¿Cómo se asigna la última cama de terapia intensiva en caso de un colapso? Así deciden en Buenos Aires
(CNN Español) — “La situación de la última cama es una de las cosas más críticas que le puede pasar al médico. Te queda para siempre”, afirma el Dr. Jorge Gilardi, presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires.
La ocupación de terapia intensiva en la capital de Argentina y alrededores sigue creciendo y algunos hospitales comienzan a no tener disponibilidad. Según los partes oficiales, el 76,8% de esas camas estaban ocupadas hasta el miércoles, pero el porcentaje viene creciendo en las últimas semanas y preocupa porque nadie quiere llegar al momento en que dos o más enfermos necesiten internarse y solo haya una cama disponible.
Previendo esa posible situación, el Ministerio de Salud de Argentina elaboró en agosto de 2020 el protocolo “Ética en la asignación de recursos limitados en cuidados críticos por situación de pandemia” con recomendaciones para apuntalar esta posible toma de decisiones.
Allí menciona el “criterio de mayor bien o maximización de los beneficios”, es decir, “asignar los recursos escasos a quienes tengan mayor posibilidad clínica de beneficiarse por recibirlos”.
El protocolo habla también de igualdad y no discriminación: “ningún paciente será pospuesto en la atención por razones que no sean estrictamente médicas, esto es edad, género, condición social, clase, religión, etnia, o cualquier otra característica relativa a su condición o lugar en la sociedad”.
Pero fundamentalmente hace hincapié en “el acceso al nivel del recurso más alto disponible”, que en los pacientes críticos con covid-19 es la asistencia respiratoria mecánica, uno de los insumos críticos en la pandemia.
MIRA: Médicos argentinos están listos para ayudar contra la pandemia, pero siguen esperando su matrícula
Sin embargo, en este contexto la duda aparece naturalmente: ¿qué pasa si no hay respiradores disponibles?
Ante esa situación el protocolo establece que “se asistirá a los pacientes con el recurso más alto inmediatamente inferior”, como la provisión de oxígeno, aunque sin la asistencia mecánica.
Entre la ciencia, la moral y la ética: la decisión de varios médicos
«La bioética ha tratado de ver también un tema muy delicado, como es la justicia en la asignación de recursos, que muchas veces tiene que ver con ser eficiente”, explica el abogado Carlos Burger, secretario de la Comisión de Bioética del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
“Por criterio —dice Burger—, uno piensa que sería necesario que un paciente ingrese a una terapia y tenga el soporte vital correspondiente. Pero, quizá, evaluando clínicamente la situación se da cuenta de que puede existir alguna alternativa para que ese recurso esté disponible para quien tiene posibilidades de sobrevida o de revertir el cuadro. Esto implica que ese paciente sea atendido con los cuidados que le corresponda en una unidad de otra complejidad».
Este tipo de decisiones no son sencillas de afrontar y por eso el protocolo establece que no deberían tomarlas los médicos en soledad. “Deberá ser tomada con consulta a uno o dos profesionales médicos que no estén a cargo de la atención del paciente, y deberá ser revisada para asegurar que es lo apropiado”, establece.
«Porque más allá de que desde la ética uno trata tomar una decisión lo más equitativa posible, el vínculo entre el paciente y el profesional termina armando un lazo muy particular, que en el momento puede ser una situación muy difícil para el profesional», afirma Burger.
“Por eso, nosotros tratamos de no atender a nuestras familias y no tomar decisiones médicas sobre nuestra familia. Porque estás influenciado y puede ser positivo o negativo. Puede llevar a no tener la frialdad de la decisión. Entonces lo ideal es que la decisión final sea del equipo. Yo soy una pequeña parte que aporto, más que nada, la parte científica o el estado actual”, explica el Dr. Gilardi.
Sin embargo, esas vicisitudes no son sencillas. “Esa decisión nos queda adentro. Nos pesa muchísimo. Empieza aquella cuestión de que estuvo bien o no estuvo bien. Uno ve cómo evolucionan los dos pacientes que pudo elegir”, agrega.
Por eso, en estas situaciones los comités de ética de cada hospital son fundamentales. «Hemos tenido muchas consultas de algunos hospitales que nos han pedido documentación, protocolos, recomendaciones, guías, pero no nos han hecho consultas puntuales y situaciones críticas de pacientes”, informa Burger, quien dirige el Comité de Bioética Central de la Provincia De Buenos Aires y coordina una red provincial de 66 comités que abordan estas temáticas y sirve para unir criterios y establecer protocolos de acción conjuntos.
Con otra organización, en la capital de Argentina la tarea es similar. “En los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires usamos mucho el comité de crisis, dentro del cual está también el de ética. ¿Qué significa eso? Evaluar a los pacientes según el riesgo, la edad y todas aquellas cuestiones científicas que podrían decir: Acá hay más o menos riesgos; Acá hay posibilidades. O dos riesgos iguales, pero este paciente tendría mayores posibilidades de evolucionar. Es decir, el famoso criterio médico que va asociado y de la mano al criterio científico», resume el Dr. Gilardi.