trump para que tome medidas contra la compañía, recordando la frase del presidente de la FCC, Brendan Carr, de la semana pasada: “Podemos hacerlo por las buenas o por las malas”.

Cualquier acción de este tipo iría mucho más allá de los límites habituales de la regulación gubernamental, pero el presidente Trump ha cruzado esas líneas desde que regresó al Despacho Oval de la Casa Blanca, como bien sabe el CEO de Disney, Bob Iger.

Por eso estoy siguiendo de cerca la creciente ira MAGA hacia ABC mientras Kimmel regresa a la televisión. La indignación es palpable en sitios como X, en el que la colaboradora de Fox News y editora sénior de The Federalist, Mollie Hemingway, dijo anoche a sus seguidores que “DISNEY TE DESPRECIA”.

Las publicaciones de Hemingway mostraron cómo las figuras mediáticas pro-Trump han adoptado una interpretación muy diferente del monólogo de Kimmel del 15 de septiembre en comparación con otros espectadores. La “mentira maliciosa” de Kimmel fue “diseñada para proteger la violencia de izquierda y dañar aún más a los estadounidenses y nuestros valores”, escribió Hemingway.

En realidad, Kimmel dijo que el movimiento MAGA intentaba ganar puntos políticos al tratar de demostrar que el sospechoso acusado de matar a Charlie Kirk no era partidario de Trump. Luego, el presentador ridiculizó uno de los comentarios de Trump tras el asesinato de Kirk.

Vigilantes de los medios conservadores recortaron el momento de la transmisión de ABC y lo difundieron, lo que llevó a Carr a condenar públicamente a Kimmel e invocar el poder de la FCC sobre las licencias de las estaciones locales. Todos sabemos lo que pasó después. La decisión de ABC de apartar a Kimmel fue un triunfo momentáneo para los activistas de derecha que buscan victorias culturales además de políticas durante el mandato de Trump.

El regreso de Kimmel es, por tanto, un reproche a esos mismos activistas, y también, en palabras de PEN America, una “reivindicación de la libertad de expresión”.

El podcaster MAGA Benny Johnson, quien animó a Carr la semana pasada, escribió en X que la organización Turning Point USA de Kirk “considera que las afirmaciones falsas de Jimmy Kimmel sobre el asesino de Charlie Kirk son un ataque abierto y feroz contra la organización y sus activistas”.

Poco después de que ABC anunciara el regreso de Kimmel, el fundador de OutKick y aliado de Trump, Clay Travis, dijo en Fox que el Gobierno debería ejercer presión sobre Disney.

Al mencionar el acuerdo pendiente de ESPN con la NFL, Travis dijo: “Creo que la administración Trump debe analizar agresivamente esa posible adquisición de NFL Network y decir: ‘Un momento, ¿Disney/ABC realmente intenta hablarle a toda América? Si no lo hacen en un programa nocturno, ¿lo harán con los deportes? Creo que esas son preguntas reales que merecen ser planteadas’”.

El acuerdo con la NFL requiere la aprobación del Departamento de Justicia de Trump, pero se supone que es un asunto antimonopolio, no una revisión de si ABC “intenta hablarle a toda América”.

Sin embargo, para los influencers pro-Trump que han resentido la inclinación progresista de la televisión nocturna durante años y han despreciado a Kimmel por igual, el uso del poder gubernamental para castigar a los enemigos percibidos no es algo que deba condenarse; es algo que debe aprovecharse.

Ryan Faughnder, de Los Angeles Times, lo resumió mejor esta mañana: “Disney quería dejar la política. Pero la política no ha dejado a Disney. Nunca lo hace”.

Eso es lo que dijo Jake Tapper durante una visita a “Late Night with Seth Meyers” el lunes por la noche.

Tapper calificó el efecto dominó de la semana pasada como “la infracción más directa del Gobierno a la libertad de expresión que he visto en mi vida”.

“Veremos qué pasa cuando vayan por Comcast”, la empresa matriz de NBC, “y veremos qué pasa cuando vayan por Warner Bros. Discovery”, la empresa matriz de CNN, dijo Tapper a Meyers. “Quizás tú y yo terminemos dibujando cómics”.

Nexstar fue el primer grupo de estaciones en pronunciarse públicamente contra Kimmel el miércoles pasado. Nexstar es también el mejor ejemplo de una empresa de medios que siente la necesidad de congraciarse con Trump en este momento, ya que necesita que la FCC apruebe su fusión pendiente con Tegna.

¿Transmitirá Nexstar el regreso de Kimmel este martes por la noche? Eso está por anunciarse.

Las estaciones locales afiliadas a ABC de Nexstar están en la incertidumbre; algunas redacciones locales de la compañía tuvieron dificultades para decidir cómo cubrir el anuncio de ABC el lunes, ya que no sabían si sus propias estaciones iban a emitir el programa o no.

En términos más generales, veo este momento como otro ejemplo del lento desmantelamiento de la televisión abierta, que cada vez es menos “abierta”, y otro ejemplo de la división entre rojos y azules, que parece fracturarlo todo, incluso los horarios de la televisión.

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